Las últimas dos semanas
de Javier Milei, después de que resultara ser el candidato más votado
en las elecciones primarias, fueron por demás intensas. No solo por ser requerido de modo
permanente por los medios de comunicación, sino además, porque el economista
decidió dar rienda suelta a su estilo y carácter, enfervorizado por el
resultado electoral.
Y en ese borbotón
de Milei, empezaron a surgir algunas cuestiones que preocuparon a diversos
empresarios y sectores de poder, relacionadas con la necesidad de descifrar
quién es el verdadero Milei, que aparenta hamacarse entre la revolución
libertaria y ciertos sesgos de autoritarismo que resultan preocupantes.Entre dichos
empresarios, hay varios de medios de comunicación. El candidato de reciente
noviazgo con la imitadora-vedette Fátima Florez prendió luces de
alerta cuando empezó a disparar contra el diario La Nación.
Por cierto, los
ejecutivos del tradicional periódico se contactaron con otros medios de fuerte
peso nacional para conocer su opinión y ganaron su respaldo, no solamente
por la hermandad que genera la autoprotección de los medios en materia de
libertad de expresión, sino también porque el postulante presidencial amenaza
con terminar con la pauta pública.
El último hecho
ocurrió el miércoles, luego de la sesión en la Cámara de Diputados, cuando
se modificó la catastrófica ley de alquileres y el matutino publicó un artículo
indicando que Milei había votado exactamente igual que el kirchnerismo, algo no
susceptible de interpretación: fue así y de ningún otro modo.
Ataques a la prensa y otras actitudes que encienden las alarmas
El libertario la
emprendió nuevamente contra La Nación y llamó a sus periodistas "operadores
sucios". Otra vez los mensajes de WhatsApp empezaron a volar en los
chats de la Asociación de Empresas Periodísticas Argentinas (ADEPA)."Esto
o romper el diario en una conferencia de prensa como hizo (Jorge) Capitanich,
es lo mismo. Este tipo es un peligro, ya en campaña y sin haber ganado nada
todavía, anticipa una persecución más grave que en la dictadura", explica
un ejecutivo del medio que está en la mira del economista.
Sin embargo, la
problemática se refleja también en otras empresas periodísticas, y no por
esa sola razón.
"Ataca por
todos los flancos. Ya avisó que iba contra la pauta oficial, fue hace un par de
meses y no volvió a hablar del tema, pero ayer Diana Mondino, que es su
voz más razonable, arrancó con lo mismo. Da la sensación de que van a tratar de
cercenarnos por todos lados, es el peor kirchnerismo", dijo con tono
preocupado otro ejecutivo del medio más influyente del país.
Pero los medios no
son los únicos empresarios que empiezan a encender luces de alerta sobre el
novio de Fátima. Un banquero mencionó en diálogo con este cronista
que: "es muy inconsistente y si bien le tiran cualquier desgracia por la
cabeza, como si fuera responsable, por ejemplo, de la devaluación, no es tan
disparatado, porque el tipo está generando una gran incertidumbre, dice algo y
de inmediato se desdice", explica el entendido en materia financiera.
"Achicar el
estado es imprescindible, eso lo sabemos todos. Parecía que no había candidato
más dispuesto a eso, y ahora sale con que solo va a sacar a quienes tengan
cargos políticos. ¡Todos hacen eso! Llegan, rajan a los que están, modifican la
estructura y ponen a los propios. Eso no es ninguna reforma. Siguen los
planes, sigue la masa enorme de empleados públicos ineficientes, PAMI y Anses
no se tocan. No sé, hermano, este tipo es un bleff", concluye la
misma fuente.
Un productor
agropecuario de los más grandes del sur de la mesopotamia también mostró
gran disconformidad.
"Habla de
bajar impuestos, pero poco explica de las retenciones. Y como en todo es
tan inconsistente, empieza a generar dudas, preocupa a todo el sector",
sentenció.
Más dudas que certezas
Enardecido en su
diminuta victoria en un proceso que no fue más que una primaria, entre romances
mediáticos y diatribas, Milei empezó a generar más dudas que
certezas en un mundo empresario que necesita definiciones bastante más
claras y un rumbo medianamente certero.
"Las
inversiones requieren confianza personal. Nadie va a poner un mango si el
tipo que aparece con más chances dice una cosa y después otra. Sería preferible
que pudiéramos contar con una expectativa de estabilidad institucional y
normativa armónica, pero si no tenemos eso, al menos, debemos poder confiar en
la persona, y estas cosas de Milei son totalmente desmoralizantes. No creo que
nadie ponga un mango acá, en estas condiciones", asegura un fuerte
empresario textil.
Seguramente sus
votantes no se verán influidos por estas cuestiones. Es posible que los
ciudadanos que eligieron a Milei, no tengan grandes preocupaciones por la
libertad de prensa, y no comprendan cabalmente del vínculo entre
las inversiones, la oferta laboral que estas generan, y la
posibilidad de desarrollo que brindan un sistema y un candidato fiable.
Pero en todos los sectores del círculo rojo empieza a gestarse cierto desasosiego.
"En
definitiva, en parte, este monstruo lo armamos nosotros. Y ahora nosotros
mismos y toda la gente, se den cuenta o no, vamos hacia un suicidio
colectivo", gráfica otro poderoso empresario de medios. Milei, su perro
Conan y la médium que lo comunica con él y Fátima Florez, son un combo poco
digerible. |