Por Luisa Corradini - PARÍS.– Tras varios días de suspensión en numerosos países europeos, la vacuna del grupo británico-sueco Astrazeneca podrá volver a ser administrada en el bloque, después de que los expertos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) anunciaron ayer que no pudieron establecer una relación de causaefecto con los casos de trombosis registrados en el continente. Los especialistas del organismo también descartaron un eventual problema ligado a ciertos lotes de la vacuna o a un sitio específico de su fabricación. En estos últimos días, 17 países europeos suspendieron su utilización llevados por el principio de precaución. Por el contrario, la gran mayoría de las naciones del planeta (unas 80) donde el producto está autorizado mantuvieron su campaña. “La vacuna es segura y eficaz para prevenir el Covid-19. Y sus beneficios continúan siendo bien superiores a sus riesgos eventuales”, afirmó la doctora Sabine Straus, miembro del Comité de Evaluación de Riesgo y de Farmacovigilancia de la EMA en conferencia de prensa. Tras el anuncio, Francia, Alemania, España, Italia, Portugal, Holanda, Bulgaria y Eslovenia anunciaron que reiniciarán sus campañas con el producto de Astrazeneca. Straus recordó que 100.000 casos de trombosis se producen todos los meses en la Unión Europea (UE). “Cuando se vacuna masivamente a la población como lo estamos haciendo, hay que esperar que se produzcan ciertos efectos secundarios después de la inyección”, dijo. Riesgo descartado Con un número menor de casos señalados en la población vacunada de lo que se espera normalmente en la población total, el riesgo de trombosis “clásica” (flebitis o embolia pulmonar) fue definitivamente desechado por los expertos europeos. Por el contrario, por el momento no excluyen que la vacuna esté asociada a dos formas muy raras de trombosis: la coagulación intravascular diseminada y la trombosis venosa cerebral. La primera de esas patologías se caracteriza por una coagulación demasiado importante de la sangre, que provoca la formación de coágulos capaces de bloquear los vasos sanguíneos. La segunda es del mismo tipo, pero los coágulos se forman exclusivamente en una vena del cerebro. La cantidad de casos señalados hasta el momento en Europa y en Gran Bretaña es, sin embargo, limitada. “Hemos analizado siete episodios de coagulación intravascular diseminada y 18 de trombosis venosa cerebral, que se produjeron en unos 20 millones de personas vacunadas (con Astrazeneca). Por el momento, no tenemos suficientes elementos para decir si están ligados o no a la vacuna. Pero hay que ser consciente de esa eventualidad”, indicó Straus. Más investigaciones Todos esos efectos secundarios se habrían declarado en los siete días posteriores a la vacunación, mayoritariamente en mujeres jóvenes. Investigaciones suplementarias están en curso. Pocas horas antes del anuncio de la EMA, un equipo de médicos noruegos declaró a los medios que podrían haber hallado el mecanismo que condujo a los tres casos. “Es un equipo muy respetable. Pero esos resultados no han sido aún publicados. Hay que dejar que los científicos hagan su trabajo y no provocar miedo en la gente por nada”, opina un especialista de las enfermedades sanguíneas, que también insiste –como la mayoría de sus homólogos– en que los beneficios de la vacuna siguen siendo ampliamente superiores al posible riesgo. El problema es ahora la pérdida de confianza en la vacuna anglosueca, que ha experimentado varios tropiezos desde que fue puesta en el mercado. “La EMA hizo lo que debía: informar a la población sobre la existencia de ese mínimo riesgo. Pero, para mi, las cosas son muy claras. Cuando en Francia hay cerca de 300 personas que mueren cada día de Covid-19, son necesarias todas las vacunas disponibles”, señala el profesor Cracowski. Y concluye: “Entre ellas está la de Astrazeneca que, según un reciente estudio escocés, es eficaz en 94%”. |