Poe Rafael Mathus
Ruiz - CORRESPONSAL EN EE.UU. Con la colaboración de Gabriela Origlia - Las
medidas electoralistas anunciadas por el ministro de Economía y candidato
presidencial del oficialismo, Sergio Massa, provocarán un mayor desborde
inflacionario, según advierten economistas locales e internacionales, sobre la
base de las proyecciones de emisión y déficit fiscal para lo que resta del año.
El banco J.P. Morgan, por ejemplo, prevé para diciembre una inflación acumulada
del 190%, en línea con la consultora local LCG, que proyecta ese mismo índice.
La batería de
medidas anunciadas por Massa, que incluyen desde el pago de bonos hasta una
drástica exención del impuesto a las ganancias y la devolución del IVA a
jubilados y monotributistas, ya implica un costo de tres billones de pesos, que
agravará el déficit y dejará al Gobierno mucho más lejos del cumplimiento de lo
acordado con el FMI. La meta del 1,5% del PBI podría duplicarse, según algunas
estimaciones privadas.
WASHINGTON.– Los
pronósticos de inflación que comenzaron a circular poco después de que se
conoció el 12,4% de agosto anticipan una mayor inflación para el cierre de este
año, con un descarrilamiento más profundo de la economía. Todo alentado por el
arrastre que dejaron la devaluación y la incertidumbre electoral, al que ahora
se suma el impacto del llamado “plan platita” lanzado por el ministro de
Economía y candidato presidencial, Sergio Massa.
Es una visión
compartida tanto por analistas del exterior como locales. Por caso, Fernando
Marull, economista de FMyA, estimó que las medidas anunciadas por Massa esta
semana implican un déficit fiscal adicional del 0,7% del PBI.
Por su parte, un
informe del banco J.P. Morgan conocido anteayer prevé que la inflación en la
Argentina llegará al 190% anual en diciembre luego de que el alza del costo de
vida se mantenga en los dos dígitos mensuales durante lo que resta del año
debido a la devaluación y la ausencia de un plan de estabilización.
El lapidario
pronóstico aparece en línea con el de economistas locales (Miguel Ángel Broda,
por ejemplo, prevé una inflación anual del 180% al cabo del año, una cifra que
puede “resultar un piso”, alertó), y anticipa un deterioro agudo para la
economía durante los próximos meses, agravado por la incertidumbre sobre el
desenlace electoral. “Después del ajuste discreto del tipo de cambio oficial
posterior a las PASO, esperamos que la inflación sea de dos dígitos hasta fin
de año”, indica el informe escrito por Diego Pereira y Lucila Barbeito.
El banco de Wall
Street espera que la inflación promedio hasta fin de año sea de 12,8% mensual
luego del mix de políticas que lanzó el ministro de Economía, Sergio Massa,
tras cerrar el último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El informe fue
difundido antes del anuncio de la devolución del IVA para los productos de la
canasta básica, el último intento del Gobierno de moderar el azote de los
precios en el bolsillo de los consumidores.
El J.P. Morgan
advierte que “la transmisión a los precios [de la devaluación] resultaría mucho
más fuerte esta vez, en medio de la falta de un programa de estabilización, una
brecha cambiaria amplia y la alta inercia inflacionaria”.
El banco señaló
además que el impacto de la devaluación se evaporará, llevando a una
devaluación aún mayor. “Y si bien el ajuste cambiario ayuda a erosionar parte
de la apreciación acumulada del tipo de cambio real en el corto plazo, la
aceleración de la inflación esperada lo situaría más apreciado para las
elecciones de octubre en comparación con nuestro escenario base anterior. Eso,
en su momento, aumentará el ajuste cambiario necesario”, señaló.
Por su parte,
Martín Castellano, jefe para América Latina del Instituto Internacional de
Finanzas, asociación global de la industria financiera, dijo en un mensaje en
la red social X, antes Twitter, que sin un ajuste en el gasto “los recientes
recortes de impuestos significan una impresión adicional de pesos” que
terminarán alentando aún más la inflación.
A contramano del
FMI
A nivel local,
economistas y dirigentes de la oposición han denostado las últimas medidas de
Massa, a las que bautizaron un nuevo “plan platita” con fines electorales.
Argumentan que la decisión de subir el piso de Ganancias a 15 salarios mínimos
y otras decisiones con impacto en los ingresos fiscales, como la devolución del
IVA en productos de la canasta básica, solo empeorarán los problemas de la
economía.
Los anuncios de
Massa, que también decidió congelar tarifas, van en contra de lo que había
acordado hace muy poco con el FMI. Ese organismo, en los últimos mensajes
públicos desde que se aprobó el último acuerdo, hizo especial hincapié en la
necesidad de acelerar el ajuste fiscal para bajar la inflación y estabilizar la
economía.
La meta de déficit
primario con el organismo quedó en 1,9% del PBI, pero algunas consultoras
locales, como Anker, ya veían ese número en 3% incluso antes de las medidas
lanzadas por el ministro de Economía esta semana. “Descontábamos que algo así
iba a pasar posdesem-bolso del Fondo”, señalaron ante la consulta de LA NACION.
Melisa Sala,
economista de la consultora LCG, dijo por ejemplo que la eliminación del mínimo
no imponible “tenderá a presionar sobre el dólar libre”, lo que a su vez le
pone más presión al alza del costo de vida. A eso se agrega además el atraso
acumulado del dólar oficial, que Massa decidió fijar en $350 hasta después de
las elecciones. “Los efectos podrían disimularse al principio en virtud de los
controles y congelamientos extensivos a los que apeló el Gobierno hasta las
elecciones. Pero aparecerán cuando comience a descongelar el 40% de la canasta
del IPC y el dólar oficial. Por eso proyectamos una inflación en torno a 190%
para el año”, explicó Sala.
Para Gabriel
Caamaño Gómez, de la consultora Ledesma, es difícil medir el impacto de las
últimas medidas “pero lo seguro es que siguen emitiendoy desanclando
expectativas” lo que contribuye a que haya más inflación. “No están
construyendo horizonte o dejando que los otros lo construyan. Lo esta
detonando”, completó.
El economista
Ramiro Castiñeira, en tanto, alertó que el déficit fiscal actual que muestra la
Argentina solo se observó en dos momentos previos en la historia de la
Argentina. “Un déficit fiscal de esta magnitud solo hubo en 1975 en la previa
al Rodrigazo, y en 1989 en la previa a la hiperinflación”, alertó Ramiro
Castiñeira.
También se refirió
al tema Miguel Ángel Broda, quien ayer, en Córdoba, dijo: “El programa
económico está descarrilado y el ministro candidato optó por echar más leña al
fuego, agravando la herencia para el próximo gobierno”. Y evaluó que los
anuncios de Massa ya implican un costo fiscal para la Nación de 0,5% del PBI
para lo que resta de este año y del 0,4% para 2024. “Hace más difícil cumplir
con la meta comprometida con el Fondo, que ya era casi imposible”, definió ante
los alrededor de 700 empresarios reunidos en el Coloquio de la Unión Industrial
de Córdoba (UIC).
Su estimación de
déficit primario, antes del “plan platita” era de 2,4% –la meta acordada con el
FMI es de 1,9%– y ahora saltó al 2,9%, aunque admitió que “todavía falta”. ●
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