Por Carlos
Manzoni y Luján Berardi - Las facturas de luz para usuarios de altos ingresos (el nivel N1, según
se estableció en el esquema de segmentación tarifaria aplicado por el Gobierno)
acumulan en el último año aumentos de hasta 473% en términos nominales y de
164% en términos reales, según datos de la consultora Economía y Energía. El
impacto se materializó en las facturas que llegan en estos días a los usuarios,
que reaccionaron con sorpresa y quejas por la magnitud de los aumentos. Un
usuario de Edesur detalló que en agosto de 2022 pagó una factura de $1437 y en
julio pasado tuvo que abonar $7438. En otro caso se pasó de una factura de
$8000 a una de casi $40.000 por el mismo período y con menor consumo.
La
magnitud del alza generó reclamos en asociaciones de defensa del consumidor.
Allí confirman que hay muchas quejas, pero aclararon que algunos casos son de
usuarios que no se anotaron en el registro para recibir el subsidio.
En el
último año, las boletas de electricidad para los usuarios de altos ingresos (el
nivel N1, según se estableció en el esquema de segmentación tarifaria impulsado
por el Gobierno), acumulan un aumento de hasta 473% en términos nominales y de
164% en términos reales, según datos de la consultora Economía y Energía.
Detrás
de estos porcentajes y de la frialdad de las cifras, el impacto mensual se
materializó en las facturas que llegaron en estos días a los usuarios, que
reaccionaron con sorpresa y quejas por los aumentos.
Algunos
ejemplos. Un usuario de zona Norte de Ed en or, que pidió mantener en reserva
su nombre, tuvo un incremento de 400% interanual en su tarifa domiciliaria:
pasó de pagar $11.414,3 a $57.752,96, pese a haber tenido una demanda similar
de energía. Se trata de un caso de muy alto consumo para un hogar.
Ese no
es el único consumidor que hizo oír su queja. José, de 45 años, que se
autodenomina con ironía “un pituquito de Recoleta” (en alusión a la expresión
que usó el gobernador electo de Córdoba, Martín Llaryora), contó que en agosto
de 2022, la factura de Edesur que pagaba era de $1437, mientras que en julio de
este año tuvo que abonar $7438. “Un alza de 417% en pocos meses”, se lamentó.
Otro
usuario de la zona de Luján también exhibió con bronca las facturas en las que
se puede comparar el importe con vencimiento al 14 de agosto de 2022 y el que
debe pagar en igual fecha de este año. En la primera de ellas, a deuda ala
Cooperativa Eléctricade Luján $4422,86, mientras que en la última la cifra
saltó a $24.925,36, un incremento de 468%.
Mario,
de 53 años, que vive en El Challao, un distrito situado en el pedemonte del
Gran Mendoza, cuenta que le llegó una factura bimestral en la que debe pagar
por cada mes $37.958, mientras que en igual período de 2022 debió abonar
$14.791 por cada mes. Además, el hombre refirió que de mayo a agosto el importe
de la boleta casi se quintuplicó. “Estaría bueno que Edemsa [la empresa que
brinda el servicio eléctrico allí] informe más y anticipe cuánto va a aumentar
según el nivel de consumo, que en invierno es más. ¿Cómo hago para pagar cuatro
veces más que hace tres meses? Y ¿cuánto va a aumentar en el próximo
bimestre?”, reclamó.
Esto no
es todo. En ese escenario, la Secretaría de Energía aprobó un nuevo incremento
tarifario a partir de agosto, que rondará el 4% para los usuarios residenciales
de altos ingresos –que ya no contarán con el subsidio– y para los de ingresos
medios cuyo consumo mensual sea mayor a los 400 kWh, con el objetivo de reducir
el gasto en el rubro subsidios energéticos.
Con
este nuevo aumento tarifario, las facturas en el área metropolitana de Buenos
Aires (AMBA) acumularán cinco ajustes en el año (febrero, abril, mayo, junio y
agosto) para los usuarios de ingresos altos y medios.
La suba
no alcanzó a los hogares de ingresos bajos (nivel 2), a partir del esquema de
segmentación implementado por el Gobierno, pero los efectos sí alcanzaron a
hogares o comercios de otros niveles, e incluso a trabajadores independientes o
jubilados, que no se anotaron en el registro para mantener los subsidios.
