Domingo 27 - Por Matías Moreno - María Eugenia Vidal se reunió ayer con Mauricio Macri en la quinta Los Abrojos, refugio familiar del expresidente en Malvinas Argentinas, para explicarle las razones de su decisión de no competir en la provincia en las próximas legislativas. “Fue una buena reunión, honesta”, transmitió la exgobernadora a sus allegados después de su charla a solas con el fundador de Pro. Durante la conversación, Vidal no le confirmó a Macri si será candidata en la Capital. “No hubo una definición sobre ese tema”, cuentan cerca de la exmandataria. Enfocada en tejer un proyecto presidencial a futuro, Vidal está segura de que no volverá a pelear por la gobernación en 2023. Por eso, entiende que Juntos por el Cambio requiere que surjan nuevos liderazgos en el terruño bonaerense en las legislativas. Ahora, se tomará unos días para decidir si jugará o no en la ciudad, donde Horacio Rodríguez Larreta, su socio, la tienta con encabezar la boleta porteña, un casillero que ansía la titular de Pro, Patricia Bullrich. Para Macri, Vidal era una carta clave para arañar un eventual triunfo en la provincia. Horas antes de la cumbre en Los Abrojos, el fundador de Pro comprendió que ya no podría persuadirla de volver a Buenos Aires. “No la va a convencer. Siempre jugó a full para él, ahora le toca bancar”, fue el mensaje que le hicieron llegar al expresidente desde el círculo de confianza de Vidal. Tras regresar de EE.UU., Vidal convocó a su mesa chica para explicarles los motivos de su decisión. “Sabe que no peleará de nuevo por la gobernación. Entonces, ¿por qué motivo va a bloquear la candidatura de los que quieren ser gobernadores en 2023?”, dicen sus alfiles. Por eso, bendijo el desembarco de Diego Santilli, el delfín de Larreta. “No hay diferencia entre los votos que podemos sacar con el “colo” y lo que tendríamos con María Eugenia. Lo tenemos medido”, justifican en el vidalismo. Ahora, la exgobernadora trabaja en tándem con el alcalde porteño para lograr una lista de unidad en la ciudad. Sus laderos repiten que no le escapa a un mano a mano con Bullrich, sino que percibe que una interna “no le haría bien” al partido. Por eso, señalan, usa un tono conciliador en sus mensajes. Además, argumentan que Larreta, único gobernante de Pro en el país, debe poder elegir a piacere a sus candidatos. “Es una locura lo que le están haciendo a Horacio. Nos falta un poco de peronismo”, se lamenta uno de sus estrategas. Pese a las fricciones, en el vidalismo no descartan una boleta encabezada por Vidal, con Bullrich en el tercer casillero. Hasta ahora, la exministra rechaza esa opción. Está dispuesta a negociar, pero pide que Larreta “ceda algo”. Es decir, que baje a Vidal o a Santilli. Difícil. Funcionarios de la Ciudad comienzan a destacar su labor al frente de Pro. Una caricia frente a su buena predisposición. En el entorno de Vidal tampoco desestiman la posibilidad de que la exgobernadora decida no competir. Si salteara la contienda, le sugieren asesores, podría dedicarse a cultivar su perfil presidencial en el exterior con la excusa de su nuevo rol en la OEA. Larreta confía en que la tendrá como candidata. “Lo de Vidal no está cerrado, pero está encaminado”, sostienen cerca del alcalde. Mientras tanto, Santilli se alista para la batalla en la provincia. A diferencia de Macri, los larretistas consideran que es muy difícil lograr un triunfo en el distrito bonaerense. Estiman que la oposición arranca diez puntos abajo del kirchnerismo. Por eso, el “colo” intensificará sus recorridas por el conurbano. En su debut en tierras bonaerenses, el vice de Larreta buscará recortar la diferencia a un dígito. Pero antes analizan la eventual interna con Facundo Manes, el postulante que promueve el radicalismo. En Pro están los que especulan que la UCR tendrá problemas para reunir los 50.000 fiscales o los que dudan de que Manes esté dispuesto a pagar el costo de ir a una interna, a sabiendas de que su objetivo es ser presidente en 2023, o de que consiga el financiamiento para la campaña. Ahora, Santilli intentará convencer a Jorge Macri de que se sume a su cruzada bonaerense. El primo del expresidente se mostró con Bullrich anteayer –una foto que fue leída cerca de Vidal como una “provocación”– y amenaza con forzar una interna. En la Ciudad creen que esa opción no prosperará. Es más, dicen que se activaron charlas para acercar posturas con el intendente de Vicente López. “El ‘gordo’ va a aflojar”, aventuran. Jorge Macri promete que seguirá “bancando la parada”. |