Por Luis Varela - A
600 horas de las PASO, luego de tres elecciones provinciales
consecutivas con un pésimo resultado para los candidatos propios, con pobres
cortando calles (bloqueando el Puente Pueyrredón, desalojado con gases
lacrimógenos, heridos y detenidos), Alberto da mensajes a los gritos, Cristina le dice que ponga orden sin enojarse y
el mercado local contestó con suba del dólar, caída de bonos y acciones, suba
del riesgo país y una gran incertidumbre por disloque de reglas que nadie
termina de explicar.
El inicio de la
semana financiera que vivió ayer Argentina por el feriado del lunes tuvo,
además, un contexto internacional también particularmente complicado: hubo
mayores regulaciones y desconfianza en China, malos datos por ventas minoristas en EE.UU., fuerte multiplicación de contagios por cepa Delta (incluso en países altamente vacunados como Israel), inversores
internacionales realizando una generalizada búsqueda de refugio en el dólar y
un nuevo día con bajas en casi todas las Bolsas, acentuando la desconfianza
global, que va creciendo.
El mercado local
Pero si el mundo
está mostrando una cautela creciente, la movida que se vive entre los
inversores argentinos refleja una preocupación claramente mayor. El jueves
pasado el Banco Central tiró la toalla: hizo números, se dio
cuenta de que no llega con reservas líquidas a la elección de noviembre y en
consecuencia tomó una medida insólita, regulando a las Agencias de Liquidación
y Compensación (ALyC), cuando la entidad que tiene injerencia en las ex casas
de Bolsa es la Comisión Nacional de Valores, que mantiene un mutismo absoluto,
generando un gran desconcierto entre inversores y operadores.
La medida del Banco
Central fue para proteger sus reservas casi nulas: no prohibió las operaciones
de los dólares financieros libres a través de transacciones con bonos (contado
con liquidación esencialmente), pero fijó la obligación de que las
transacciones se realicen con cuentas del propio inversor, lo cual
insólitamente tuvo un efecto secundario impensado: arrancó la solicitud de
miles de cuentas en bancos del exterior, para seguir operando igual, solo que
ahora las ALYC quedan en un corral, fuera de ese juego.
Frente a toda esa
situación, mientras en el mundo los inversores se montan sobre el dólar, ya que
las ventas en EE.UU. se frenan por alta inflación, lo cual obligará a la Fed a
iniciar el tapering (reducir la compra de bonos en Wall Street) y la limitación
de estímulo a ese mercado, los 14 dólares del mercado local demuestran que ayer
los inversores comenzaron a adaptarse, seguirán huyendo del peso, ahora con más
fuerza, con los analistas advirtiendo que se vienen semanas de alta presión
cambiaria con más esfuerzos del Gobierno para que los tipos de cambio no se
desboquen.
De ese modo, en el
exterior ayer el dólar subió 0,8% contra la libra, 0,6% en
México, 0,5% contra el euro, 0,3% en Brasil y Chile y 0,2% contra el yen. Pero
esta corriente vino con una diferencia respecto de lo que venía sucediendo: se
anunció que las ventas minoristas de EE.UU. bajaron 1,1% en julio contra junio
(cuando habían aumentado 0,7% junio contra mayo) y los inversores se pasaron al
dólar, pero de manera desigual, por lo que los precios de los bonos del Tesoro
tuvieron una movida diferente, con crecimiento en las tasas largas más cortas
pero no tanto en las más largas: se terminó pagando 0,77% anual a 5 años, 1,26%
a 10 años y 1,92% a 30 años.
Mientras tanto,
como quedó en evidencia de que los altos precios internos están debilitando las
ventas minoristas, esta vez hubo más operadores convencidos de que la Fed
dejará de comprar bonos respaldados por hipotecas en noviembre, y eso se sintió
como un pinchazo en la Bolsa de Nueva York, con un mundo bursátil que ya se
había iniciado en la madrugada con más regulaciones de Xi Jinping a las
tecnológicas chinas, lo cual sumerge a las cotizaciones mundiales de los
papeles de ese sector en la sensación de que la espuma de la burbuja se
derrite.
El ritmo de las acciones
Con la cepa delta inquietando
en todas partes, ya que nadie puede asegurar qué va a pasar con el
virus, la Bolsa de Nueva York terminó el día con una baja del 0,8%, con
los laboratorios mostrando subas, pero con las tecnológicas, los centros de
ventas minoristas y las empresas aéreas debilitadas. Mientras que la Bolsa de
México resistió pero la de San Pablo se hundió más.
