Por
Melisa Reinhold - Se basan en
el aumento de la demanda de cobertura cambiaria mediante bonos dollar-linked y
la compra de futuros de dólar; advierten que el contexto es parecido a los comicios
de medio término de 2013; el Gobierno apuesta a mantener el ancla del tipo de
cambio
La experiencia
alerta. La cercanía de las elecciones legislativas acrecienta los temores sobre
una posible devaluación del peso. Durante los últimos meses el Gobierno aseguró
que este año eso no ocurrirá. El ministro de Economía, Martín Guzmán; su par de
Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y la titular de la Administración Federal
de Ingresos Públicos (AFIP), Mercedes Marcó del Pont, negaron que vaya a haber
una devaluación “ni antes ni después de las elecciones”.
Casi dos semanas
antes de las elecciones primarias, los economistas ya han “observado un
incremento importante de la demanda de cobertura cambiaria por parte de los
inversores”. Principalmente, a través de bonos dollar-linked con vencimiento en
2022 y con la compra de futuros del dólar en el mercado del Rofex. En otros
términos: hay pesos que van al dólar con más insistencia que antes.
“Esto [se da] como
respuesta a un escenario de tensión cambiaria que es ‘natural’ o esperable en
un contexto preelectoral. En este sentido, las elecciones legislativas imponen
un riesgo político de relevancia, algo que ha sido capturado en los distintos mercados
financieros, principalmente el del dólar. El recalentamiento de la divisa ha
motivado al Gobierno a imponer nuevas restricciones en el acceso al dólar por
vía financiera”, destacó un informe de la consultora Criteria.
Para Facimex
Valores Research, la estrategia del Gobierno de usar el tipo de cambio como un
“ancla nominal” derivó en una “importante apreciación real” del peso. Como
comparación, la inflación en lo que va del año ya acumula un 29,1% hasta julio,
mientras que el tipo de cambio mayorista ascendió 15,9% desde enero hasta
ahora.
“La menor tasa de
devaluación y la escalada del tipo de cambio implícito en los activos
financieros se combinaron para dar lugar a un aumento de la brecha cambiaria,
derivando en un aumento de las expectativas de devaluación y la demanda por
cobertura cambiaria”, agregó Adrián Yarde Buller, economista jefe y estratega
de Facimex.
Sin embargo, hay
factores que influyen tanto a favor como en contra. Según el economista Camilo
Tiscornia, director de C&T Asesores, el dólar oficial no está llegando a
las elecciones “tan atrasado”, y a nivel mundial favorece que las commodities
tienen precios altos. De la mano contraria, al Banco Central (BCRA) le quedan
“pocas reservas” y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
generan “mucho ruido”.
“Esas son las
tensiones que hay en este momento. Además, hay que destacar que el cepo es una
gran herramienta que tiene el Gobierno a favor, porque hace más difícil que se
pueda dar una devaluación del dólar oficial. Ahora sí, lo difícil es saber qué
va a pasar con los paralelos”, advirtió.
Según los
analistas, la política de apreciación del tipo de cambio real fue una constante
durante los meses previos a las elecciones de 2013, 2015, 2017 y 2019. “Por
motivos diversos, los gobiernos han producido en la práctica una apreciación
cambiaria real desde entre 6 y 10 meses antes de la elección”, agregó Criteria.
Pero luego de un
proceso de apreciación la historia dice que le sigue otro opuesto, de
corrección cambiaria o depreciación del tipo de cambio real, que comienza
dentro de los dos meses siguientes a las elecciones. El tipo de cambio nominal
llegó a registrar grandes depreciaciones en cortos períodos de tiempo, desde el
30% hasta del 50%.
“El equipo
económico apostará a sostener el ancla cambiaria buscando enfriar los números
de inflación, mientras el financiamiento monetario aumentará por la propia
estacionalidad del déficit fiscal. No obstante, luego de la elección la
política cambiaria deberá ser recalibrada para evitar una apreciación excesiva
y reducir la brecha cambiaria.
Las cinco
elecciones de la última década fueron seguidas de un aumento de la tasa de
devaluación, y en 2021-22 no sería diferente”, sostuvieron en Facimex.
Para Criteria, al
analizar los precios actuales del dólar futuro en Rofex para después de las
elecciones, el mercado espera que el peso sufra una depreciación parecida a las
legislativas de 2013. A precios de hoy, eso significaría que el dólar oficial
minorista avanzaría de los $102 actuales hasta llegar a los $145,01.
“Hoy tenemos un
contexto parecido a las elecciones de medio término de 2013. Como entonces al
Gobierno no le fue muy bien, inmediatamente después, en enero de 2014, movieron
muy rápido el tipo de cambio. No es que devaluaron, pero el dólar pasó de $6 a
$8. Creo que es una situación parecida, porque el Gobierno va a tener que hacer
correcciones después de las elecciones, aunque sería un movimiento rápido más
que un salto. No me imagino lo que sucedió en 2019, cuando pasó de $40 a $60,
porque ahí tenías todo libre y hoy no”, coincidió Tiscornia.
Motivos distintos
Siguiendo con las
proyecciones de Criteria, si el escenario fuese similar a la devaluación de las
legislativas de 2017, el tipo de cambio nominal alcanzaría los $212,69. Si se
contrasta con las presidenciales de 2019, su valor sería de $168. En cambio, si
se recreara la situación de las presidenciales de 2015, la cotización llegaría
a los $159,98.
“El motivo que
llevó a cada devaluación fue distinto en cada año. Por ejemplo, en 2019 el
desencadenante clave fue que podía ganar el kirchnerismo. En 2017, que terminó
en la devaluación de 2018, fue el cambio de contexto internacional que generó
una corrida contra el peso, en un momento donde se veía el dólar atrasado. Si
nos vamos más atrás, en 2015 fue la liberación del cepo”, recordó el director
de C&T Asesores.
Los analistas de
Facimex también esperan que la corrección de los desequilibrios actuales sea de
una manera gradual. En parte, porque los desequilibrios no fuerzan a una
“devaluación de salto” y el Banco Central (BCRA) seguirá teniendo “margen de
maniobra” para intervenir en el mercado de futuros.
Otro tanto porque
los controles de capitales evitan los movimientos bruscos y eso podría
amortiguar parte del ajuste vía cantidades, conteniendo pagos de importaciones.
Finalmente, el valor de la cosecha 2021-22 “probablemente se mantendrá en torno
de máximos multianuales”, a pesar de los menores precios externos. “Además, el
equipo económico parece concebir una ‘devaluación de salto’ como una opción de
última instancia”, completó.
“No creo que luego
de las elecciones haya un gran salto, que es lo que más entiendo por
devaluación. ¿Está garantizado que eso no pase? No, para nada. Lo político va a
jugar mucho. Todo dependerá del resultado de las elecciones y cómo reaccione el
Gobierno ante ello. En todo caso, las repercusiones las veremos sobre los
paralelos, que se pueden llegar a ir muy lejos”, concluyó Tiscornia.
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