Por Melisa Reinhold
- “En la Argentina, el largo plazo es el 13 de agosto”, afirma un economista, y
muchos coinciden con él. A una semana de que se celebren las elecciones
primarias, el mercado tiene la vista puesta en “el día después” de las PASO y
en cómo los resultados de las urnas marcarán el devenir de la economía durante
los próximos meses. En los últimos 30 días, el mercado cambiario se recalentó y
los contratos de dólar futuro muestran la expectativa de un salto del tipo de
cambio mayorista. Dos frentes de tensión que el Gobierno enfrentará hasta
diciembre y que eventualmente podrían moderarse dependiendo de cómo se
posicionen las diferentes fuerzas políticas.
“Las PASO realmente
pueden marcar la agenda. Quedaron demasiadas cosas pendientes para después de
las elecciones y su resolución puede depender mucho de los resultados. Por
ejemplo, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Porque todavía
no lo conocemos y tampoco está aprobado por el directorio; eso sucedería recién
en la segunda quincena de agosto y de él dependen que lleguen los desembolsos
[por US$7500 millones]. Entiendo que el board puede encarar totalmente
diferente la reunión en función de si el oficialismo sigue o no competitivo
después de las primarias. Al Fondo le importa y al mercado también”, señaló
Gabriel Caamaño, socio gerente de la consultora económica Ledesma.
Sin ir más lejos,
en la última semana se recalentó el mercado de futuros, segmento donde dos
contrapartes acuerdan un precio del tipo de cambio mayorista para una fecha
próxima. Ante el temor de que suceda un eventual salto del dólar oficial, hubo
una mayor demanda por cobertura. Esto se dio en línea con la momentánea
desaparición de las intervenciones del Banco Central en la rueda del lunes
pasado, y en una semana en que el mayorista se movió por encima de la
inflación.
Según el mercado,
el dólar oficial cotizaría a $316,75 para finales de agosto. Unos $37 más que
hoy ($279,35), el equivalente a una devaluación del 13,4% en los próximos 27
días. Para Caamaño, que el acuerdo con el FMI haya quedado pendiente de
aprobación después de las PASO incrementó la incertidumbre, ya sea por un
endurecimiento del cepo o por más restricciones para las importaciones.
Otro foco de
tensión se encuentra latente en los tipos de cambio financieros. Mientras que
el dólar blue cerró el viernes a $574, presionado por una mayor dolarización de
cara a los comicios, el MEP se negoció $60 por debajo: cotizó a $514,71. Estas
diferencias de precios se explican por las intervenciones que realiza
diariamente el Banco Central a través del mercado de bonos para ponerles techo
a los financieros. Esta estrategia le costó US$510 millones al Gobierno en las
últimas 17 ruedas, según estimaciones de la sociedad de bolsa Portfolio
Personal de Inversiones (PPI).
“Si el mercado
cambiario se calma después de las PASO o no también va en línea con el
resultado electoral y los desembolsos del Fondo. Si el Gobierno recibe los
US$7500 millones a finales de agosto por parte del FMI, será un escenario muy
diferente a que no aparezcan. Más allá de si el programa que se firma es
realmente lo que el FMI busca o lo que la Argentina necesita, están financiando
al Gobierno de a puchitos de cara a los próximos meses. Ahora, si esto no
ocurre, ahí estamos hablando de un tipo de cambio a otros niveles”, apuntó
Fernando Baer, economista de Quantum.
En definitiva, la
llegada de dólares frescos le permitiría al BCRA recomponer su poder de fuego
para contener al MEP con la vista puesta en octubre. “Lo que suceda con el MEP
se basará en la expectativa de cambio. Si el mercado considera que la Argentina
irá hacia un esquema cambiario más normal, ni siquiera te hablo de remover
todos los controles de capitales desde el primer día como en 2015, sino de
corregir precios relativos y recapitalizar el BCRA, las brechas se podrían
comprimir. La eficacia de estabilizar la demanda se dará siempre y cuando haya
gobernabilidad. Hasta ahora está todo en su lugar, mucho más de lo que uno
hubiera imaginado a esta altura. Pero los desequilibrios son muy grandes y
tienen que estabilizar cada uno de los frentes”, sumó Marina Dal Poggetto, directora
de la consultora Ecogo.
Para la economista,
hoy un escenario disruptivo podría ser que Javier Milei saque en las primarias
más de un 20% de los votos. Eso marcaría una elección de tercios, y no de
medios, con Juntos por el Cambio y Unión por la Patria disputándose el sillón
de la Casa Rosada. Otro mal dato para el mercado podría ser que JXC saque una
diferencia “demasiado chica” frente al oficialismo.
Hay algunas
diferencias claves con el escenario de 2019. En primer lugar, en aquel momento
no había cepo. Segundo, el mercado tenía la expectativa de que vendría un
candidato de un “esquema de represión financiera”, mientras que ahora los
inversores entienden que “ni siquiera hay un candidato kirchnerista dentro de
las posibilidades”. Tercero, los bonos cotizaban a US$80. Hoy, apenas superan
la barrera de los US$30.
En cambio, Baer
consideró que el escenario es más parecido al de 2015, aunque en esta ocasión
la economía argentina llega mucho más deteriorada. El Banco Central tiene
reservas netas negativas, el Gobierno enfrenta muchas deudas, la inflación
anual alcanzó los tres dígitos, mientras que los salarios e ingresos informales
cayeron un 20% en términos reales frente al pico de noviembre de 2017. ● |