Por Andrés Lerner
- La inversión ya
superó los niveles que tenía en 2019, el año previo a la pandemia. Según datos del Centro de Estudios para la Producción, que pertenece al
Ministerio de Desarrollo Productivo, en el primer trimestre de 2021
tuvo un desempeño 14,3% superior al promedio de 2019, y fue el
componente de la demanda agregada de mayor ritmo de crecimiento. La suba
también se tradujo en la creación de empleo. Buen desempeño de bienes
transables, mayor actividad en la industria, mejores precios en el agro, mayor
financiamiento y la brecha cambiaria influyeron en la suba.
Asimismo, el
informe destaca que todos los componentes de la inversión vienen ubicándose por
encima de los niveles de 2019. En ese sentido, se destacan alzas en equipos de
transporte que estuvieron un 60% por encima del promedio de ese año y también
en maquinarias y equipos de origen nacional que se ubicaron un 35% por encima
de la media de entonces.
Pese al repunte,
los datos reflejan que persisten grandes heterogeneidades. Por ejemplo, los
fabricantes de maquinarias para oil & gas tuvieron un muy mal 2020 por el
impacto de la baja de precios del petróleo. Sin embargo, con la reactivación de
Vaca Muerta, en los últimos meses se percibe un repunte en la facturación del
sector.
Según explicaron
fuentes oficiales a Ámbito, el diagnóstico del Gobierno es que “la inversión
reacciona más a los sectores transables, que hoy están mejor posicionados que
los no transables. La industria por actividad y el agro por precio”. Al mismo tiempo, argumentaron que en la
actualidad hay más y mejor acceso al financiamiento que en la base de
comparación.
En el sector
privado también destacan mejoras en el acceso a financiamiento. “Un factor que juega a favor del buen desempeño relativo del sector
de maquinaria son las mejores condiciones crediticias que hace dos o tres años
no estaban. En términos de tasas de interés hoy contamos con tasas más
atractivas y compatibles con la producción. El desafío en esta circunstancia
pasa por ampliar lo máximo posible los plazos de los créditos, por ejemplo, en
Brasil hay líneas de entre 10 y 20 años”, dijo a Ámbito Tomás Canosa, director de Estudios Económicos de
la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina
(ADIMRA).
El secretario de
las Pequeñas y Medianas Empresas, Guillermo Merediz coincidió
en la importancia que tiene el mayor financiamiento en la recuperación de la
inversión. “Antes de que asumamos el Fondo de Garantías del Ministerio tenía
$1.000 millones y ahora cuenta con $143 mil millones Este apuntalamiento es
trascendente para modificar el sistema crediticio. Pasamos de otorgar 1.600
créditos productivos en 2019 a más de 658 mil en lo que va de nuestra gestión”,
explicó el funcionario.
Otro indicador que
muestra el mayor interés en invertir son las consultas de fabricación nacional
que se hacen a las entidades referentes en cada rubro antes de otorgar un
crédito subsidiado. En el caso de la metalurgia, ADIMRA es una de las fuentes y
en el mes de julio tuvo un récord de consultas, recibió 329, cuando en enero
había tenido solo 188.
Los analistas
consultados también señalaron a la brecha cambiaria y las dificultades para
acceder al dólar como otro motivo para que las empresas vuelquen mayores
desembolsos en concepto de inversiones.
De acuerdo al
relevamiento del CEP, el mayor dinamismo de la fabricación de bienes de capital
se está reflejando también en la evolución positiva del empleo formal. Entre
enero de 2018 y abril de 2020, el sector pasó de tener más de 51 mil puestos de
trabajo formales a menos de 49 mil. Desde entonces, el repunte fue sostenido, y
en abril de 2021 el total de empleos en el sector superó los 52 mil y alcanzó
una expansión del 4,5% en relación al 2019
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