Por Carlos
Burgueño - Las restricciones cambiarias sobre el dólar continuarán el
resto del año y durante la mayor parte de 2022. Y dependerá de los números que muestre
la economía al final del próximo ejercicio, el grado de reapertura que tengan
las restricciones a la adquisición de divisas en el mercado libre y único de
cambio.
Durante el próximo
ejercicio, sólo podría esperarse algún tipo de libertades para personas
puntuales; como quienes vayan saliendo de los créditos que fueron otorgados
durante la cuarentena y que prohíben el acceso a la adquisición de dólares en
el mercado oficial. Por el contrario, la mayoría de los
contribuyentes y trabajadores en relación de dependencia continuarán con trabas
más o menos duras para comprar divisas; manteniendo a más de la mitad
(hoy un 70% de las personas), fuera de la posibilidad de acceder libremente a
las divisas. Según se desprende de algunas declaraciones, la intención oficial
es que los dólares disponibles se destinen exclusivamente a la producción
industrial y a la compra de servicios indispensables pensando más en la
recuperación económica.
La idea básica del
Gobierno en el tema divisas hacia delante es que las divisas estén disponibles
al máximo para las empresas que necesiten (y puedan demostrarlo) insumos para
poder producir y aumentar las líneas de inversión y uso de la capacidad instalada.
Y para ellos deberían derivarse los más de u$s15.000 millones de superávit
comercial que se espera se consigan en 2022.
Reconocen en el
Gobierno que hay faltantes de divisas para industrias clave como la automotriz,
químicos, petroquímicos y energéticos y que en 2022 estos sectores serán
prioridad en cuanto a la demanda de divisas. Pero se tiene en cuenta además que el año próximo habrá una cuenta
difícil de enfrentar en dólares: es difícil calcular lo que saldrá la necesidad
de importar energía, para una economía en crecimiento, se supone, por arriba
del 5% interanual y donde en algún momento de comienzos del segundo semestre
recuperaría lo perdido durante la pandemia.
Se sabe que habrá que importar combustible desde el exterior, en una
cuenta que el país deberá pagar el dólares. En conclusión, las divisas que
genere el superávit comercial del próximo ejercicio servirán para financiar las
importaciones para sostener el ritmo de recuperación industrial. Pero no
alcanzará para mucho más.
Aún teniendo en
cuenta que no hay en el cronograma del año próximo grandes vencimientos de
deuda privada soberana y que el único vencimiento importante hacia delante, el
de más de u$s4.000 millones al FMI en marzo próximo, debería quedar liberado
por un acuerdo con el organismo financiero internacional. Si el Facilidades
Extendidas reloaded se negociara antes de fin de año, también quedarían en caja
los u$s1.800 millones que se deberían pagar al Fondo por el stand by firmado en
2018.
Las trabas en su
versión “hard” cumplirán el mes que comienza esta semana un año. Fue durante la
finalización de la primer quincena de septiembre, durante la corrida más
importante que sufrió el Gobierno de Alberto Fernández y en la que la posición
restrictiva del titular del BCRA, Miguel Pesce, se impuso a la más flexible del
ministro de Economía Martín Guzmán.
El primero impuso
la necesidad de sentarse sobre los dólares de las reservas y defender el poder
de fuego. El tiempo demostró que era la estrategia correcta. Al menos para que
la política cambiaria pueda ser creíble y defendible en la siempre difícil
arena del mercado financiero local. Políticamente se considera además que
el cepo “hard” ya está aceptado por la sociedad, y que no
genera grandes protestas de parte de un público ya adaptado a las
restricciones.
Se considera además
dentro del Gobierno, que las tenues liberaciones al cepo son bienvenidas y que
no hay presiones mayores. En todo caso, será al blue y a los mercados donde
habrá que prestar atención; especialmente si durante 2022 la demanda de divisas
se multiplica.
Todo esto fue
reconocido con realismo por Pesce. Ante un auditorio especialmente informado y
con capacidad plena de toma de decisiones (el Council of The Americas), afirmó
el jueves pasado que “el país necesita exportar más y esto es una invocación
permanente cuando nos reunimos con empresarios. A medida que exportemos más y
acumulemos reservas, seguiremos reduciendo las restricciones”.
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