Mariana Reinke y Dante Rofi - El alza del precio de la soja en Chicago, que llegó a superar ayer los US$500 por tonelada y luego bajó a US$496, podría generar una valorización de la cosecha sin vender por US$350 millones y un impacto adicional de entre US$2500 y US$5000 millones si las condiciones de mercado persisten, según especialistas consultados por la nacion. No obstante, todos coinciden en que el clima es el gran limitante debido a las condiciones de sequía que atraviesa el cultivo en varias zonas productivas. “Sube el valor de las existencias, con un alza de 35 dólares en las últimas dos semanas. Los 10 millones de toneladas de soja 2019/2020 remanentes son US$350 millones extras que pueden quedar en el país si se avanza en la comercialización de esa mercadería, con una distribución del 67% para los tenedores de esa soja, tanto productores como acopiadores o industrias, y del 33% para el fisco [por retenciones]”, puntualizó Juan Manuel Garzón, economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea. El alza del precio de la soja en Chicago, que llegó a superar ayer los US$500 por tonelada y luego bajó a US$496, podría generar una valorización de la cosecha sin vender por US$350 millones y un impacto adicional de entre US$2500 y US$5000 millones si las condiciones de mercado persisten, según especialistas consultados por la nacion. No obstante, todos coinciden en que el clima es el gran limitante debido a las condiciones de sequía que atraviesa el cultivo en varias zonas productivas. “Sube el valor de las existencias, con un alza de 35 dólares en las últimas dos semanas, los 10 millones de toneladas de soja 2019/2020 remanentes son US$350 millones extras que pueden quedar en el país si se avanza en la comercialización de esa mercadería; en una distribución del 67% para los tenedores de esa soja tanto productores, acopiadores o industrias y el 33% para el fisco [por retenciones]”, puntualizó Juan Manuel Garzón, economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea. Es decir que los mejores precios podrían eventualmente aportarle a la Argentina dólares adicionales que ayudarían a mejorar la situación de las cuentas públicas, golpeadas por la pandemia, y a aumentar la oferta de divisas, lo que podría reducir la brecha entre las cotizaciones libres del dólar y el oficial. Pero hay condicionantes. Los precios de la soja acentuaron ayer la tendencia positiva iniciada durante la segunda semana de agosto último en la Bolsa de Chicago, al quebrar la barrera de los 500 dólares por tonelada durante la rueda, algo que no sucedía desde el 7 de julio de 2014. Al cierre de los negocios, sin embargo, las ganancias, que llegaron a superar los 20 dólares, se redujeron a 12,31 dólares, por lo que el ajuste del contrato enero de la oleaginosa quedó en 496,04 dólares por tonelada. Lejos de agotarse, el combo alcista sigue sumando ingredientes. Luego de que Brasil liquidó su saldo exportable de soja 2019/2020, el fundamento más importante continúa siendo la escasez de soja en Estados Unidos, producto de una demanda china que está comprando granos estadounidenses como no lo hacía ni siquiera antes del inicio de la guerra comercial, debido a la necesidad de recomponer su rodeo porcino. El mes pasado, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) proyectó que al cierre del ciclo 2020/2021 –fin de agosto– las existencias estadounidenses de soja quedarían en 4,76 millones de toneladas, el volumen más bajo desde la campaña 2013/2014. Sin embargo, cuando recién comienza el quinto mes de la temporada comercial, los vendedores ya comercializaron el 91,6% de los 59,87 millones de toneladas que el organismo fijó como objetivo para las exportaciones de todo el ciclo. Los operadores consideran que si el martes próximo, en su nuevo informe mensual de estimaciones agrícolas, el USDA eleva su proyección sobre las exportaciones estadounidenses, inexorablemente deberá recortar su previsión sobre el stock final, que quedaría así en uno de los niveles históricos más bajos. A este fundamento alcista se sumó la incertidumbre por el impacto del clima sobre los cultivos de Brasil y de la Argentina, donde las lluvias fueron escasas en el inicio de las siembras y donde continúan siendo irregulares en la actualidad. Ayer, el especialista estadounidense Michael Cordonnier redujo de 130 a 128 millones de toneladas su previsión sobre la producción de Brasil y de 47 a 46 millones la oferta de la Argentina. En ambos casos, las cifras resultan inferiores a las previstas por el USDA en diciembre, de 133 y de 50 millones de toneladas, respectivamente. Desde San Pablo, Ana Luiza Lodi, especialista en el mercado de soja de la estadounidense Stonex, dijo a la que para las próximas semanas nacion se auguran buenas lluvias sobre las zonas productoras de Brasil. “Enero seguirá siendo un mes decisivo para el volumen final de la cosecha y en algunos Estados ese plazo se extiende hacia febrero”, completó. Y el combo alcista también sumó las trabas en la logística portuaria argentina, que aún pueden generarle a Estados Unidos la posibilidad de colocar cargamentos de harina y de aceite de soja si el cuello de botella que se registra en las terminales ubicadas sobre el río Paraná no logra resolverse pronto. En el nivel local, el Matba Rofex reflejó en forma parcial las subas externas. Las posiciones enero y mayo de la soja sumaron US$3,80 y 9,70, al cerrar con ajustes de 346,80 y de 342,20 dólares por tonelada. |