Por Pilar Wolffelt - El Banco Central (BCRA) dispuso
una devaluación del dólar mayorista
oficial del 22% y lo
llevó hasta los $350. Esa medida fue complementada con la decisión de subir la tasa de política
monetaria en 21 puntos porcentuales,
hasta el 118%, con un rendimiento efectivo anual de 209% y una capitalización
mensual del 9,8%. En este contexto, los analistas ya realizan los
primeros efectos que puede tener en el mercado.
De esta manera,
el regulador financiero modificó la administración
del tipo de cambio, dejando atrás el ajuste diario para
estabilizar el valor del peso en los próximos meses. En consecuencia, el dólar que se utiliza para pagar importaciones y liquidar exportaciones quedó fijado en los $350 y no se
dispuso, por ahora, ninguna modificación de los impuestos asociados a lan
compra de divisas en el mercado oficial.
Se mantiene
el impuesto a las importaciones y, por el momento, también, las tasas que se aplican al dólar ahorro
y tarjeta tal como
estaban. En tanto que, en simultáneo, se dispuso un aumento de la tasa de interés, que busca moderar el
trasvasamiento a precios de la suba del tipo de cambio oficial y los paralelos,
y garantizar la estabilidad financiera. Así, el objetivo fundamental de la
medida es premiar a los que se quedan en pesos y no se dolarizan gracias a la
decisión de mantener una tasa positiva.
Medidas del
BCRA: así las lee el mercado
Para Gonzalo Chiarullo, CEO de Número Bursátil, “las medidas tomadas el día de hoy ponen en evidencia de
que se interpretó el mensaje de las urnas y reconoce que la devaluación del dólar mayorista de
un 22,45% implica que reconoce que, más que un crawling peg, lo que se
necesitaba era un sinceramiento del tipo de cambio”.
Indica que esta
devaluación permite anticiparse a más medidas de desregulación en
materia económica y considera que lo que hace es “procurar un sinceramiento de
las variables macro y una estabilización, por momentos dolorosa, pero con un
electorado que demostró que ya es necesaria”.
Así, considera que
el BCRA le pone un fin a los dólares sectoriales y permite a toda la economía acceder a
un tipo de cambio mayor y, aunque complica a los
importadores, Chiarullo evalúa que “es aún más perjudicial tener una economía
desajustada en sus variables” que afectar el negocio de los importadores.
En igual sentido,
el economista Christian Buteler apunta que “esta
es una decisión que dio por tierra con cuatro años de ir por otro
camino y esta decisión” y considera que, tomada tras una elección
como la de ayer, lo que hace es dejar en evidencia que lo que se venía haciendo
no era una política correcta.
“Si el Gobierno
consideraba que este era el valor real del dólar oficial y
que la economía necesitaba una devaluación, debería
haberla aplicado antes y no esperar al resultado”, apunta Buteler. Opina que
ese proceso le costó muchas reservas del BCRA para
intervenir los distintos mercados y pagar importaciones, por lo que hubiera
sido recomendable hacerlo antes.
Lo que viene
para los mercados
Sin embargo, de
cara al futuro, opina que esto va a generar una aceleración inflacionaria y
espera que la actividad de sea afectada por la sequía hacia adelante. “Estos
próximos meses serán de mayor aceleración de precios,
por un lado, y menor actividad por el otro anticipa”.
En igual sentido,
señala el director de MyR Consultores, Fabio Rodríguez, cuando
sostiene que “las medidas las impuso el vuelco de la realidad en el tablero
político dejó a las claras y expuestas las debilidades que iba a seguir
teniendo el Gobierno si mantenía su estrategia de no devaluar”.
Eso, sumado a las exigencias del FMI llevaron al Gobierno a tomar
estas medidas. Y el analista espera que lleven a una aceleración inflacionaria y una mayor recesión como
consecuencia de una caída de la actividad en los próximos meses.
Por su parte, la
economista de Grupo Broda Elena Alonso considera que no quedaba otra opción más
que acercar el tipo de cambio oficial a los dólares financieros y el paralelo.
Para ellla, "estas decisiones desincentivan la compra de dólares, pero la
tendencia del tipo de cambio va a ser alcista".
Alonso opina que
las medidas, a priori, parecen insuficientes en ese sentido, aunque asegura que
los desembolsos del FMI de u$s7.500
millones complementarán
positivamente los anuncios porque ayudarán a contener los tipos de cambio. Sin
embargo, opina que la inflación seguirá su curso y se verá potenciada por el
nuevo tipo de cambio mayorista.
En ese contexto,
Alonso considera que será difícil establecer precios para
las empresas, lo que podría redundar en una mayor volatilidad de los
activos y aceleración inflacionaria.
"Se mantendrá la búsqueda de cobertura en activos dolarizados,
como bonos ajustados en moneda dura y cedears", anticipa.
Desde Eco Go, el
economista y director Sebastián Menescaldi apunta en un sentido similar y
señala que, si bien está bien que suban las tasas luego
de la devaluación implementada, "parece un ajuste insuficiente y todo
indicaría que mantenerse en el plazo fijo durante 30
días, con la incertidumbre actual, es riesgoso".
Así, anticipa, que
es probable que mucha gente decida quedarse en fondos de corto.
Sin embargo, espera que las nuevas tasas ayude a contener los pesos que están actualmente a plazo y estabilice la
demanda de moneda local en el corto, lo que contribuirá a contener los tipos de
cambio y apuntalar las reservas, sumado a los
fondos que llegarán del FMI.
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