Por
Javier Blanco - Si una empresa
toma un crédito con una tasa de interés del 40% anual, el costo total que
pagará es del 52%. Para los particulares, ese costo llega al 57%. Lo queel
préstamo son los impuestos, y eso frena el desarrollo del mercado, advirtieron
las dos mayores cámaras de bancos en un informe encargado al Ieral.
Los bancos
denunciaron ayer que uno de los principales factores que impiden la
recuperación del crédito es una estructura impositiva que ha ido creciendo en
los últimos años y penaliza a los individuos o empresas que buscan
financiamiento en el sistema financiero local.
“La decisión de
financiarse con créditos está castigada por una alta carga impositiva. Si una
empresa toma un crédito con una tasa de interés del 40% anual, terminará
pagando un Costo Financiero Total (CFT) del 52% por un plus de 12 puntos
porcentuales que aportan los impuestos”, explican en un documento difundido
ayer por las dos mayores cámaras del sector (Adeba y ABA). La carga impositiva
llega hasta el 40% del CFT de un préstamo.
Las entidades
financieras buscan dejar en claro el lastre que la voracidad fiscal significa
para la demanda de préstamos, en un país que tiene el menor apalancamiento
crediticio de la región (apenas 10% en relación al PBI) y en el que las últimas
medidas oficiales sólo impulsan que financien al Estado.
En la actualidad el
sector público, entre lo que absorbe el Banco Central (BCRA) para mantener
pesos esterilizados y la creciente exposición que los bancos van tomando a la
deuda gubernamental (en especial tras la norma que los impulsó a cambiar Leliq
por bonos y Letras del Tesoro), se queda con casi el 75% de los pesos que están
depositados y bajo administración del sistema.
Es decir, sólo un
cuarto del potencial mostrador de créditos está liberado a la demanda privada;
claro que, en la mayoría de los casos, ni a costos ni a plazos que se adecuen a
ella.
El pronunciamiento
de los bancos intenta marcar que cualquier recuperación del crédito estará
condicionada por el creciente lastre impositivo. El informe, por caso, apunta
que la situación es aún peor para los créditos al consumo.
“Para el tomador
que no tiene posibilidad de descargar el IVA, partiendo de la misma tasa, el
CFT es de 57% y 17 puntos porcentuales son por impuestos. Esta fuerte carga
adicional se da tanto en créditos de corto plazo como los préstamos personales
y también en los de mayor plazo como hipotecarios, impactando, como se dijo, en
las familias y las empresas”, destacan.
Los datos surgen de
un informe sobre la incidencia de los impuestos sobre el crédito, que tanto la
Asotales ciación de Bancos de la Argentina (ABA, que agrupa a la banca de
capital extranjero) como la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba, referencia
para la banca privada de capital nacional) le encomendaron a la Fundación
Mediterránea (FM).
El trabajo,
denominado “Impacto de los impuestos sobre el costo del financiamiento en
Argentina”, busca contribuir al debate para “encontrar las mejores opciones
para el impulso de la economía y la generación de empleo privado”.
“Creemos que es
fundamental establecer políticas que permitan tanto a las personas como a las
empresas pequeñas, medianas y grandes acceder al financiamiento, como lo hacen
en el resto de la región y que éste sea el motor de la recuperación económica.
Para crecer en ahorro necesitamos políticas que fortalezcan nuestra moneda y,
para crecer en crédito e inversión, es necesario que la política elimine las
distorsiones que genera el sobrecosto argentino”, aseguró Claudio Cesario,
presidente de ABA.
“El crédito es el
instrumento idóneo para potenciar la recuperación económica y generación del
empleo. El sistema financiero está en condiciones de ser uno de los punpero
para hacerlo requiere políticas consistentes con esos objetivos y un esquema
tributario, en todos los niveles de gobierno, que aliente el crédito a personas
y empresas”, agregó Javier Bolzico, presidente de Adeba. Tras un completo
relevamiento de distintas plazas, se analiza la situación impositiva en los
tres niveles de gobierno (Nación, provincias, municipios) y observa que los
impuestos que afectan indirectamente al costo del crédito “explican entre el
10% y 18% del CFT de un crédito personal o hipotecario que no sea para vivienda
única”.
Los préstamos en
pesos al sector privado están estancados tras el impulso inicial que tuvieron
al imponerse en marzo de 2020 las restricciones por la pandemia. El stock total
era de $3.190.822 millones a finales de julio, monto que implicaba un aumento del
34,7% ( $822.376 millones) respecto del nivel que tenían hace un año pero
implica una contracción de casi 17 puntos en términos reales, tomando en cuenta
la inflación del período.
El trabajo de FM
recuerda que el costo del financiamiento es uno de los determinantes de la
inversión que, a su vez, es uno de los factores principales que influyen sobre
el crecimientoeconómico .“por en de, cualquier factor exóg en ouorigi nado en
la política económica que conduzca a un aumento en el costo del crédito afectará
negativamente las posibilidades de crecimiento”, apunta.
Es allí cuando
señalan que en la Argentina uno de los factores que ha incidido sobre el
encarecimiento del crédito ha sido la suba en la presión tributaria en los
últimos años, especialmente de los tributos provinciales y municipales, cuyas
alícuotas se han incrementado prácticamente sin pausa desde 2009.
En el caso de los
créditos personales a la tasa de interés anual (precio base) se incorporan los
tributos que aumentan directamente el costo financiero total (CFT) tales como
IVA, impuesto a los débitos y créditos bancarios (IDCB), entre los federales;
sellos (IS) e ingresos brutos (II.BB.), entre los provinciales y tasas
municipales por inspección de seguridad e higiene (TISH) o hasta cartelería o tenencia
de cajeros automáticos. “De esta manera, si una persona paga una cuota de un
préstamo personal que incluye $1000 de intereses, en realidad estará pagando
$440 de impuestos y $560 de tasa de interés pura (neta de todo impuesto que
grava la transacción financiera y a las entidades financieras)”, ejemplifican.
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