WASHINGTON.– El
ministro de Economía y precandidato presidencial, Sergio Massa, despegó
anteayer a las 22.27 rumbo a los EE.UU. Luego de meses de idas y vueltas con el
Fondo Monetario Internacional (FMI), hoy las autoridades del organismo
aprobarían el esperado desembolso por US$7500 millones.
Son dólares
necesarios para cumplir con los compromisos de pago que se firmaron en el
último mes con otros organismos y países –como Qatar. China y la CAF–, y darle
una bocanada de aire al Gobierno para llegar a las elecciones de octubre. Massa
busca asegurar la estabilidad cambiaria con más divisas (aportadas por el
propio Fondo, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo) y un
esquema de intervención en bandas sobre el tipo de cambio. Además, lanzará
medidas para paliar el salto de los precios tras la devaluación.
La sorpresa que dio
Javier Milei en las elecciones primarias terminó por sacudir el tablero de la
política e implicó un traspié en los planes del Ejecutivo. Ese lunes post-PASO,
con los bonos soberanos de deuda cayendo más de 12% en dólares y una gran
cantidad de fondos girando recursos hacia el exterior a través de operaciones
de contado con liqui, el Ministerio de Economía convalidó una devaluación. En
los planes originales, estaba previsto que ocurriera el último viernes, pero jornadas
negras, dicen, la adelantaron.
Así, el dólar
mayorista saltó 22% en una sola rueda y, desde entonces, quedó fijo en $350.
Ahora, la intención del Banco Central (BCRA) es mantener esa cotización
estática hasta el 15 de noviembre, cuando se conozca la inflación de octubre.
Ya con el dato sobre la mesa, regresaría el crawling peg (microdevaluaciones
diarias) y correrá un punto por debajo del índice de precios al consumidor
(IPC). “Queda fijo en $350 hasta ese entonces porque, si no, se traslada a
precios”, explicaron fuentes del Palacio de Hacienda.
Justamente, por la
devaluación, economistas advierten que en agosto y septiembre la inflación
volverá a acelerarse y hasta podría llegar a alcanzar los dos dígitos. Incluso,
algunas consultoras mencionan entre un 14% y 15% para este mes, impulsado
también por la escalada de los dólares libres. Desde el Ministerio de Economía
no coinciden. Si bien esperan que el índice de precios al consumidor registre
un pico en agosto, sobre todo por la importancia que tendrán en la medición las
categorías de frescos, verduras y lácteos, descreen que supere las dos cifras.
Por esto, desde
este jueves, Massa anunciaría una batería de medidas, que buscan apuntalar el
consumo y paliar los efectos de la devaluación. Aseguran que habrá dos por día,
hasta el viernes de la próxima semana. Entre ellas, se incluiría una suma fija
para asalariados, créditos, incentivos para las pequeñas y medianas empresas
(pymes) y para el campo.
Agenda cargada
Massa llegó a
Washington en un vuelo sin escalas, dos horas antes de lo esperado, a las 9 de
la mañana. Lo acompañan Leonardo Madcur, Ricardo Casal y Marco Lavagna; los
funcionarios de Economía fueron recibidos por una comitiva de la embajada
argentina y el clima húmedo de la capital estadounidense.
Su primera reunión
de la agenda fue con Anna Bjerde, directora gerente de operaciones de crédito
del Banco Mundial. Luego, se encontró con Ilan Goldfajn, presidente del BID. En
una presentación grabada anunció que llegarán US$1300 millones del Banco Mundial
y del BID antes de fin de año. Se trata de fondos que estarán destinados a
políticas alimentarias, créditos para pymes y obras de infraestructura, pero
que servirán para engrosar las reservas.
Bjerde aseguró que
llegarán al país US$650 millones hasta fin de año. Goldfajn, en tanto, precisó
que habrá financiamiento para el país en unos US$1981 millones. “Esto tiene
como objetivo central completar un grupo de US$1300 millones de aquí a fin de
año de financiamiento adicional, del Banco Mundial y del BID. Que, de alguna
manera, para la Argentina son fundamentales para seguir fortaleciendo reservas,
pero además para seguir financiando proyectos para el desarrollo”, dijo Massa
en una conferencia de prensa.
