Por Francisco Jueguen - Gracias a aumentos de las tarifas de servicios públicos por debajo de lo programado oficialmente, a un dólar prácticamente planchado por el Banco Central (BCRA) y con paritarias que corren hasta ahora atrás de los precios, la inflación se desaceleró más de lo pronosticado por el mercado en mayo, pese a que se mantiene en niveles elevados. La ralentización de la curva de los precios generó alivio entre economistas privados. Sin embargo, subrayaron que, con todas las anclas en marcha para detener los precios –tarifaria, cambiaria, fiscal, salarial, monetaria– y con controles de precios, todavía el nivel de la inflación en el país sigue siendo muy alto frente a la región y el mundo. La suba de precios de mayo fue de 3,3%, por lo que acumuló en lo que va del año un 21,5%. La inflación interanual llegó a 48,8%. En tanto, el IPC núcleo, que excluye valores regulados y estacionales, fue de 3,5%. El capítulo de alimentos y bebidas –el que más pesa en el índice de Indec y más preocupa– aumentó 3,1%. La principal suba se dio en transporte (6%). Luego vino salud (4,8%), y restaurantes y hoteles (3,7%). El ministro de Economía, Martín Guzmán, había señalado que la inflación de marzo (4,8%) sería la más alta del año y que luego comenzaría un proceso de desinflación, con vaivenes, durante el año electoral. “Están las condiciones dadas para que mes a mes la inflación vaya reduciéndose”, dijo el ministro ayer en un encuentro con empresarios en el Four Seasons. “Había dicho que marzo iba a ser el mes más alto y eso ocurrió. Abril fue más bajo y en mayo va a ser más bajo que en abril. Hay que continuar porque estamos en niveles por encima de lo que consideramos que macroeconómicamente es factible. Tenemos las condiciones para que la reducción de la inflación se vaya transitando”, señaló Guzmán. La preocupación oficial por el precio de los alimentos impulsó la semana pasada al Gobierno a lanzar una canasta de 70 productos esenciales congelados (canasta Súper Cerca) y a cerrar las exportaciones de la carne, entre otras medidas vinculadas a la vigilancia del sector privado. Por otro lado, las astringencias monetaria y fiscal –sumadas al congelamiento cambiario– fueron señales claves al mercado en los primeros cinco meses del año. “Se registró una desaceleración general de todos los rubros que componen alimentos y bebidas, excepto en verduras”, remarcaron en el Ministerio de Economía, apenas conocido el dato del Indec. “También los estacionales redujeron su tasa de aumento hasta 1,5% mensual. Se destacan las bajas en frutas y desaceleración de indumentaria”, completaron los analistas del Palacio de Hacienda, donde subrayaron una “importante desaceleración” del agregado y señalaron que el IPC núcleo fue el menor desde octubre pasado. En Economía informaron además que los precios regulados avanzaron 3,8%, “con subas autorizadas en combustibles, electricidad, prepagas, transporte público y servicio de agua en algunas provincias del país”. El dato fue auspicioso para los economistas privados, aunque se mantiene aún la prudencia. “Es un dato que alienta por lo que desacelera, pero que aún se mantiene en un nivel muy elevado”, dijo Guido Lorenzo, director de LCG. “Alivia salir de ese piso del 4%, pero en perspectiva es un número desalentador debido a que el mismo responde gracias a la lógica del funcionamiento de todas las anclas de la economía en su conjunto: salarial, cambiaria, tarifaria, sumado a controles de precios, y prudencia fiscal y monetaria. Así y todo no alcanza”. La consultora C&T afirmó que con el número que se conoció ayer por la tarde se está a solo 6% de la meta que el presupuesto 2021 contempla para todo el año, de 29%. Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que elabora el Banco Central (BCRA), la inflación estará por encima del 48%. Guzmán suele afirmar que la desviación de la meta presupuestaria –de 3,4 puntos porcentuales en el primer cuatrimestre– se debe a la presión de las subas de las commodities. Sin embargo, un informe de Equilibra estimó que la incidencia sobre los precios locales entre octubre y abril fue de solo un 17%. “El dato fue un poco mejor de lo esperado. Después de siete meses muy intensos, tras la cuarentena estricta, con números cerca de 4%. Aportó estacionales, que crecieron bajo, siendo que mayo es un mes tranquilo. La inflación núcleo sigue alta, pero se desaceleró alimentos. El ancla cambiaria operó fuerte. Es probable que la inflación se consolide en los próximos meses en un 3% y quizás, que en algún período, perfore ese piso”, advirtió Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra. En el Iaraf hicieron un análisis de más largo plazo. “La inflación es un síntoma de desequilibrios económicos, que hace muchos años no se puede resolver de manera sostenida en la Argentina. Esto se puede apreciar observando la volatilidad que presentan los precios relativos”, afirmó Nadin Argañaraz. El Iaraf tomó entonces como referencia cuatro años atrás –mayo de 2017– y concluyó que allí se aprecia que el precio relativo de alimentos y bebidas tiene una tendencia creciente y se encuentran un 6,6% por encima del nivel general. “Lo opuesto sucede con restaurantes y hoteles, que se encuentran un 7,6% debajo del nivel general”, dijo Argañaraz y cerró, particularmente sobre lo que pasa con las tarifas: “Otros rubros presentan una elevada volatilidad, como es el caso de vivienda, agua, electricidad y otros combustibles. Se aprecia que estuvieron 19,9% por encima del nivel general en abril de 2018 y ahora se encuentran un 19,1% debajo”, cerró Argañaraz. |