Por Luis Beldi -
“El viernes rompieron el mercado del dólar y si tienen que seguir
rompiendo cosas, las van a romper. Ahora viene la época del “blue”. No
permitieron cambiar, siquiera, a los que tenían saldos de cables en dólares por
pesos, una operación que netamente favorece al Banco Central. No creo que
cambien nada. Hay un descreimiento grande y no comprenden como la Comisión
Nacional de Valores empeoró con sus directivas las medidas del Central. Hay
demasiados puntos oscuros que traban las operaciones”.
El operador hacía catarsis y los números le
daban la razón.
El contado con
liquidación en el mercado que el Central maneja con el bono AL30C (cable) operó
USD 390.000, una cifra insignificante ante los USD 15 millones diarios de las
ruedas anteriores. La ironía fue que, al cierre, el contado con liquidación
valía bastante menos que el dólar MEP: 165,31 contra 169,45 pesos.
El contado con
liquidación, al eliminar al 90% de su demanda porque se les exige operar con
dinero de cuentas del exterior, se derrumbó en la plaza oficial 3,5%. Este
“dólar alternativo” quedó así al borde de la extinción oficial. En total,
el viernes operó USD 11,3 millones, 40 millones menos que las ruedas
anteriores. El MEP de negocios por USD 21 millones bajó a 7 millones.
En el SENEBI
(Segmento de Negociación Bilateral), el mercado más libre y donde los precios
no aparecen en las pantallas, las manos grandes pagaron $ 175 por el contado
con liquidación. La respuesta del “blue” fue inmediata: saltó $ 4, a $ 182, y
quedó comprador para el miércoles a $ 183. Este dólar se llevará todas las
miradas a partir de ahora y su cotización puede saltar a niveles indeseables
para las necesidades electorales del Gobierno. Con la abundancia de negocios,
las “manos amigas” pueden ser insuficientes para moderarlos.
Racionalidad, con costos
Pero la medida
cambiaria no nació de un acto impulsivo. Sino de la racionalidad. Con datos en
series, la intervención del Banco Central en el mercado de dólares financieros
a través de los bonos AL30 contra pesos bajó desde un promedio diario de USD 32
millones entre el 26 de julio y el 5 de agosto en línea con la operatoria AL30
del BYMA a 48 horas. Estas cifras estaban en línea con las operaciones de los
últimos días que se redujeron a la mitad desde un pico de USD 130 millones el 3
de agosto a un promedio diario de USD 54 millones en las últimas 3 ruedas
haciendo menos presión sobre el contado con liquidación.
Pero más allá de
una menor intervención del Banco Central, en una hipótesis de mínima, a un
ritmo de USD 20 millones diarios, el número es desafiante porque el saldo de
compras en la plaza mayorista del dólar en las últimas ruedas fue cero, salvo
el jueves y viernes que adquirió USD 61 millones con un nivel alto de
liquidaciones de los exportadores que no durará mucho tiempo más. Las reservas
netas, de las que pueden disponer libremente, bajaron de USD 7.400 millones a
5.900 millones.
Sensación de devaluación
Con escaso colchón
en reservas netas y teniendo en cuenta que las expectativas sobre el dólar son
de estrés, era imposible sostener el esquema de intervención del Central a
futuro en el mercado de dólares financieros, porque este esquema se afirma en
la posibilidad de poder comprar en el mercado mayorista más de lo que gastan en
intervenir.
Hicieron los
números y vieron que las reservas netas se agotarían antes de las
elecciones y quedarían en un estado de absoluta vulnerabilidad. Por caso, el
viernes en el Mercado Unico Libre de Cambios (MULC) compraron USD 51 millones y
las reservas crecieron USD 17 millones a 41.987 millones.
A todo esto, el Central
siguió en “modo anclaje” y el dólar subió 4 centavos a $ 97,12, pero hubo más
presión sobre el mercado de futuros y creció la sensación de que la devaluación
puede estar cerca del día después de las elecciones.
Las reglas del
juego cambiaron, pero no significa que lograron que desaparezcan las
operaciones de arbitraje entre dólares y bonos. El mercado siempre encuentra la
respuesta a las regulaciones. Cuanto más elevadas son, más alto es el precio
del dólar por los riesgos que se asumen.
Por ahora, los que
tienen cuentas en el exterior y buscan sacar los fondos de la Argentina,
agradecidos. No imaginaron que llevarse los dólares de la Argentina iba a tener
un costo tan bajo.
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