Por Melisa Reinhold
- La elevada inflación de agosto impactó fuerte en los ahorristas que tienen
dinero en el banco a plazo fijo. Por primera vez en los últimos cinco años,
quien optó por esa manera de mantener el valor de sus ahorros perdió un 2,6%
frente a la inflación. Sin embargo, el Banco Central no subió la tasa de
interés. Eso podría ocasionar que los pesos depositados se vuelquen al dólar y
presionen sobre la cotización.
Ayer, el Gobierno
anunció un paquete para aliviar el peso impositivo que soportan los autónomos.
En agosto, los
plazos fijos minoristas perdieron por 2,6 puntos frente a la inflación. Se
trata del peor rendimiento, en términos reales, de los últimos cinco años. Pese
a ello, esta semana el Banco Central (BCRA) decidió mantener inalteradas las
tasas de interés, una decisión que los economistas advierten que podría sumar
una mayor presión dolarizadora de cara a las elecciones de octubre.
Actualmente, las
tasas de interés se encuentran en el nivel más alto de los últimos 32 años.
Esta inversión, que se consolida como una de las más populares entre los
ahorristas más conservadores, paga una tasa de rendimiento del 118% nominal
anual. En caso de que el inversor reinvierta todos los meses el capital inicial
más los intereses ganados, se convierte en una tasa efectiva anual del 209%.
Entre mayo y julio,
estos valores lograron proteger los pesos frente al avance de los precios de la
economía. Sin embargo, con la reciente aceleración inflacionaria, el escenario
volvió a darse vuelta. Mientras que el plazo fijo a 30 días ofrece una tasa de
interés equivalente al 9,8% mensual, en agosto la inflación fue del 12,4%.
Implica una tasa nominal anual real negativa del 27,3%, según cálculos de Nery
Persichini, de GMA Capital.
“No obstante,
indicadores de alta frecuencia reflejan una desaceleración del ritmo de
incremento del nivel general de precios desde el pico de la tercera semana de
agosto, que se habría profundizado en lo que va de septiembre. La política de
tasa de interés del Central busca propender hacia retornos reales positivos
sobre las inversiones en moneda local con el fin de preservar la estabilidad
monetaria y cambiaria”, justificó la decisión el Banco Central, a través de un
comunicado oficial.
Pero ese optimismo
no se ve reflejado en las proyecciones de inflación futura de los economistas.
De acuerdo con los diez analistas que más aciertan en el Relevamiento de
Expectativas del Mercado (REM), informe que elabora mensualmente el Banco
Central, septiembre terminaría con una inflación del 11,4%. En octubre, en
tanto, los precios subirían un 9,2% promedio; en noviembre volverían a
acelerarse hasta un 10,5% y en diciembre -con cambio de gobierno incluido-
saltarían hasta un 15,6%.
A excepción de
octubre, de cumplirse estas estimaciones y de no haber ajuste en las tasas, en
los próximos meses el plazo fijo perdería claramente en la carrera contra los
precios. “El Banco Central dijo que la inflación se estaba desacelerando y, por
esa razón, decidió no mover las tasas. En paralelo, el viernes la Secretaría de
Hacienda salió a mostrar la inflación semanal. Todos estos anuncios buscan
calmar las expectativas inflacionarias que todos tenemos, algo que se vio
reflejado en lo real con el dato de agosto. Quieren demostrar que los precios
se están desacelerando y, de esa manera, que la tasa no quede tan desarbitrada.
Pero es un movimiento peligroso, incluso a pesar de que subir las tasas de
interés significa un mayor costo por los intereses que pagan los pasivos
remunerados [Leliq y pases]”, advirtió el analista financiero Christian
Buteler.
Para el economista,
esta decisión podría llegar a sumarles más presión a los dólares libres. No
solo porque la inflación volvería a ganarle al plazo fijo en los próximos
meses, sino porque también faltan menos de 40 días para las elecciones
generales y los argentinos suelen preferir esperar el resultado de las urnas
refugiados en moneda dura. “Encima quedó el antecedente de lo que sucedió en
las PASO, cuando hubo una devaluación que terminó justificando la dolarización
previa”, agregó. En agosto, el blue trepó 33,6% y el MEP, un 31,5%. Tres veces
más que el plazo fijo.
“Frente a este
panorama de inflación creciente y política fiscal inconsistente, consideramos
que la política de tasas es inocua para contener la escalada de precios. A su
vez, siempre que no se esterilice la emisión exógena, esta dinámica reduciría
el peso real de los pasivos remunerados del Banco Central [a costa de una mayor
licuación de los plazos fijos]”, sumó Persichini.
Desde la sociedad
de Bolsa Delphos Capital, señalaron que la decisión del Banco Central “debilitó
el atractivo de los depósitos a plazo” y esto podría impulsar la dolarización
de carteras en la previa electoral, con la vista puesta en el próximo 22 de octubre.
Sobre todo a la espera de que la inflación de dos dígitos en agosto no haya
sido únicamente una rareza.
“Habrá que
monitorear de cerca el comportamiento de los plazos fijos. Nosotros
incrementamos nuestras estimaciones de inflación para fin de año a entre 180% y
190% anual, con una aceleración inflacionaria adicional a partir de noviembre o
diciembre de este año. Nuevos deslizamientos del tipo de cambio oficial, el
descongelamiento de precios regulados, la indexación general de la economía y
el ‘plan platita’ del Gobierno seguirán empujando la nominalidad de la
economía”, advirtieron.
¿Todos los pesos
que estaban posicionados en un plazo fijo a 30 días se irán al dólar aumentando
la demanda? Para Buteler, no necesariamente, ya que el Gobierno cuenta “con ‘la
ventaja’ de que estamos encepados”. En caso de desarme de plazos fijos, los pesos
también podrían ir a parar a un bono CER o un plazo fijo UVA, dos opciones que
ajustan por inflación.
Pero, tras la
decisión del Banco Central, queda una certeza: en el contexto actual, los
plazos fijos tradicionales dejaron de ser atractivos. “Dado que el mercado
estima que en septiembre los precios avanzarán 12% [según el REM], la tasa de
interés debería ajustarse al alza en 28 puntos porcentuales hasta 146% (TNA)
para quedar neutra frente a la inflación esperada”, cerró el economista de GMA
Capital.ß
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