Por Pablo Wende - En las
últimas tres jornadas hábiles el índice Merval –que agrupa a las acciones
líderes locales- subió más del 6% y marcó un incipiente cambio de clima por
parte de los inversores, que venían escapándole al mercado local. Algunos
papeles, especialmente el sector energético como Edenor y Pampa,
subieron 10,4% y 7,6%. Pero además se destacaron los papeles bancarios que
venían muy rezagados, con subas de casi 9% en los casos de Macro y Supervielle.
Ariel Sbdar, CEO de
Cocos Capital, es uno de los brokers que viene insistiendo hace tiempo con las
oportunidades que presentan las acciones argentinas por sus bajos precios. “Acá
no hay nada puntualmente que las impulse. Sí el hecho que las valuaciones son
demasiado bajas incluso dentro de la incertidumbre que presenta el mercado
local. Por eso es lógico ir a valores más razonables. Después se verá qué
pasa con todo lo demás”.
El índice Merval
superó la barrera de los 70.000 puntos y de esta forma se acerca a los USD
400, cuando hace pocos meses llegó a rozar el equivalente a USD 300. Ayer
tuvo la suba más importante de los últimos tiempos, de 3,3% hasta 71.353
puntos. Y acumula un alza de 6% en solo tres jornadas.
En definitiva,
detrás de la recuperación del mercado accionario aparecen algunos aspectos
puntuales que conviene tener en cuenta. Sobre todo para responder la pregunta
si puede producirse un nuevo golpe como el que ya sufrió el mercado local en
2019, justo después de las PASO. Estos son algunos aspectos centrales:
Sugestivas
encuestas preelectorales: cuando faltan menos de tres semanas para las PASO es
lógico que los inversores empiecen a mirar con atención lo que dicen las
proyecciones. Si bien no hay unanimidad ni mucho menos, el dato más
relevante de las distintas consultoras políticas es que la gente está muy
disconforme por su situación económica y que además cayó muy mal el escándalo
generado por las fotos y videos de la fiesta de Olivos en la que participó el
propio Presidente. Para completar este cuadro, en la provincia de Buenos Aires
todo indica que el Gobierno tendría un resultado favorable pero al mismo tiempo
mucho más apretado que en 2019, por lo que no le alcanzaría para alzarse con
mayoría en la cámara de Diputados. Estos datos han generado entusiasmo entre
inversores que siguen de cerca de la Argentina, aunque la mayoría recomienda
moverse con “cautela”. Está aún demasiado fresco el recuerdo de lo sucedido en
la previa de la PASO del 2019, cuando se vaticinaba un resultado parejo y
finalmente Alberto Fernández se impuso por 14 puntos, generando un
verdadero derrumbe en las cotizaciones. El peligro de que se repita este
escenario es menor porque los valores ya están muy bajos, pero si el resultado
es más favorable que lo esperado para el oficialismo también podría tener un
impacto negativo en las cotizaciones.
El acuerdo con el
FMI parece más cerca: las señales del Gobierno son bastante claras sobre
la necesidad de acordar con el organismo, aunque más no sea para patear para
adelante los vencimientos de 2022 y 2023. La expectativa es que el compromiso
sirva además para ir acomodando los principales desequilibrios, en particular
el déficit fiscal, pero también cómo seguirán los controles cambiarios. En caso
de avanzarse, sería clave para reducir los niveles de desconfianza y también
sería de vital importancia para evitar una nueva crisis cambiaria posterior a
las elecciones legislativas, que se realizarán el 14 de noviembre.
Las cotizaciones de
las acciones están “regaladas”: la mayoría de los papeles aún está muy por
debajo del valor que habían tocado el 12 de agosto de 2019, luego del golpe que
sufrió el mercado local por el resultado de la última PASO. Esa jornada, el
mercado argentino cayó 50% en dólares, una caída histórica pocas veces
registrada a nivel global. Muchas acciones todavía deberían subir entre
40% y 140% para llegar a esos niveles. Muy pocas han logrado incluso quedar por
encima de aquellos valores, entre las pocas que lo consiguieron se
encuentran Pampa Energía, Cresud y Tenaris. Incluso medido en
dólares el índice Merval se encuentra en valores muy bajos, cotizando en
alrededor de USD 400 tomando como tipo de cambio el “contado con liquidación”.
Esto es un poco más alto que el piso de USD 300 que históricamente actuó como
soporte, pero es claramente más bajo que el promedio de los últimos diez años.
Claro que el dato que las acciones estén regaladas tampoco asegura nada. Si la
desconfianza aumenta, está claro que se trata de un mercado poco líquido en el
que “salir a cualquier precio” puede generar un desastre en las cotizaciones.
Están llegando
fondos a países emergentes: Brasil fue uno de los principales
beneficiarios en las últimas jornadas. La persistencia de tasas bajas en
Estados Unidos y el repunte del precio del petróleo repercutieron
favorablemente en el mercado brasileño y una porción mínima de esos flujos
también derrama en el mercado local, como ya sucedió a mediados de año. Aquel
repunte luego se vio opacado por la decisión del MSCI de recategorizar a la
Argentina como mercado “standalone”, incluso por debajo de la
categoría de “fronterizo”.
El Banco Central
ganó poder de fuego luego del giro de dólares del Fondo: los USD 4.300
millones que entregó el organismo a la Argentina como parte de su proceso de
capitalización aumentó el nivel de reservas brutas a USD 46.300 millones. Si
bien sólo una fracción es utilizable para intervenir en el mercado cambiario,
está claro que la entidad que preside Miguel Pesce está en
condiciones de evitar al menos hasta las elecciones una sorpresa con el precio
del dólar. Además, la entidad conserva cierto “poder de fuego”, no sólo a
través de las reservas, sino además las nuevas regulaciones que limitan el
acceso al mercado cambiario y la posibilidad de intervenir en el mercado de
futuros.
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