El
impacto del alza también generó repercusiones en las redes sociales, donde los
usuarios volcaron sus quejas. Es la situación de Matías, quien recurrió a
Twitter para hacerse escuchar: “En mi caso, el aumento fue más del 300%,
incluso consumiendo un 35% menos que en 2022 [en el] mismo período. Brutal el
ajuste, y después el ‘súper ministro’ con cara de malo, amenaza a las empresas
que quieran aumentar precios”, comentó en un mensaje en su cuenta.
Otro
usuario de Twitter expresó su indignación: “Los amigos de @EDELAP_Oficial me
subieron de $28.000 a $84.000. Y cuando llamé, me dicen q se duplicó el kW de
$15 a $30, aprobado por el gobierno… (sic)”.
Es que
la llegada de Sergio Massa al Palacio de Hacienda significó un cambio en la
política tarifaria oficial. Pese a la histórica resistencia del kirchnerismo a
subir las tarifas –sobre todo en un año electoral–, que generó duros
enfrentamientos entre parte de la coalición oficialista y el exministro Martín
Guzmán, Massa aplicó la segmentación e impulsó un fuerte aumento para los
usuarios de altos ingresos, que son alrededor de 5,4 millones (casi un 35% del
total).
En
números concretos, mientras que en noviembre del año pasado estos usuarios
pagaban $7500 el MWh (el costo de la generación eléctrica), a partir de agosto
pagarán $22.800. Esto implica una suba de 204%.
El
valor de la generación eléctrica es uno de los tres costos que componen las
boletas de luz, ya que también se incluye el transporte (de los lugares de
generación eléctrica a los centros de consumo) y la distribución (para que
llegue el servicio a cada hogar).
El
Gobierno también aplicó aumentos tarifarios en los otros rubros. En
distribución, por ejemplo, donde operan empresas como Edenor y Edesur, hubo una
suba de 261% en el año para compensar los atrasos tarifarios de los primeros
años de gestión. Esta suba alcanzó a todos los usuarios por igual,
independiente mente de su nivel de subsidios.
Actualmente,
según cálculos del mercado, los usuarios de altos ingresos( nivel 1) reciben
solo un 3% de subsidios. Sin embargo, los de ingresos bajos y medios todavía
tienen 86% y 83%, respectivamente. Dicho de otra manera, el 65% de los usuarios
pagan menos de 20% del costo de la electricidad. El principal desafío de la
próxima gestión será reducir esos beneficios, en un contexto de permanente
caída del ingreso real.
Aun
así, hay quienes aseguran mantener un subsidio y niveles de consumo inferiores
a los 400 kWh y haber recibido boletas con fuertes aumentos el último mes. Como
Federico, quien escribió en sus redes: “$9mil pagué en Pergamino por 350kWh en
un mes, subsidiado. Si consumiera 1300 mensual (2600/2) tengo que vender la
casa para pagar la luz. No me dan las cuentas, esa factura tiene subsidio sí o sí
(sic)”.
Los
usuarios de ingresos altos (N1) pasaron de un valor promedio de $3096 en junio
de 2022 a otro de $8275 en junio de este año (a precios constantes de mayo),
para un consumo medio de 258 kWh por mes, según cálculos de la consultora
Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo, exfuncionario del gobernador
Axel Kicillof durante su gestión como ministro de Economía.
En el
primer semestre, el Gobierno destinó $1,3 billones a subsidiar la energía, lo
que significa un aumento de 81,5% con relación al mismo período del año pasado,
muy por debajo de la inflación interanual. Si se tiene en cuenta la variación
de precios, la caída real en el gasto de subsidios fue de 13%, según cálculos
de la consultora LCG. Si bien el incremento de tarifas ayuda a la reducción del
gasto
en subsidios, la caída también está explicada por una reducción este año en los
precios del gas.