“El objetivo es
seguir acumulando reservas y tratar de recomponernos de un año que es, tal vez,
más trágico en términos de economía para la Argentina por el impacto de la
sequía. De alguna manera, eso generó un cambio de juego en la relación con el
Fondo, pero también entendemos que nos obliga a seguir trabajando en un proceso
de cuidado de las reservas sin frenar la actividad. Porque algunos creen que la
forma de utilizar las reservas es frenando la actividad de las empresas que
necesitan insumos para importar y nosotros entendemos que eso no es así”,
completó.
Pero el centro de
atención del viaje de Massa está puesto en lo que pasará hoy, cuando el
ministro se reunirá con Kristalina Georgieva, directora del FMI. Se espera que
el board convalide la llegada de los US$7500 millones que se vienen negociando
hace meses. De ese monto, en limpio quedarán solo unos US$3400 millones. Antes,
se deberán devolver los préstamos que el Gobierno consiguió a comienzos de
julio de la CAF, Qatar y el swap chino, para pagarle al FMI y no entrar en un
incumplimiento de pagos.
Con el monto
restante, parte iría a intervenciones en una banda sobre el mercado de bonos
para frenar a los dólares financieros. Una estrategia que fue autorizada por el
FMI en el último comunicado oficial.
Desbande de
brechas
“Van a ser bandas
de cuidado de desbande de brechas”, contaron a fuentes oficiales. No quisieron
adelantar las puntas de las bandas ni la brecha aceptada. Indicaron que este
nuevo esquema cuenta con la aceptación del Fondo y que, de hecho, estaría en el
staff report que debe publicar el organismo hoy. “Es una idea que puede estar
dando vueltas. Es algo de agrado del FMI”, relató desde Buenos Aires una fuente
al tanto de las intervenciones oficiales diarias en el mercado.
Con tipo de cambio
mayorista planchado y los financieros contenidos, el objetivo del Gobierno es
llevar calma al mercado cambiario hasta octubre. ¿La brecha ideal? Un 60%,
aunque en la cartera saben que lo más viable es ubicarla en un 80%. Hoy, la
distancia entre una cotización y otra de casi un 88%.
Con anuncios para
todos los sectores relevantes de la economía, la renovación de Precios Justos
para intentar contener la inflación, intervenciones sobre el mercado cambiario
y los esperados desembolsos del FMI, Massa tiene el plan de viaje hasta las
elecciones de octubre. La apuesta es entrar en el ballottage.
Massa, que ayer
además visitó a funcionarios del Tesoro de los EE.UU. y participaba de una cena
con funcionarios de ese país, tiene en su agenda para hoy un encuentro con
Brian Nichols, funcionario del gobierno de Joe Biden para asuntos de América
Latina, y luego la mencionada reunión con Georgieva.
Los préstamos
De los préstamos
que llegarán del Banco Mundial, se explicitó que US$450 millones se destinarán
al financiamiento de programas de seguridad alimentaria, en políticas asociadas
a la Tarjeta Alimentar y la Asignación Universal por Hijo (AUH). Desde el
Palacio de Hacienda negaron que este tipo de medidas se tomen por la campaña
electoral y ante la aceleración de la inflación, sino que se trata, dicen, de
un “refuerzo presupuestario del Ministerio de Desarrollo Social para sostener
esta política de Estado que lleva tres años”.
En tanto, los
US$200 millones restantes serán canalizados para la prefinanciación de
exportaciones de las pequeñas y medianas empresas (pymes). Los importadores
podrán tener acceso a créditos a tasa subsidiada, mientras que los exportadores
tendrán la posibilidad de liquidar divisas en menores tiempos. El objetivo está
puesto en “consolidar el criterio de sostenibilidad de la deuda” y aumentar las
exportaciones argentinas hacia el mundo.
Los fondos del BID, en tanto, irían a parar a cuatro
frentes, según indicaron las fuentes oficiales. En primer lugar, el
financiamiento de exportaciones de la economía del conocimiento. Segundo, la
construcción de un puente entre las provincias de Chaco y Corrientes. Otros
tantos millones se destinarán a la ampliación de la capacidad instalada de la
represa Salto Grande. Y, por último, al sistema educativo bonaerense.ß |