Por Belkis Martímes - El Gobierno confirmó ayer que el aeropuerto de El Palomar, ubicado en el oeste del Gran Buenos Aires, ya no operará para vuelos comerciales, porque mantener tres estaciones aéreas en la zona del AMBA “no es sustentable”. El Ministerio de Transporte y el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) ratificaron en un comunicado conjunto que el aeropuerto funcionará solo para operaciones militares. De esta forma, las aerolíneas low cost Jetsmart y Flybondi trasladaron su operación a Ezeiza, con mayores costos, con la promesa de que lo harán desde el Aeroparque cuando reabra, tras las remodelaciones. Luego de que trascendieron las diferencias internas entre el Ministerio de Transporte y el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna) sobre el futuro del aeropuerto de El Palomar, ambos organismos emitieron ayer un comunicado conjunto en el que ratificaron que esa aeroestación quedará inhabilitada para vuelos comerciales y solo se mantendrá operativa para operaciones militares. “No resulta económicamente sustentable mantener tres aeropuertos operativos para una misma zona de influencia con ese volumen de pasajeros [20 millones de personas al año, en condiciones normales]; las ciudades que en el mundo cuentan con dos o más aeropuertos movilizan volúmenes no inferiores a los 50 millones de pasajeros”, afirma el comunicado que firman el ministro Mario Meoni y Carlos Lugones Aignasse, presidente del Orsna. Meoni había prometido en varias oportunidades que El Palomar iba a estar habilitado para vuelos comerciales cuando regresara la actividad después de la cuarentena estricta, cosa que nunca ocurrió. Con críticas a la gestión aerocomercial de la administración Macri, el comunicado argumenta que la habilitación de El Palomar como aeropuerto comercial fue “una solución precaria para la operación de las líneas aéreas low cost”. Entre ellas, Jetsmart y Flybondi habían comenzado a operar allí ofreciendo vuelos a precios mucho más baratos que las aerolíneas tradicionales, pero con la recesión y luego las severas limitaciones que impuso la pandemia vieron trastabillar sus planes de negocios. El Gobierno aprovechó el parate de la actividad para cerrar el Aeroparque Jorge Newbery en agosto pasado y realizar obras de ampliación y mejoras en pistas e instalaciones, lo que motivó que la operación de las aerolíneas que retomaron la actividad fuera trasladada al aeropuerto internacional de Ezeiza. Las low cost se resistían a la mudanza a Ezeiza por el encarecimiento de los costos operativos que debían asumir por tratarse de un aeropuerto internacional. Jetsmart aceptó el traslado y comenzó a operar el 19 de noviembre pasado, mientras que Flybondi lo hizo el fin de semana pasado con un vuelo. “Dejar El Palomar nos implicó un mes de no poder operar debido a los movimientos de traslado de la operación, que no solo significa el traslado de los aviones, sino la gestión de nuevos permisos y habilitaciones”, dijeron en Jetsmart. El Orsna argumentó que concentrar todas las operaciones en un solo aeropuerto permitía contar con un “corredor sanitario seguro” en el AMBA. “Entendemos que las medidas son puntuales y temporales y somos respetuosos del marco regulatorio”, agregaron en las empresas. Ante este escenario, la propuesta del Gobierno para las low cost fue seguir operando con una bonificación de las tasas aeroportuarias que pagaban en El Palomar. Esta decisión fue, dicen en el Orsna, “para garantizar los puestos de trabajo, la seguridad sanitaria y las operaciones”. Se prevé que el personal que operaba en El Palomar sea absorbido entre el aeropuerto de Ezeiza y el Aeroparque. El plan que tienen las autoridades es que tanto Jetsmart como Flybondi operen desde el Aeroparque Jorge Newbery, cuyos costos operativos “son similares a los que tenían en El Palomar”, explicaron fuentes oficiales, y agregaron que ambas empresas “ya tienen autorización” para despegar desde esas pistas, en cuanto finalicen las obras. “Se espera que entre la última semana de febrero y la primera de marzo finalicen las obras y una semana más tarde, previa inspección de las autoridades, vuelva a estar operativo”, sintetizaron en Transporte. Se calcula que el costo adicional por año que tendrán ambas aerolíneas al salir desde Ezeiza es del 2% mensual. Esto podría derivar en un aumento de los pasajes aéreos o arriesgarse a ganar un menor porcentaje por vuelo. La suba de los gastos totales que tienen las empresas al despegar desde Ezeiza, según aclararon fuentes oficiales, es propia de los costos operativos de la aviación. Por ejemplo, llegar a Ezeiza requiere media hora más de vuelo, por lo que esto implica más gasto de combustible y pago del tiempo extra a la tripulación. En Flybondi señalaron que “el movimiento impacta en un 5% de incremento de los costos de operación. Un aeropuerto más simple y pequeñocomoelpalomarfacilitala optimización de los tiempos de rodaje”. El traslado a Ezeiza, en cambio, “incrementa mínimo un 10% los costos de operación”, dijeron. Según datos oficiales, los empleos directos que generaban ambas compañías dentro de El Palomar eran 271, pero, sumando a los indirectos llegarían a algo más de 1000. |