Por Javier Blanco - El primer dato sobre la salud de la
actividad económica productiva en el tercer trimestre no fue bueno: la
industria registró en julio su tercer retroceso mensual consecutivo, al
disminuir 1,2% frente a junio. En tanto, la construcción rebotó 1,1%, aunque
los empresarios del sector no son optimistas acerca de que se sostenga.
El Indec informó
que la manufactura ya muestra una fuerte contracción del 3,9% interanual, caída
que se eleva al 5,8% con relación al nivel alcanzado un año atrás para la
actividad de la construcción.
Ambos sectores
lucen afectados por las crecientes limitaciones a las importaciones y la menor
demanda interna en un contexto de elevada inflación que carcome ingresos.
Así se insinúa que
los datos del tercer trimestre apuntan a ser malos como los ya verificados en
el segundo trimestre (que resultaran potenciados por el golpe que significó la
muy dura sequía). “Trabas a las importaciones y devaluación mediante, agosto también
será malo”, aventuró el economista y consultor Gabriel Caamaño, de Estudio
Ledesma.
En el mercado creen
que la devaluación impulsada por el Gobierno tras las PASO, al buscar acotar la
pérdida de reservas por importaciones, afectará la operatividad de la
industria, condenándola a tasas de actividad más modestas.
Según el Índice de
Producción Industrial (IPI) de julio, el accionar manufacturero presentó, en la
serie desestacionalizada, una variación negativa de 1,2% respecto a junio
pasado luego que 10 de las 16 ramas presentaran caídas interanuales.
Hubo mermas del
6,1% en alimentos; del 13,5% en maquinarias, del 9,9% en metálicas básicas, del
3,1% en madera y papel; del 3,9% en minerales no metálicos, del 4,6% en metal;
del 2,8% en automotores del 3,8% en otros equipos de transporte y de 0,4% en muebles
y colchones. Solo esquivaron las caídas los rubros de indumentaria ( 15,7%);
textiles ( 5,7%); petróleo ( 3,6%); cauchos ( 2,4%); químicos ( 0,8%) y tabaco
( 0,2%).
“Prendas de vestir
fue el que más aportó a la variación anual total, sumando 0,5%, mientras que la
industria alimenticia fue el sector que más crecimiento restó (-1,7%) a la
actividad general”, observaron los analistas de la consultora LCG.
Destacaron el nuevo
freno en alimentos y bebidas (segundo mensual consecutivo interanual), porque
esa rama explica el 25% del desempeño general de la industria. “Acentuó la
dinámica contractiva que se venía presentando y acumula una caída de 1,3%
anual”, detallaron al respecto.
¿Encontró el
piso?
En el caso de la
construcción, el rebote del 1,1% mensual del índice desestacionalizado ( 0,5%
para la tendencia-ciclo) vino acompañado por una suba interanual del 13,1% en
los puestos de trabajo.
Con los datos
publicados, el acumulado de los siete meses del índice serie presenta una baja
de 2,6% respecto a igual período de 2022, en tanto, en comparación igual mes de
2022, el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) cayó
–como se mencionó– de 5,8%.
“La recuperación se
explicó por tres insumos que aportaron 1,8 puntos a la mejora mensual:
hormigón, ladrillos y pinturas ( 0,6% cada una). En tanto el asfalto, como
proxy de obra pública bajó 7,3% mensual desestacionalizado, restando 0,1% al
índice general”, notaron desde LCG.
Según el informe,
el 34% de las empresas consideran que la inestabilidad de los precios
provocaría una caída de la operatividad del sector en el ámbito privado. Y
entre las empresas que realizan obra pública, la expectativa de caída llega al
40% de los encuestados. Empero, la informalidad que caracteriza al
abaratamiento de los costos medidos en dólares libres podría amortiguar esa
tendencia, en el primer caso.ß |