Por
Javier Blanco - Los depósitos a
plazo fijo en pesos indexados por UVA, una de las inversiones en moneda
nacional preferidas de los ahorristas en los últimos ocho meses, se estancaron
en lo que va de agosto. Eso está a tono con las expectativas que coinciden en
pronosticar un leve descenso de la inflación (el indexador por el que ajustan
los depósitos UVA) en el tiempo que resta hasta las elecciones parlamentarias.
El dato surge al
revisar las estadísticas oficiales, que venían reflejando un crecimiento del
total de estas colocaciones a tasas reales. Fueron del 7% al 20% desde marzo
hasta julio y ahora muestran ese stock (que se había duplicado en los últimos
cinco meses) vegetando en torno de los $181.000 millones en los últimos 30
días, con cifras al pasado jueves 19.
En los bancos
coinciden en señalar que el menor apetito hacia este tipo de colocaciones,
mayoritariamente suscriptas por empresas (54% del volumen total, según
estadísticas del BCRA), está relacionado con las proyecciones que indican que
el Índice de Precios al Consumidor (IPC) –que replica la Unidad de Valor
Adquisitivo (UVA)– se movería desde este mes y hasta noviembre levemente por
debajo del 3% en promedio. Eso igualaría o colocaría algo por debajo su tasa de
rendimiento respecto del plazo fijo minorista tradicional, que los bancos deben
remunerar al 37% nominal anual.
Frente a esta
realidad, “el ahorrista elige más el plazo fijo tradicional, en especial porque
le permite acortar a 30 días el plazo de inmovilización de los fondos”,
explicaron a la nacion en un banco privado nacional. Aludieron así a la
tendencia general al cortoplacismo que va tomando nuevamente el mercado a la
espera de las elecciones de medio término y las definiciones políticas que
pudieran producirse después.
Hay que recordar
que los plazos fijos UVA, que gracias a su vinculación con ese indexador
aseguran mantener al menos el valor de compra de los pesos (y deben pagar una
tasa extra de 1%) se realizan a un plazo mínimo de 90 días. Y que si bien
existe la posibilidad de optar por la opción “precancelable”, que permite
disponer de los fondos desde los 30 días, esta se ejerce “a perjuicio”, dado
que, en ese caso, la colocación deja de estar indexada y pasa a remunerar una
tasa de apenas 30,5% nominal anual (70% de la tasa que ofrece un plazo fijo
tradicional).
El BCRA ya había
notado una “moderación en el ritmo de expansión de este tipo de colocaciones”
en julio, cuando la relacionó con la reducción que se venía verificando en las
últimas semanas en “el diferencial entre el rendimiento de un depósito en UVA y
uno en pesos, dada la menor inflación esperada para los próximos meses”. Pero
los últimos datos muestran que lo que empezó como una ralentización en el ritmo
de expansión de este tipo de colocaciones ya es un freno, tras ocho meses
consecutivos de crecimiento, una dinámica “motivada en una búsqueda de cubrir
los efectos de una inflación que mostró clara resistencia a desacelerarse”,
observaron en la consultora LCG.
Por esa expansión
estos depósitos pasaron a representar del 1,5% al 4,4% del total de los
depósitos a plazo en moneda local bajo administración de los bancos en el año,
aunque ahora comiencen a amesetarse. “Creemos que será una cuestión temporal,
ya que la expectativa de inflación vuelve a estar por sobre el 3% mensual desde
diciembre en adelante”, señalan en los bancos.
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