Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, está en Washington para mantener viva la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la vicepresidenta Crist in ak ir ch ner pareció dinamita r cualquier posibilidad de acuerdo. En un homenaje a las víctimas de la última dictadura militar en la ciudad bonaerense de Las Flores, la vicepresidenta acotó el margen de acción con el organismo internacional al decir: “Todos sabemos que, en los plazos y tasas que se pretenden, no solamente es inaceptable, sino que no podemos pagar porque no tenemos la plata para pagarlo”. Cristina pidió “gestos” en favor de la Argentina del FMI y de Estados Unidos, por su posición clave en la administración del organismo, tras lanzar duras críticas a Washington. “Bancaron el golpe que nos hizo pomada; bancaron a los ingleses y fueron centrales a la hora de que el FMI violara todos los estatutos” para darle el préstamo al gobierno de Mauricio Macri. El duro mensaje llega en un momento sensible, porque el Gobierno evalúa la posibilidad de postergar un acuerdo con el Fondo, pero quiere hacerlo de un modo amigable. Por eso Guzmán se reunió anteayer con la titular del organismo, Kristalina Georgieva. La vicepresidenta Cristina Kirchner afirmó ayer que no se puede pagar la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en las condiciones actuales, les pidió un gesto a favor del país al organismo internacional y a Estados Unidos, y fustigó a la oposición, aunque después la convocó a un acuerdo de políticas de Estado. El mensaje fue al participar de un acto en la localidad bonaerense de Las Flores para formalizar la apertura del Espacio de la Memoria. “Deberíamos hacer todos un esfuercito, sean del oficialismo o de la oposición. Si fueran de la oposición, son los que más deberían colaborar e insistir para que nos den mayor plazo y mucha menor tasa de interés. Todos sabemos que, en los plazos y tasas que se pretenden, no solamente es inaceptable, sino que no podemos pagar porque no tenemos la plata para pagarlo”, afirmó la expresidenta luego de aclarar: “No estamos diciendo de no pagar”. Las declaraciones de Cristina se dan en paralelo al viaje a Washington del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien intenta cerrar un acuerdo con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. “Además de la pandemia, antes hubo otra. No solamente los cuatro años de endeudamiento brutal, sino haber permitido que el FMI retornara con una deuda de la que no se tiene memoria ¿No podríamos reclamarle, con la dulzura y el cariño del mundo, que es hora de que nos hagan algún gestito?”, dijo. “Bancaron el golpe que nos hizo pomada, bancaron a los ingleses en las Malvinas y, por si todo fuera poco, fueron centrales a la hora de que el FMI violara todos los artículos de sus estatutos [para otorgar el préstamo al gobierno de Mauricio Macri]. Lo consiguieron por el apoyo de los Estados Unidos”, resumió. La vicepresidenta tuvo a la oposición como blanco predilecto durante gran parte del discurso, aunque sobre el final convocó a ese sector. “Se castigó a los que violaron los derechos humanos, pero a los que los apoyaron no les pasó nada. Nos dejaron a los argentinos el regalo de la estatización de la deuda externa. Entre ellos, la familia y el grupo económico de ya sabemos quién. ¿O los argentinos que se quejan del endeudamiento no saben que tuvieron un presidente al que le terminaron estatizando la deuda multimillonaria que su familia había contraído durante la dictadura?”, inquirió. “Están en contra del Estado, pero se hicieron bien los otarios cuando la deuda de ellos la tuvimos que pagar los argentinos”, resaltó, en uno de los pasajes contra Macri. “Los que habían instigado [a los militares] llegaron por primera vez al gobierno por el voto y generaron más deuda. Además de recordar a los desaparecidos, debemos hacer un ejercicio docente para desentrañar el sentido común”, agregó. A diferencia del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y del intendente de Las Flores, Alberto Gelené, que hablaron antes que ella micrófono en mano, la vicepresidenta usó un micrófono con pie y se adelantó para poder ser vista por todos los presentes (algunos gritaban que no llegaban a divisarla). Su hijo, Máximo Kirchner, se sentó con los protagonistas del acto, pero no habló. “Este 24 de marzo debe ayudarnos a reflexionar sobre la necesidad de retomar un modelo de producción y empleo. Las dificultades son inéditas y por momentos inmanejables, pero esto requiere un altísimo grado de respeto, no solo de quienes gobiernan, también de la oposición”, evaluó. Sobre el final, sostuvo: “Todos los argentinos, más allá de los posicionamientos ideológicos legítimos a que cada ciudadano tiene derecho, entendamos que, como no seamos capaces desde los partidos políticos de articular un acuerdo mínimo frente a cuestiones estructurales como el endeudamiento externo y la economía bimonetaria, va a ser muy difícil gobernar la Argentina”. La pandemia fue otro de los temas de los que habló. “Fue la visión de una Argentina multilateralista las que nos permitió acceder a las vacunas de Rusia y China. Néstor y yo nunca nos fuimos de vacaciones a Rusia y Beijing. De vacaciones nos íbamos a Nueva York y a Disneyworld. Aunque me guste Nueva York, sé cómo defender los intereses de la Argentina”, dijo. No obstante, destacó las gestiones de la asesora presidencial Cecilia Nicolini. El acto tuvo momentos de yerros, compartidos entre Cristina, Kicillof y la locutora del acto. La vicepresidenta destacó que, durante el levantamiento carapintada de 1987, el peronismo estuvo junto al entonces presidente Raúl Alfonsín, pero formuló la frase en sentido contrario: “Allá por el año 1987, hubo rebelión militar una vez más. Y ningún hombre, ninguna mujer de este tan denostado peronismo por parte de republicanos y republicanas estuvo al lado del presidente constitucional sosteniendo la democracia, que es lo que se debe hacer”. Kicillof y la locutora llmaron “presidenta” a Cristina, aunque el gobernador se corrigió rápidamente. |