Sábado 19 - Por Javier Blanco - Los mercados parecen presurosos por anticiparse a la suba de tasas con que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) intentaría desde antes de finales de 2022 dar una “respuesta natural al crecimiento económico y la inflación” en la esperada pospandemia, según anticipó el jefe regional de ese organismo en St. Louis, James Bullard. Es una reacción natural ante un fenómeno –el de la inflación– que se había desterrado y que nadie quiere arriesgarse a desenterrar en el mundo para no padecer situaciones como las que vive la Argentina.

La estrategia llega en mal momento para el país: cuando el gobierno de Alberto Fernández vuelve a usar el dólar como ancla para aplacar la inercia inflacionaria y a depender de las importaciones de energía mientras alienta el consumo subsidiando tarifas más allá de lo fiscalmente prudente.

Ese movimiento anticipatorio de los mercados se reflejó en el valor global del dólar (el Dollar Index, que lo mide contra otras seis divisas, subió de 89,95 a 92,27 en 8 ruedas) y en el derrame que eso tuvo en los precios de las materias primas, en especial de los granos, cuyo boom estaba dando sustento al veranito financiero argentino.

Los analistas por estas horas discuten, sin mucho acuerdo, si esta corrección es meramente coyuntural o puede profundizarse en las próximas semanas.

Para Mauro Mazza, analista de Bull Market, que advertía hace varias semanas al respecto, no hay dudas de que la Fed “está gestionando el apagado del viento de cola intentando algo nunca visto en la historia: administrar una caída de activos globales sin generar una recesión”. Ahora el mercado pondrá a prueba “su capacidad de maniobra”. Mazza recuerda que en el último mes hubo tres encuentros entre autoridades económicas de EE. UU. y China, por eso no duda de que lo que se está viendo es parte de “una estrategia coordinada de la administración Biden, con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a la cabeza, con China”.

“Tras ellas el fixing del yuan comenzó a depreciarse y hubo medidas para limitar la participación de bancos en commodities. Esto podría haber terminado con la demanda china financiera de commodities y dejado solo la demanda y oferta comercial como protagonista, algo no usual en los últimos años y que llevará a ese mercado a moverse según los fundamentos”, dice el analista.

Por lo pronto, la abrupta corrección en los precios de las materias primas generó dudas, en especial porque se mantiene entre los metales (el cobre registra su mayor retroceso semanal desde marzo de 2020 luego de que China dijo que vendería reservas estatales para limitar las alzas), aunque para alivio argentino hayan rebotado ayer entre 3,6 y 5% las cotizaciones de los granos. En especial porque el dólar, la moneda en que se pactan sus precios, subió otro 0,4% en la jornada.

Para los analistas de Delphos Investment por el momento no hay más que una “corrección de mercado” amplificada por los niveles récord en que se encontraba. No vemos cambios en los fundamentos”, afirman. “Lo que está claro es que el dólar recuperó cierto esplendor de la mano de una Fed supuestamente más racional a futuro. Pero no creo que esto signifique el regreso de la ‘vieja y dura’ Fed. Lo que vimos parece más un ajuste por reacción del mercado, amplificado por llegar en medio del vencimiento de opciones”, insiste su referente, Leonardo Chialva.

José Bano, gerente de InvertirOnline, cree que para determinar si se acaba el viento de cola habrá que seguir de cerca “la evolución que muestre la inflación en EE.UU.”, en especial, porque ya van dos meses seguidos con malas noticias, por lo que nuevos malos datos “podrían asustar al mercado” y cambiar el balance que tiene hoy con respecto a si el fenómeno es “coyuntural (evaluación mayoritaria por el momento)”, o puede llegar a ser “estructural”.

Bano justifica el susto que provocó el derrape de la soja (no caía como lo hizo anteayer desde hace 48 años) por el aporte que esas exportaciones hacen al país. Pero, aunque admite que se prendió una luz amarilla, cree que el ajuste fue natural y que, por el momento, no hay riesgo de volver a “precios del año pasado”.

Para Mazza, el mercado entró en una zona de correcciones que muy probablemente se mantenga hasta “Jackson Hole, en la semana del 25 de agosto”.

Por lo pronto, el brusco reacomodamiento ya mostró el impacto que puede tener sobre los activos locales: terminó con el veranito del mercado al recolocar la tasa de riesgo país sobre los 1500 puntos (está en 1507), hacer caer ayer nuevamente hasta 7% las acciones argentinas que cotizan en Wall Street y causarle al S&P Merval una pérdida de casi 4000 puntos en cuestión de días.