Por Virginia
Porcella - La relativa calma cambiaria que se vive en el mercado por estos días
es una bocanada de oxígeno para el Gobierno, particularmente para el ministro
de Economía de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa. Sin
embargo, la tensión subyacente no cede y cualquier paso en falso podría derivar
en un recalentamiento anticipado de las cotizaciones. El impacto más inmediato
a monitorear será la reacción a partir de mañana, cuando se conozca el primer
dato de inflación post devaluación a nivel nacional.
Se descuenta que el
índice será de dos dígitos, tal como anticiparon las mediciones de la Ciudad de
Buenos (10,8%) y de Córdoba (12,5%), con un impacto de sólo dos semanas tras el
salto del dólar oficial. Eso indica que la preocupación se traslada también al
dato de este mes, donde muchos analistas ya anticipan un cifra más alto. En
cualquier caso, será una verdadera prueba de fuego para el precio del dólar por
lo que todos vuelven a mirar al Banco Central, atentos a su decisión sobre la
tasa de interés.
Aunque los
operadores e inversores están divididos entre quienes descartan nuevos cambios
porque consideran que el nivel actual es lo suficientemente alto como para que
una nueva suba marque una diferencia, otros analistas se inclinan por sostener
que dejar la tasa sin cambios este jueves o, a más tardar en las dos siguientes
reuniones de directorio de la autoridad monetaria, conlleva el riesgo de perder
la precaria estabilidad alcanzada y que se vuelva a disparar la brecha
cambiaria.
En esta
perspectiva, no sólo del índice de inflación que se conocerá mañana tiene un
alta incidencia sino también un factor fundamental: a fin de mes vencerá la
última versión del dólar soja 4, lo que implicará que en el mes de las las
elecciones se reducirá la oferta de divisas, con la consecuente mayor presión
cambiaria.
INTERVENCIÓN
BCRA
Esto ocurrirá no
sólo en el mercado de cambios oficial, donde el Central encadenó 20 jornadas
consecutivas de compras netas gracias al aporte de la mayor liquidación del
agro, sino también en el segmento financiero, por donde los exportadores tienen
habilitado liquidar hasta 25% de sus ventas.
Esos dólares no
estarán disponibles en octubre: el Banco Central difícilmente logre cerrar las
ruedas con saldo positivo, con lo cual será mucho menor su margen de
intervención en el dólar financiero, al tiempo que en ese mercado también
sentirá la menor presencia de oferta privada. En ese escenario, con elecciones
antes de fin de mes, no son pocos quienes creen que el Gobierno arriesga
demasiado sino aplica un retoque a las tasas de interés. Particularmente
poniendo en la balanza la fuerte expectativa de devaluación post la fecha
electoral.
En el medio, en el
Banco Central son por ahora poco proclives a subir la tasa de política
monetaria y simplemente esperan conocer el impacto del IPC de agosto. En rigor,
existe cierta expectativa de que el dato no sea “tan desastroso”, es decir, que
se ubique incluso décimas por debajo del indicador porteño y claramente alejado
del índice cordobés.
“Al mismo tiempo
que acelera la liquidación en el MULC y da lugar a compras oficiales, se
promueve que las divisas de libre disponibilidad vayan canalizándose por el
CCL. La liquidación de las cerealeras de la semana pasada explicaría la marcada
caída del CCL de $760 a $740 (hoy $736) y la consecuente baja de la brecha
cambiaria a 112%, luego de haber tocado un pico de 129% el 29 de agosto”,
resumió el informe semanal de PPI.
Desde esa
consultora también alertaron que “se sostenga esta calma en el CCL dependerá en
buena medida de lo que ocurra con la tasa de interés esta semana. Finalmente,
el BCRA optó por no subirla la semana pasada y sembró dudas sobre lo que hará
tras conocerse el miércoles el retorno de la inflación de doble dígito mensual
a la Argentina tras 32 años. El BCRA podría poner en riesgo la relativa calma
en el CCL si decide mantener la tasa inalterada”.
Es que según PPI,
está garantizado que a partir de octubre se retomará la dolarización de
portafolios, con igual o mayor virulencia a lo ocurrido en agosto con lo cual
es determinante el poder de fuego que pueda llegar a acumular el BCRA para
enfrentar ese tránsito y qué herramientas pueda aplicar. |