El calvario que
enfrenta Massa hasta octubre, tras un miércoles negro con malas noticias
Por José
Calero- El camino hacia las elecciones de octubre se va poblando de obstáculos
y nubarrones. La gran pregunta es cómo hará
la clase política para entusiasmar a un electorado asfixiado por una inflación
que no da tregua, y que se catapulta al 130% para cuando concluya el año. Un 76% de los encuestados adjudicó a la
clase política los problemas que atraviesa la Argentina, según un llamativo
sondeo realizado por la consultora Tres Punto Cero.
El Gobierno afrontó
un miércoles negro cuando el INDEC anunció un índice de inflación del
12,4% en agosto, récord en más de 32 años. Hay que remontarse a febrero de 1991
para encontrar un costo de vida más alto. Ese mes lejano había sido del 27%, cuando
la economía atravesaba otra crisis terminal y, un par de meses después, se
anunciaba la convertibilidad.
El resultado de
la medición oficial terminó teniendo un impacto mayor al esperado por
el oficialismo, que montó dos actos de campaña en las horas previas para tratar
de morigerar lo que ya era imposible de ocultar: a este paso la gestión económica
marcha rumbo colisión.
Primero Sergio
Massa -quien sigue tratando de explicar que cuando él gane vendrá lo mejor,
mientras es el hombre fuerte de este gobierno- buscó darse un "baño de
pueblo" en la Plaza de Mayo, sólo que los que lo vitoreaban eran
camioneros que cobran los salarios más altos de una economía en la que seis de
cada diez empleados no llegan a cubrir la canasta de pobreza.
Luego hubo un
insólito "paro activo", donde el presidente Alberto Fernández y el
ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, salieron a arengar a operarios de
pico y pala que los miraban asombrados. Buscaban convencer a los trabajadores de que el cuco que viene es la
oposición, que frenará las obras, cuando el problema urgente de la gente es que
cuando cobre su salario ya habrá sido pulverizado por la escalada de los
precios.
Los anuncios de Massa, ¿benefician o generan más inflación?
Para terminar la
jornada anunciando devoluciones de IVA para
monotributistas, jubilados y empleados que al final del día no termina de quedar claro hasta dónde
benefician o terminarán generando más inflación, ante el delicado estado de las
cuentas públicas, que obliga a emitir cada vez más billetes sin valor y
presiona sobre los precios.
La deuda del Banco
Central superó esta semana los 20 billones de pesos, una cifra
estratosférica que tal vez constituya el peor legado que pueda recibir la
futura administración. Habrá que ser un mago en serio para encontrarle una
salida a esta hecatombe, advierten desde la oposición.
La inflación
mensual de dos dígitos demuele cualquier argumento, sobre todo en un país
donde cuatro de cada diez habitantes son pobres, y otro tanto mira de reojo sus
ingresos porque no está muy lejos de serlo también.
Mientras las
puestas en escena se desarrollaban, la realidad era abrumada por los datos del
INDEC, que reflejaron una disparada con pocos precedentes en los alimentos, que
rondó en agosto el 40% en el caso de las carnes más populares, como la paleta y
el cuadril.A esto se sumó una señal de alerta que aportaron los estrategas de
campaña oficial: la disparada de la inflación puede espantar aún más a los
jóvenes, donde los únicos votantes que parecen quedarle a Massa son militantes
de La Cámpora a los que Javier Milei y Patricia Bullrich acusan
de "ñoquis del Estado".
Es que los jóvenes
en la Argentina carecían de "memoria inflacionaria". El trauma
de las subas de precios lo habían vivido sus padres a principios de los 90.
Ahora, ese problema económico lo viven en carne propia ellos también, que en
las PASO se volcaron hacia Milei.
Cómo se sale de la crisis
Economistas
curtidos en varias hiperinflaciones dicen que, para los mayores de 40
años, las sucesivas crisis los convirtieron en expertos en maremotos: saben que
primero se retira la ola (devaluación) y luego sólo es cuestión de tiempo para
que llegue el tsunami (inflación). Pero los jóvenes nunca habían atravesado lo
que viene recorriendo ahora la Argentina.
Hasta algunos
audaces que no lo quieren a Massa dicen que el grado de deterioro
económico y político actual hace que la situación se emparente más con
episodios como la implosión de la tablita de Martínez de Hoz, en 1981; la del
plan Austral, en 1987; la del plan Primavera, en 1989, o de la convertibilidad,
en el verano de 2002, que al escenario post-PASO de 2019, aunque siempre con un
denominador común: una marcada debilidad política en los gobiernos de
turno.Habría que remontarse a febrero de 1991 -dos meses antes de la
convertibilidad- para encontrar un nivel de inflación más alto. Aquella vez
llegó al 27%.
Ahora, la gente de
a pie comienza a preguntarse si el mal resultado inflacionario de agosto no
podría repetirse, o empeorar, en septiembre. Así lo afirman casi todas las
consultoras que brindan sus datos al Banco Central. ¿Sería el golpe de nocaut
definitivo para el gobierno de cara a las presidenciales? Parece muy probable.
Se viven momentos
de tensión en lo más alto del poder. Durante la jornada hubo contactos
permanentes entre Massa y el presidente del Banco Central, Miguel
Pesce. Este jueves, el directorio de la autoridad monetaria decidiría una
nueva suba de tasas. Están en el 118% anual y ya no alcanzan para empardar el
costo de vida. ¿A cuánto la llevará? Es una de las preguntas que se hacen
financistas y ahorristas por estas horas. También los tenedores de plazos
fijos, que ya no saben qué artilugio utilizar para proteger sus ahorros en
riesgo.
La deuda del Banco Central crece a un ritmo insostenible
Para colmo, la
deuda del Banco Central no sólo superó los 20 billones de pesos, sino que ya
crece a un ritmo insostenible de 2 billones por mes. A este paso, el
riesgo de un plan similar al Bonex que termine quedándose con la plata de la
gente, no parece ciencia ficción.Hace cuatro años, Alberto Fernández hizo un
crudo balance del golpeado gobierno de Mauricio Macri.
"Vinieron a
terminar con el cepo y nos dejan el cepo, vinieron a terminar con el default
y nos dejan en default, vinieron a llenar las reservas y se van con las
reservas vacías, vinieron a acabar con la inflación y dejan el doble de
inflación", dijo Fernández. A punto de concluir su mandato, la historia se
repite. El asado no volvió, el poder adquisitivo se pierde a cada vez a mayor
velocidad y la sensación de que se está por ingresar en otra crisis terminal,
lo cual le quita el sueño a miles de familias.
Si en medio de
tantos datos negativos hasta apareció una advertencia velada de los Estados
Unidos. El subsecretario del Tesoro norteamericano para Asuntos
Internacionales, Jay Shambaugh, alertó que el FMI debe obligar a los
gobiernos que reciben respaldo financiero a realizar las reformas pedidas por
el organismo, o de lo contrario retirarles el apoyo.
El reclamo fue
interpretado por sectores del mercado financiero como una advertencia para la
Argentina y sus laxas políticas fiscales. Era lo único que le faltaba a
Massa para cerrar su miércoles negro. ¿Se cae el desembolso del Fondo previsto
para noviembre? Por ahora, parece ser un tema menor en medio de tantas
urgencias.
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