Por iProfesional - Un reciente informe de la consultora
Analytica indica que "la Argentina comienza a transitar un período de menor incertidumbre
sanitaria, incluso con la variante delta en el horizonte".
De la mano de una mayor vacunación, "para la economía,
este relativo regreso a la normalidad trae una certeza: la demanda de dólares sólo
puede aumentar en los próximos meses".
La consultora que dirige Ricardo
Delgado afirmó que desde diciembre próximo el turismo al exterior dará un salto
discreto; para tomar
dimensión, en 2019 el déficit generado por la cuenta turística fue de u$s5.700
millones, nada menos que el equivalente al doble del incremento de las reservas
internacionales del Banco Central hasta julio".
"Junto con un
nuevo acuerdo con el FMI, además, seguramente habrá una flexibilización para
que las empresas extranjeras puedan remitir utilidades, alternativa vedada
hasta ahora. La industria, que acumula un crecimiento de 1,5% en el
año, requiere de un flujo de importaciones de no menos de u$s40.000
millones anuales para operar en condiciones normales", señala el
informe.
"Sin cambios
de fondo en la política económica, esta flexibilización de los dólares escasos
para algunos usos se tendrá que compensar con mayores restricciones para
otros", advierten desde la consultora.
El Gobierno podría
redoblar el cepo a las importaciones
Por lo tanto, "el salto importador que se da desde
setiembre de 2020 parece tener los días contados. Desde entonces, las
importaciones rondan un promedio mensual de u$s4.300 millones, una dinámica que no condice con la modesta
recuperación de la actividad económica".
"Entre
setiembre y mayo, las importaciones crecieron tres veces por encima del aumento
del PBI. La respuesta a esta especie de anomalía la tiene la brecha cambiaria,
que promedió 80% en el período", agrega Analytica.
"Adelantar importaciones es una reacción clásica cuando
la expectativa de devaluación está instalada en el sector privado. En tiempos
del cepo de Kicillof ocurrió el mismo fenómeno; las importaciones se movieron 50% por encima del crecimiento de la
actividad entre enero de 2013 y febrero de 2014, descontando la devaluación del
24% de comienzos de ese último año", señalan.
"Esta mayor demanda de importaciones no se genera
por un cambio en la estructura productiva sino por meros incentivos financieros",
advierten desde Analytica.
"Ante la
crisis externa que atraviesa la Argentina desde 2019, las empresas descuentan
una corrección cambiaria de un orden de magnitud incierto. En consecuencia,
asumen que hacerse de dólares hoy es más barato que hacerlo en el futuro, y en
un contexto de cepo cambiario, importar es la vía más sencilla para
dolarizarse", señalaron.
En base a las
importaciones de los distintos sectores según su nivel de producción en el
pasado, y ajustadas por el tipo de cambio real, la consultora a cargo de
Ricardo Delgado estimó "cuánto más importa cada sector por sobre lo
requerido en términos teóricos para producir".
"Desde el
inicio de la recuperación de la actividad de fines del año pasado, el exceso de
importaciones implicó una demanda extra de u$s10.900 millones entre setiembre y
mayo, un promedio mensual de u$s1.200 millones", puntualizaron.
"La industria automotriz es el sector que muestra un
mayor exceso de importaciones por encima de su nivel teórico de producción. En
parte, este comportamiento se explica por la recomposición de inventarios, ya que en el primer semestre
de 2020 fue una de las cadenas productivas más golpeadas y tuvo el
comportamiento inverso, importando u$s170 millones de dólares menos en relación
con sus niveles teóricos", detalló.
Dado que el 64% de
las importaciones automotrices están dentro del régimen de licencias no
automáticas, "es esperable que sea uno de los más perjudicados si se
incrementan las restricciones a las compras".
"Esta tendencia sectorial a las ‘importaciones
excedentarias’ probablemente se profundice en los próximos meses en tanto la
estrategia electoral de la política económica seguirá basándose en contener precios, entre ellos el tipo de
cambio", puntualizó la consultora.
"Las
industrias del químico, del petróleo y de cereales y oleaginosos mostraron un
excedente importador promedio de u$s1.700 millones cada una entre setiembre y
mayo".
"Este salto
importador, más allá de los incentivos provocados por la brecha, está
influenciado por el aumento de los precios internacionales de las materias
primas que impactó en forma directa en el costo de las importaciones",
agregaron.
"En el agro aumentaron los precios de insumos clave
como el fosfato diamónico y la urea, aunque también contribuyó el
abaratamiento relativo de otros insumos de fácil acopio como las semillas,
los herbicidas y el gasoil, cuyos
precios evolucionaron por debajo del precio de los granos", puntualizaron
los expertos.
"Un eventual
endurecimiento en las autorizaciones de licencias no automáticas es un
instrumento posible en este contexto para contener la mayor demanda de
importaciones. En principio, una medida que no tendría mayor efecto sobre el
dólar financiero, ya que por norma del BCRA las empresas que compran insumos en
el exterior están restringidas para demandar dólares bursátiles en los 90 días
previos y posteriores", agregaron.
"Dado que la
tasa de interés actual está bastante en línea con la evolución del mercado de
futuros, no resulta rentable adelantar el pago de importaciones futuras",
señalaron desde Analytica.
"Ambos
elementos le permiten al gobierno administrar la demanda de dólares y evitar un
salto devaluatorio. Sin embargo, profundizar el retraso cambiario genera el
riesgo de un nuevo salto en la brecha, llevando a que las empresas pierdan
incentivos a ‘portarse bien’ y corran hacia el dólar bursátil",
indicaron.
"Bajo un
escenario de este tipo, la tibia recuperación de la actividad se frenará y es
de esperar una nueva aceleración en la tasa de inflación", concluye el
informe de Analytica.
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