En lo
que va de 2023, las tarifas eléctricas subieron en todo el país en tres
ocasiones (febrero, mayo y agosto), luego de que la Secretaría de Energía
decidiera la quita total de subsidios para los usuarios de ingresos altos y
medios. De esta forma, los hogares de mayores recursos –o los que no se
anotaron en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE )–
prácticamente ya no reciben subsidios directos del Estado, mientras que los de
ingresos medios aún tienen subvencionados los primeros 400 kWh de consumo por
mes.
Paula
Soldi, directora del Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la
Solidaridad (Cepis), explicó que muchos usuarios que recibieron aumentos en sus
facturas tuvieron dificultades para realizar el trámite en ese registro: “En la
mayoría de las consultas los vecinos nos refieren que son grupos familiares que
cumplen con los requisitos para poder ser categorizados como usuarios del nivel
3, por ejemplo, pero que, por distintos motivos, no han podido o no han sabido
completar el trámite en el RASE para conservar el subsidio”.
Soldi
agregó que uno de los problemas que acarrea la quita de subsidios y los
aumentos es el impacto en los usuarios“electro intensivos ”. Estos son quienes
no tienen acceso a otros servicios, como agua por red o gas, y que los suplen
con energía eléctrica: “En este caso el problema es que solo tienen subsidiado
el primer bloque de 400 kWh. Es decir, que por todo el excedente de energía que
consumen, abonan tarifa plena, como si fueran nivel 1. Y les han llegado
facturas más elevadas respecto del invierno pasado, que tenían la tarifa
plenamente subsidiada”, comentó la directora.
Victoria
tiene 38 y vive en el Gran Buenos Aires. Ella utiliza energía eléctrica en vez
de gas, es decir, pertenece al grupo de “electrointensivos” a los que se
refería Soldi. “Es mi única forma de calefaccionar. No soy oligarca por querer
calefaccionar mi casa. La verdad que, entre todos los aumentos que se juntan,
no sé cómo voy a hacer para pagar la factura. En igual período del año pasado
pagaba $23.261,91 y ahora, $105.811,52”, contó la usuaria, que vive con su
marido y una hija de tres años.
También
Sandra González, presidenta de Adecua, una sociedad civil que aboga por la
defensa de los derechos de usuarios y consumidores, comentó sobre los reclamos
por fuertes aumentos en las boletas de energía y las dificultades en los
trámites para mantener los subsidios: “Hay cualquier cantidad de reclamos.
Obviamente, es gente que no hizo el trámite en el RASE por algún motivo. Hay
muchos que no quieren hacerlo, pero hay casos también de jubilados que sufren
esto porque no les hicieron bien el trámite. Eso se puede solucionar enseguida,
pero en general el aumento es considerable con un consumo de 500 kWh. Estamos
hablando de $20.000 a $23.000”, dijo.
Norma,
una jubilada del barrio de Almagro, tiene hechas las cuentas que muestran cómo
el pago de la luz les acamás de su jubilación .“En agostode 2022 cobré
$103.550,55 y pague a Edesur $6098,73, o sea que fue 5,85% de mi ingreso,
mientras que en agosto de este año cobré $195.754,86 y pagué $21.521,03, es
decir, 10,99% de mi jubilación. Y eso que cada vez consumo menos; en 2021 consumía
1314 kWh; en 2022, 1172 kWh, y en 2023, 1064 kWh”, detalló.
Según
González, ese sector que no desea hacer el trámite del subsidio son los de
ingresos más altos, pero agrega que el problema no se termina con la energía:
“Lo que pasa es que te aumenta la luz, te aumenta el gas, te aumenta la
prepaga, te aumenta el colegio, te aumenta el seguro. Hay un sector de la
sociedad al que lo están asfixiando. La realidad es que no hay plata que te
aguante, hay mucho profesional independiente que no puede aumentar de la manera
que le está aumentando todo”, opinó.
Uno de
estos profesionales independientes es Gaspar, quien recibió un fuerte aumento
en las boletas del local en donde lleva adelante su emprendimiento. Gaspar
tiene un pequeño taller de cerámica en Capital Federal, en donde da clases, y
pasó de pagar un promedio de $2000 de luz a $11.500. “Voy a tener que subir la
cuota que le cobro a los alumnos bastante por encima de la inflación para poder
solventar ese aumento tan grande de golpe”, concluyó.ß
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