Por Jorge Herrera - La suba de los precios de los commodities viene impactando en los mercados de divisas, sobre todo, de los emergentes. En sintonía con esto ha aumentado el interés de importantes referentes como el FMI y el IIF sobre la problemática de la unificación cambiaria. En la actualidad solo 22 países tienen mercados cambiarios paralelos, es decir, un 12% del mundo tiene más de un tipo de cambio. En esta oportunidad, sobre la base de un estudio del IIF de los economistas Garbis Iradian y Jonah Rosenthal, se analizan las lecciones que brindan 12 casos de estudio (Argelia, Angola, Argentina, Egipto, Irán, Líbano, Nigeria, Sudán, Siria, Turkmenistán, Uzbekistán y Zimbabwe) examinando las brechas recientes y evaluando los intentos de unificación. Los autores intentan responder, básicamente, a tres interrogantes: qué políticas se requieren para mantener la unificación; qué explica las diferencias en el tamaño de la brecha cambiaria entre países y en el tiempo; y cómo afecta la brecha la balanza de pagos y la situación fiscal. En el caso argentino, donde el mercado paralelo resurgió a fines de 2019 cuando el BCRA restableció los controles de capitales, destacan que: a pesar del canje de deuda externa de agosto de 2020 y la depreciación del 50% desde fines de 2019 hasta el 15 de abril de 2021, el diferencial entre el tipo de cambio oficial y el paralelo se ha ampliado.Dadas las restricciones para acceder a divisas a través de los canales oficiales, los inversores y los pequeños ahorristas recurren cada vez más al mercado paralelo. Asimismo, la perenne monetización del gran déficit fiscal (8,5% del PBI en 2020) se ha manifestado en el mercado cambiario. Si bien el tipo de cambio oficial continuó reptando, una amplia oferta de pesos se extendió al mercado paralelo. La estabilización y unificación exitosas de los tipos de cambio probablemente requerirán un programa del FMI con un endurecimiento fiscal y monetario adicional y objetivos formales para reducir progresivamente la monitorización. No hay duda que la brecha se ha ampliado debido a la monetización del gran déficit fiscal en 2020. El estudio calcula que el tipo de cambio efectivo real se ha depreciado, tomando como base 100 el año 2000, de 86 en 2015 a 55 en 2020. Y reconoce que “es difícil saber ex ante cuál sería para Argentina un tipo de cambio estable que equilibre el mercado”. En este aspecto coincide el economista del FMI, Simon Gray, quién señala también para el caso argentino que “cuando el tipo de cambio paralelo es muy volátil y está sujeta a cambios muy grandes, no es posible saber ex ante cuál sería una tasa de cambio estable que equilibre el mercado, y es probable que se desconecte el vínculo entre el “dólar blue” y los niveles de precios; y una mayor dolarización es probable en tales circunstancias”. El estudio concluye que la evidencia de países que ajustaron su tipo de cambio oficial cerca del tipo de cambio paralelo sugiere que: El ajuste del tipo oficial a un nivel de compensación del mercado no conduce necesariamente a una mayor depreciación. Un mercado paralelo puede persistir durante décadas (Argelia y Turkmenistán). La implementación de políticas monetarias y fiscales estrictas y reformas estructurales ayudarán a estabilizar el tipo de cambio unificado más allá del corto plazo. Dado que la inflación antes del ajuste del tipo de cambio refleja en gran medida el movimiento del tipo de cambio paralelo, el traspaso del ajuste del tipo oficial cercano al tipo paralelo tiende a ser modesto. Los intentos de las autoridades de hacer cumplir los controles cambiarios han resultado ineficaces (Líbano, Irán). Una devaluación del tipo de cambio oficial por sí sola no reducirá el diferencial entre los tipos oficiales y paralelos más allá del corto plazo en ausencia de un fuerte ajuste fiscal, una política monetaria más estricta y la liberalización del sistema de mercado cambiario. De hecho, dependiendo de los factores que impulsaron el surgimiento de un mercado paralelo en primer lugar, la depreciación puede continuar después de que se unifican los tipos de cambio, lo que posiblemente sobrepase la tasa de equilibrio al principio. Sin embargo, el tipo de cambio puede apreciarse posteriormente siempre que las autoridades aborden las causas subyacentes del mercado paralelo. La eliminación de la distorsión relacionada con los tipos de cambio múltiples impulsará la actividad económica y mejorará la balanza de pagos al eliminar la incertidumbre sobre la disponibilidad de divisas y mejorar la competitividad. |