Por Javier Blanco - El Gobierno puso en marcha ayer su cronograma de deuda programado para marzo con la colocación de tres letras del Tesoro en pesos de distinto tipo (dos reaperturas de unas letras ya en circulación y la emisión de una nueva con capital ajustado por inflación), una oferta con la que logró captar del mercado $76.957 millones, Esa suma supera en más de cuatro veces los $15.000 millones que buscaba como mínimo y ocho veces los $9600 millones que necesitaba para hacer frente a vencimientos financieros perentorios. La operación logró asegurar un ingreso de fondos anticipado de cara al vencimiento de otros títulos por $145.000 millones que enfrentará a fin de mes, de modo de llegar con suficiente oxígeno a ese test y reducir el riesgo de enfrentar un aumento en el costo del financiamiento si se genera un espacio para que el mercado especule con esa necesidad. Con ese objetivo, y para asegurarse “caja”, la apuesta de la Secretaría de Finanzas, que conduce Mariano Sardi, buscó aprovechar el apetito que muestran los inversores por instrumentos que los pongan a cubierto de la inflación y escapar a las tasas negativas, en un contexto en que la elevada liquidez colabora para que puedan sostenerse. Vale recordar que los títulos de esas características en circulación cotizan, en muchos casos, con rendimientos negativos, dado el temor que generó la aceleración de la inflación de los últimos meses. Y la demanda no cede, ya que el mercado cree que esa inercia podría sostenerse por algunos meses más, considerando los ajustes de precios de referencia y tarifas ya anunciados o en proceso de definirse. La apuesta funcionó: pese a no ofrecer pago de intereses (se colocó a tasa 0%) la Lecer a Descuento colocada por primera vez sin precio mínimo atrajo el 49% de los fondos ofertados, aunque sólo el 37% logró que se la adjudicaran. Con esta estrategia, el Ministerio de Economía intenta asegurar no sólo una refinanciación de vencimientos sin estrés, sino también conseguir acceso a los fondos netos que prevé el presupuesto para cubrir el elevado gasto público. El objetivo es evitar recaer en más emisión monetaria (a comienzos de mes ya debió solicitarle al BCRA $70.000 millones) aun cuando los ingresos tributarios vienen creciendo a tasas reales positivas en los últimos meses y el Tesoro se prepara para recibir los aportes del impuesto a la riqueza. Por esta razón, tiene previstas otras dos licitaciones en el mes (los lunes 22 y 29), subastas en las que buscará terminar de cumplir con ambos objetivos cuidando costos. ¿Qué impulsa la demanda? Los analistas tienen claro que se mantiene alto el apetito por los bonos con ajuste CER. “El mercado sabe que la agenda electoral impone niveles elevados de gasto y emisión de moneda hacia la segunda mitad del año, que tarde o temprano pasarán factura. En este contexto, no debe sorprender que la demanda de bonos CER se mantenga elevada como herramienta de cobertura inflacionaria, dado que no se avizora una política antiinflacionaria que pueda por sí convalidar una desaceleración semejante”, apuntaron en la consultora Criteria. “Fue un muy buen resultado que debería ayudar para mantener la recuperación de los bonos en dólares”, valoró por su parte el analista Santiago López Alfaro, presidente y socio de Patente de Valores . Los títulos ofrecidos a inversores ayer fueron: una Letra a Descuento (Ledes), que se colocó al mínimo ofrecido de $877,57 por cada $1000 nominales (implica una tasa del 38% nominal anual), y una Letra ajustable según tasa de pases que fije el BCRA (Lepase), ofrecida a $1027,70 por cada $1000 (tasa del 37,5%), ambas a caducar en 134 días (el 30 de julio). La primera captó $20.578 millones y la segunda, $24.428 millones. A eso se sumó la Lecer a descuento ya mencionada, que vence en casi un año (28 de febrero del 2022), que fue la “estrella”, como se esperaba, al atraer ofertas de compra por algo más de $43.000 millones (suma equivalente a lo que juntaron los títulos cortos), aunque sólo fueron aceptadas por $33.914 millones para no tener que pagar tasa por encima del ajuste por inflación. Sardi destacó la cantidad de ofertas recibidas (477 por $91.038 millones) y que gracias a estos resultados el Tesoro inicia el tercer mes del año “con un financiamiento ne to cercano a los $67.400 millones”, que le permite acumular un financiamiento genuino cercano a los $143.700 millones en el año. “Llevamos más de ocho meses con rolleo positivo por sobre los vencimientos”, destacó. El Gobierno necesitará un financiamiento elevado para cubrir el rojo fiscal total previsto para 2021, que estimó en 6 puntos del PBI. Según el presupuesto, la mayor parte (3,2%) será financiada con emisión monetaria ($1,2 billones), mientras que los restantes 2,8 puntos (al menos $1 billón) los buscará con más colocaciones de deuda en pesos. La hoja de ruta para Finanzas será más desafiante en abril, dado que le toca enfrentar vencimientos por $385.000 millones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
|