Por Rafael Mathus
Ruiz - WASHINGTON.– El acuerdo técnico alcanzado con el Fondo Monetario
Internacional (FMI) apenas modificó el pronóstico sobre la economía argentina
de inversores y analistas en Estados Unidos, donde aún ven la posición del país
como extremadamente frágil. Además, avizoran más inflación y presión sobre el dólar
y una fuerte tenaza en las importaciones en los próximos meses para
transitarlos sin sobresaltos.
Las primeras
lecturas del nuevo acuerdo con el Fondo, que todavía debe ser ratificado por el
directorio ejecutivo luego de las primarias de 13 de agosto, terminaron por
arraigar la mirada que existe sobre la Argentina en Estados Unidos, donde la
expectativa –reducida al círculo que aún observa al país– está centrada en el
desenlace de las elecciones y la respuesta de política económica que pueda
llegar a ofrecer el próximo gobierno a la crisis.
Un informe del
banco de inversión J.P. Morgan indicó que, aun con el acuerdo con el Fondo,
espera que la posición de reservas de la Argentina siga siendo “extremadamente
frágil” durante todo el ciclo electoral, y advirtió que la posibilidad de un
shock financiero después de las primarias presidenciales sigue siendo el
principal riesgo.
El primer análisis
de J.P. Morgan remarcó que el acuerdo con el Fondo no cambia el escenario base
para la economía en el cual “los desequilibrios monetarios y cambiarios se
amplíen en el segundo semestre de 2023 y la inflación se acelere”, persiste una
emisión indirecta del Banco Central y se ensancha la brecha cambiaria entre el
dólar oficial y las cotizaciones paralelas.
“A su vez, el conjunto
de políticas impone una carga pesada (y ahora aún más pesada) para la próxima
administración al exacerbar la magnitud de los ajustes necesarios en el
futuro”, alertó el análisis.
Además de la
continuidad de los desequilibrios que han caracterizado a la economía argentina
en los últimos años, varios analistas anticiparon un mayor ajuste en las
importaciones por parte del Gobierno para evitar que continúe deteriorándose la
posición de reservas del Banco Central. Más aún, hubo quienes remarcaron que la
extrema debilidad en la posición de reservas del país se debe no sólo a la
sequía, que le quitó ingresos al país por alrededor de 20.000 millones de
dólares, sino también a que las importaciones se encuentran en niveles
notablemente altos por la brecha cambiaria.
“El déficit de
cuenta corriente de la Argentina en el primer semestre fue casi tan grande como
en 2018. A diferencia de entonces, el FMI no aumentará mucho su exposición a la
Argentina. Totalmente insostenible. Veremos mucha compresión de las importaciones
después de las elecciones, ya que cualquier nuevo gobierno intentará evitar un
default inmediato”, indicó Sergi Lanau, analista de Oxford Economics y
exfuncionario del Fondo.
Luego de que se
anunció el acuerdo con el Fondo, Robin Brooks, economista jefe del Instituto
Internacional de Finanzas (IIF, según sus siglas en inglés), dijo que en la
Argentina se culpó a la sequía por el déficit comercial, pero remarcó que las
importaciones se encuentran cerca de un máximo histórico y por eso el motivo de
fondo es una “mala política”, y no “una mala cosecha”.
La lupa en las
importaciones
“La Argentina culpa
a las débiles exportaciones del déficit comercial, pero una simple mirada a los
datos muestra que esto no es realmente lo que está pasando. Las importaciones
están cerca de su máximo histórico, algo que el país simplemente no puede
permitirse. La racha actual de déficit comercial se trata de una mala política,
no de una mala cosecha”, insistió Brooks.
Martín Castellano,
jefe de Investigación para América Latina del IFF, también señaló que evitar
caer en retrasos en los pagos al Fondo requerirá de “una fuerte disminución de
las importaciones”.
Lecturas políticas
“La Argentina
pagará 3400 millones de dólares al FMI esta semana utilizando dinero prestado
de varias fuentes, como el swap de divisas con China. En medio de reservas
netas negativas y desembolsos limitados del FMI, evitar los atrasos de la deuda
requerirá una fuerte disminución de las importaciones en los próximos meses. La
presión cambiaria aumentará”, advirtió Castellano.
El acuerdo con el
Fondo dejó también lecturas políticas. Daniel Kerner, director para América
latina de Eurasia, dijo que el nuevo arreglo con el FMI era una “victoria
relativa” para Massa, pero a la vez indicó que parece “poco probable” que
cumpla con lo pactado, más aún si tiene un mal desempeño en las primarias.
“El acuerdo es una
victoria relativa para Massa y muestra que el FMI seguirá siendo “pragmático”,
buscando mantener a la Argentina en el programa, recibir pagos y construir un
puente hacia la próxima administración. También refleja que el FMI está
interesado en evitar ser visto como responsable de cualquier resultado
electoral y un colapso financiero”, escribió Kerner.
“Parece poco
probable que Massa cumpla incluso con estas obligaciones antes de las
elecciones de octubre. Si el ministro de Economía y candidato tiene un mal
desempeño en las primarias, especialmente en la provincia clave de Buenos Aires
(el foco de atención de la vicepresidenta Cristina Kirchner), la presión para
aumentar masivamente el gasto en el período previo a las elecciones de octubre
será enorme”, agregó.
Para J.P. Morgan,
hay riesgo de un shock financiero después de las primarias
“El FMI seguirá
siendo pragmático”, dijeron en la consultora Eurasia
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