Por Sofía Diamante - Reglas de juego claras, previsibilidad, libre disponibilidad del capital, seguridad jurídica. Estas son algunas de las condiciones mínimas que piden las empresas extranjeras para invertir en la Argentina. “El país tiene todas las condiciones del mundo. El otro día me mostraron un video de dos minutos que me hizo llorar de la grandeza que tiene la Argentina: podríamos ser Canadá o Australia, pero nos estamos pareciendo a Venezuela. No creo que sea posible hacer un negocio en la Argentina”, dice Rolando González-bunster, un empresario argentino, fundador y CEO de Interenergy Holdings, que hace muchos años que vive en el exterior. Del otro lado, en un panel virtual, lo escuchaban empresarios que, como todos los años, participan del Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). González-bunster compartió panel junto con Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina; Diego López, socio de PWC Argentina, e Ignacio Moyano Córdoba, CEO de Stoller Argentina & Uruguay, y fueron moderados por José Del Rio, secretario general de Redacción de la nacion. “El gran problema de la Argentina es la moneda y la seguridad jurídica de los contratos. Mientras eso sea vulnerable y frágil, será difícil que alguien invierta en ese proceso, al menos que haya garantías de organismos internacionales, como el Banco Mundial. Tampoco debería haber control cambiario, que es una de las grandes trabas. Se debería poder entrar con un dólar y luego repatriar dividendos tranquilamente. Los controles no alientan la inversión”, señaló González-bunster desde la República Dominicana, donde tiene varias inversiones en cargadores eléctricos. El empresario contó que además tiene negocios en desarrollo en Panamá, donde acaba de firmar un acuerdo para instalar una planta de gas en sociedad con la empresa AES; en energía solar en Uruguay; eólica en Chile, y se está expandiendo en Puerto Rico y en España, donde avanza con la llegada de vehículos eléctricos. Sin embargo, señala que por ahora no invertirá en la Argentina. “Uno entra con un precio y le cambian las reglas, le pisan los márgenes. Hay un populismo muy grande de tener tarifas casi a cero, y eso no funciona para incentivar la inversión. Es visible en la Argentina porque es muy difícil que alguien vaya a invertir en un sistema eléctrico nuevo; las reglas no son nada claras”, criticó quien fue compañero de facultad del expresidente de Estados Unidos Bill Clinton. Daniel Herrero, por su parte, señaló que Toyota, que es una de las principales empresas exportadoras del país, incluye en cada precio de vehículo que envía al exterior 15% de impuestos. “Uno puede atender el presupuesto del año, pero se tiene que entender que en el largo plazo no hay valor del dólar que sirva para invertir si no me lo puedo llevar en un cierto tiempo después. El camino del crecimiento debe incluir reglas de juego claras. En este momento uno puede tener una política tributaria elevada, pero tenemos que ir hacia adelante en una política más racional”, indicó. El presidente de la automotriz japonesa ejemplificó como una buena medida que se hayan quitado las retenciones para los incrementales de exportación. “Eso es clave y sirve de señal para seguir invirtiendo. Además, sobre esos incrementales se permite tener libre disponibilidad de una parte de los dólares generados”, indicó. Con relación a la llegada de los autos eléctricos, Herrera dijo que “la electrificación es un proceso irreversible”, pero indicó que hay un “cierto desconocimiento” de cómo funciona el sector. “No alcanza con que una terminal fabrique solo autos eléctricos, tiene que haber una política energética e industrial que permita tener las infraestructuras adecuadas para que puedan funcionar. En la Argentina, sin infraestructura y con una matriz energética principalmente térmica, es muy difícil enchufar un auto eléctrico”, comentó. La oportunidad argentina Moyano Córdoba habló sobre la agroindustria, donde se desarrolla la empresa estadounidense Stroller. “Nuestro sector también vive la nueva normalidad como un desafío enorme porque nos deja la sensación de cuánto nos falta por hacer. Tenemos una oportunidad tremenda para conseguir los resultados que nos están pidiendo. En la reunión del G-7 indicaron que se espera que la población mundial sea de 9000 millones de personas en 2050; hoy son 6000 millones. Y para eso debemos aumentar la provisión de alimentos un 47%, pese a que la población crecerá un 30%, porque además proyectamos que las regiones de África y América van a mejorar y a incrementar el consumo. La Argentina tiene una oportunidad tremenda”, comentó. Finalmente, Diego López, de PWC Argentina, dijo que “la pandemia dejó de manifiesto la fragilidad y las desigualdades” de las sociedades. “Los altos ejecutivos tuvieron que darle foco a la crisis sanitaria, buscando proteger a los empleados. Nuestra última encuesta muestra que la salud y la preocupación por el bienestar de los empleados están entre las cuestiones principales que pueden afectar el crecimiento de las organizaciones”, indicó. “Las compañías tendrán que reinventarse para salir de esta situación de pospandemia más fortalecidas. Vemos un alto optimismo de los CEO en lo que respecta a la recuperación económica mundial, y especialmente los CEO locales, que ven que aumentarán los ingresos en los próximos 12 meses. Sin embargo, esto está muy ligado a cómo evolucionen la pandemia, la vacunación y la reactivación de la economía”, concluyó. ● “Las empresas tendrán que reinventarse para salir de esta situación” |