Tratando de seguir
manejando al mundo con palabras, el jefe de la Fed Jerome Powell confirmó que
se está evaluando la posibilidad de crear una moneda digital propia,
adelantando además que el mercado laboral norteamericano está aún lejos de una
recuperación. Frente a eso, los commodities actuaron en consecuencia. El petróleo volvió a bajar, los metales
básicos mostraron también mayoría de bajas, los granos incluso mostraron
números colorados (con un día duro para el trigo tanto en Chicago como en
Rosario). Y probablemente lo más particular del caso es que los refugios
tradicionales (los metales preciosos y las criptomonedas) también se rindieron al dólar, ya que mostraron bajas de hasta el
3,5%.
Pero ese gran
descontrol mundial parece una tranquila telenovela de la tarde si se lo compara
con lo que está sufriendo Argentina. El Gobierno sigue anunciando que aumentará
gastos para tratar de arriar votos, pero la credibilidad tiende a
cero. Así, los 14 dólares de Alberto tuvieron un día difícil, con el CCL y
el MEP operando casi como teóricos, ya que nadie entiende el mutismo de la CNV.
Así, se vio mayoría de subas en todos los dólares del mercado local.
En números
concretos, el dólar turista subió 7 centavos hasta $169,24. El oficial
subió 4 centavos hasta $102,57, el blue subió
$1 hasta $183 y el mayorista subió 14 centavos hasta $92,25 (sin variación de
reservas, el BCRA sigue con US$ 41.987 millones brutas). El dólar MEP bajó 4
centavos hasta $169,41, el contado con liquidación saltó $1,96 hasta $167,27 y
el Senebi subió 57 centavos hasta $173,52. Y la brecha entre el dólar oficial y
el blue fue del 78,4% y la del CCL con el mayorista se ubicó en 72%. Por
lo que, medidos en pesos, el real bajó 15 centavos hasta $18,36, el euro bajó
79 centavos hasta $113,76 y la libra cayó 1,20 pesos hasta $133,47.
Otra colocación
Pero atención: ayer
hubo otra decisión compleja del Banco Central y hoy hay otro round difícil para
el ministro de Economía Martín Guzmán. La
autoridad monetaria tomó de los bancos otros $180.000 millones en Leliq al 38% anual y los bancos siguen pagando 37%, por lo
que la deuda de Reconquista 266 sube a $4,2 billones.
Y luego de haberse
alcanzado en julio un récord histórico de deuda pública por US$ 343.894
millones, hoy Guzmán sale a intentar seguir formando un mercado de capitales en
pesos, realizando una nueva licitación que comenzará puntualmente a las 10 de
la mañana. Con el debut de un nuevo secretario de Finanzas, Economía sale a
tomar cuatro letras en pesos y un bono, todo ajustado por tasa salvo una
letra ajustable por inflación.
En detalle se
ofrece una Letra del tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 29 de
octubre de 2021 (s29o1 – reapertura), una Letra del tesoro nacional en pesos a
descuento con vencimiento 31 de diciembre de 2021 (s31d1 – reapertura), una
Letra del tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 31 de enero de
2022 (s31e2 – reapertura), una Letra del tesoro nacional en pesos ajustadas por
CERr a descuento con vencimiento 31 de marzo de 2022 (x31m2 – reapertura) y un
Bonos del tesoro nacional en pesos a tasa fija 22% vto. 21 de mayo de 2022
(ty22p – reapertura).
El menú propuesto
por el ministro es ciertamente valiente. Por lo que se ve, de todo lo que se
ofrece hay un solo papel con vencimiento anterior a la elección legislativa del
14 de noviembre, cuando en el último llamado logró conseguir sólo el 65% de lo
que necesitaba (obligando al BCRA a emitir más pesos) porque los inversores le
pidieron justamente papeles que terminen antes de las urnas, para bajarse de
los pesos y pasarse a bonos atados al dólar, ya que el mercado en pleno
descuenta de que después de las urnas se vendrá un serio ajuste en el tipo de
cambio oficial.
El valor de los bonos
Frente a esto,
los bonos argentinos volvieron a debilitarse ayer, y el riesgo país volvió a crecer en otras 30 unidades, hasta 1.595 puntos básicos.
Con una Bolsa de Buenos Aires muy afectada, que operó $761 millones en acciones
y $1.815 millones en Cedears, con una fuerte baja del 2,2% en el índice Merval, y con los ADR argentinos en Nueva York mostrando
bajas de hasta el 7,6%, sólo con Telecom salvando la ropa.
En suma, la
situación sigue siendo una especie de olla hirviendo, con los dólares en alza,
con una tendencia que parece irrefrenable y con consecuencias secundarias.
Quizás el BCRA no pensó lo que pasaría con el mercado al tomar la medida restrictiva
de la noche del jueves pasado, pero por la tensión con el dólar y la total
falta de credibilidad de un Presidente que dice que las críticas lo fortalecen,
la consultora LCG salió a advertir que los alimentos vuelven a tener una
fuerte suba de precios en la segunda semana de agosto. Será difícil que este
mes tenga un IPC del 3% y los tres meses que faltan para votar pueden entregar
también en ese renglón una mala noticia para las pretensiones la Casa Rosada.
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