Por Claudio Slotnik
- Hace 21 años, ocho meses y tres semanas, la Argentina vivió una de las jornadas
más determinantes de su historia económica. El 9 de noviembre de
2001, el Fondo Monetario le bajó el pulgar a un desembolso por
u$s1.260 millones dando por finalizado su hasta entonces
categórico respaldo a la convertibilidad.
Aunque el uno a uno
entre el peso y el dólar extendió su vigencia algunas semanas más, aquel 9 de
noviembre quedó claro que la ruptura del modelo era inevitable. Era
cuestión de tiempo nomás.
Para algunos
observadores -desde economistas con años de experiencia y también entre
políticos en ambos lados de la grieta e incluso algunos funcionarios-, el
actual escenario -con muchas salvedades obvias- guarda semejanzas con
aquel lejano noviembre 2001.
También, como
ahora, la política económica estaba dirigida por un funcionario de altísimo
perfil y vehemente. Confiado hasta el extremo de sus propias posibilidades de
desanudar la crisis. El Domingo Cavallo de entonces se parece a Sergio
Massa.
El Gobierno, ante una crisis que se asemeja a 2001
El Fondo Monetario,
a su vez, se parece a sí mismo. Tal como sucedió a principios de siglo, el
organismo también dio ahora un apoyo a las políticas del Gobierno. Pero,
incluso como en aquel momento, llega un punto en el que deja su estrategia bajo
puntos suspensivos. Hasta que finalmente toma una determinación clave para la
suerte de la economía. Y, en definitiva, del país.
Lo último que se
sabe es que el staff del Fondo llegó a un "principio de acuerdo" con
el equipo económico sobre las nuevas metas fiscales, monetarias y de
acumulación de reservas, luego del incumplimiento por parte del Gobierno.
Tras esa decisión,
de hace unos días, el organismo entró en receso hasta la segunda quincena
de agosto, algo tradicional en Washington a esta altura del verano, y que
este año calza justo con el calendario electoral en la Argentina.
Hasta que sucedan las PASO, entonces, no habrá
novedades del directorio del FMI, que debería convalidar
-o no- lo sugerido por el staff.
Pocos dudan de que
los directores, en representación de los países socios del Fondo Monetario,
levantarán el pulgar. Al menos la mayoría de ellos, como también fue habitual
en las últimas votaciones sobre los acuerdos con la Argentina.
Esta vez, la
duda y la preocupación pasa por otro lado.
¿Y si aparece el "cisne negro"?
Carlos Melconián,
referente tanto de Patricia Bullrich como de Horacio Rodríguez Larreta, se mostró pesimista sobre el día
posterior a las PASO. "Es altamente probable una devaluación después
del 13 de agosto", vaticinó el economista de la Fundación Capital.
"Hay que tomar
este jarabe de la devaluación y no por el club de devaluacionistas, sino porque
todos los días abrís y cerrás el boliche y te da más lo que sale que lo que
entra", argumentó.
El pronóstico de
Melconián hizo ruido entre empresarios y gerentes de empresas en las últimas
horas. No porque el economista haya dicho algo disruptivo. Más bien, la
cuestión pasa por si ese argumento no va en línea con lo que piensan en el FMI.
Es decir, si el Directorio del Fondo no obligará al Gobierno a medidas
cambiarias -una devaluación- como condición para efectuar el desembolso de
dólares prometido.
En el comunicado
distribuido por el organismo sobre el preacuerdo con la Argentina no figuró
ninguna medida consensuada con el Gobierno.
Sergio Massa, horas
antes del anuncio, puso sobre la mesa una serie de medidas que lubricaron ese
preacuerdo con el FMI. Básicamente, la creación de un "dólar maíz" de
$340 y la imposición de impuestos a las importaciones de bienes y servicios,
que en la práctica funcionan como una devaluación. Pero eso no es lo que
reclama el organismo.
¿Alcanzará el
paquete anunciado la semana pasada para liberar los desembolsos de u$s7.500
millones que servirán para cumplir con los vencimientos del propio organismo?
Hay quienes
sospechan que el resultado de las PASO del domingo 13 serán determinantes para
esa respuesta. Que todo dependerá de la suerte del propio Massa en esas
elecciones. ¿Será lo mismo una negociación con un candidato con chances de
ser el próximo Presidente a una en la cual el ministro-candidato quede sin
chances?
Si ese fuese el
escenario, y Bullrich o Rodríguez Larreta ya se
encaminen a ser (alguno de los dos) el próximo jefe de Estado, ¿acaso no tendrán nada que decir sobre el
país posterior al 10 de diciembre? ¿Querrán que el FMI aparezca como el sostén
de una dinámica económica que consideran insostenible? Más bien que todo
lo contrario. Estarían a favor de que sea esta misma administración quien
se haga cargo de los desajustes. De una eventual devaluación.
A 11 días de las PASO, la inflación se acelera
En las últimas dos
semanas se evidencia un recalentamiento de los precios. Una parte se explica
por la puesta en marcha de las nuevas medidas. La otra, por la incertidumbre en
medio de la falta de dólares y las reservas negativas del Banco Central en
medio de una campaña presidencial.
A 11 días de las
primarias, que definirán el nuevo mapa político de la Argentina, las
principales empresas del país están definiendo los aumentos de los precios que
aplicarán a partir de los próximos días. Ejecutivos consultados por
iProfesional admiten que la situación es de una gran incertidumbre, tras las
últimas medidas tomadas por el Gobierno.
A menos de dos
semanas de las PASO, cada vez queda más claro que se vienen momentos
decisivos para la vida política, económica y social del país. |