Por Natalia Donato
- Además de la catarsis que provocó entre las distintas cámaras empresarias por
la mayor presión tributaria que implica, la batería de medidas anunciadas y
oficializadas por el Gobierno en los últimos días en materia de comercio
exterior también dejó varias indefiniciones respecto de cómo se aplicarán y qué
sectores estarán alcanzados lo que incrementó el malhumor corporativo. Las
autoridades prometen una pronta reglamentación de los aspectos aún sin
resolver, por ahora sin fecha cierta, según dijeron fuentes oficiales.
Respecto del
impuesto PAIS para las importaciones, en el caso de los bienes pagarán 7,5%
sobre el dólar oficial mayorista -que ayer cerró en $271,60-, mientras que en
el de los servicios, el impuesto alcanzará el 25%, lo que lo lleva casi a $340,
el mismo valor concedido, en este mismo paquete de medidas, para las economías
regionales que participan del Programa de Incremento Exportador (PIE). A este
grupo de productos, entre los que se incluye el vino, entre varios más, se le
sumó el maíz, que generó bastante polémica por tratarse de un insumo clave de
varios alimentos.
Claro que habrá
excepciones al pago del impuesto. ¿Cuáles? Ésa es justamente una de las
indefiniciones que hay hasta el momento. La resolución publicada este martes
por la AFIP (la 5393, que complementa el Decreto 377 del lunes) establece que
no deberán tributar el impuesto PAIS los gastos referidos a prestaciones de
salud, compra de medicamentos, adquisición de libros en cualquier formato,
utilización de plataformas educativas y software con fines educativos.
Las autoridades
prometen una pronta reglamentación de los aspectos aún sin resolver, por ahora
sin fecha cierta, según dijeron fuentes oficiales
Tampoco los gastos
asociados a proyectos de investigación efectuados por investigadores que se
desempeñen en el ámbito del Estado nacional, provincial y municipal, así como
las universidades e instituciones integrantes del sistema universitario
argentino. Ni la adquisición en el exterior de materiales de equipamiento y
demás bienes destinado a la lucha contra el fuego y la protección civil de la
población. Pero el decreto 377 establece que los insumos y bienes intermedios
vinculados de forma directa a productos de la canasta básica no deberán pagar,
tampoco, el impuesto del 7,5%. La gran pregunta que se hacen los empresarios de
la alimentación es cuán extensa será esa lista. Hasta ayer a última hora, la
Secretaría de Comercio trabajaba en esa reglamentación, sin fecha cierta de
publicación.
El secretario de
Comercio, Matías Tombolini, trabaja en la reglamentación para definir qué
insumos y bienes intermedios de la canasta básica quedarán exentos de pagar el
impuesto
Trascendió que
podría salir en las próximas horas pero que la lista de productos exceptuados
sería acotada. Mientras tanto, las empresas cuestionan la medida. “Más allá de
cuánto sea la alícuota, el punto es que el Gobierno presiona para que no
aumentemos los precios y lo único que hace es subir impuestos”, se quejaron
desde una firma del rubro. Y agregaron: “El único compromiso que se obligó
Massa para que firmemos Precios Justos, garantizar dólares para pagar las
importaciones, no lo está cumpliendo hace dos meses y ahora aparece esto”.
En un comunicado que emitió ayer la
UIA, en “alerta por el
impacto en la industria de las medidas”, uno de los puntos que remarcó es que
además de no conocerse aún la normativa para saber el alcance de la excepción
del Impuesto PAIS para insumos y bienes intermedios vinculados en forma directa
a productos de la canasta básica alimentaria y para combustibles, lubricantes,
bienes vinculados a la generación de energía (otro rubro que también requiere
de precisiones reglamentarias), “no se ha contemplado eximir a todo lo que está
en el marco de acuerdos de Precios Justos, lo que presionará aún más sobre
costos y precios”. Por otro lado, precisó que “existe además la dificultad para
exceptuar a todas las materias primas, insumos y bienes intermedios asociados a
los bienes de canasta básica”.
La retroactividad
de la norma es otro de los puntos que generó una fuerte molestia en el mundo
empresario. Si bien en la AFIP aseguran que la medida no es retroactiva, ya que
rige desde el momento en que se publicó en el Boletín Oficial, lo cierto es que
hoy todas las importaciones se pagan a plazo, ante la falta de dólares. Por lo
tanto, operaciones que fueron oficializadas (cuando sale la SIRA con la fecha
de pago) antes de la publicación del decreto pero que no fueron pagadas
deberían abonar el impuesto una vez hecho ese pago, es decir, al momento de
ingresar al Mercado Único de Cambios (MULC).
“El único
compromiso que se obligó Massa para que firmemos Precios Justos, garantizar
dólares para pagar las importaciones, no lo está cumpliendo hace dos meses y
ahora aparece esto”, dijeron en una empresa alimenticia
Así lo entendieron
todas las cámaras empresarias y lo pudo confirmar Infobae con fuentes de la
AFIP. “Para los despachos que se oficialicen a partir de hoy en adelante, la
norma prevé que AFIP puede hacer un cobro a cuenta de forma anticipada de hasta
el 95% del 7,5% del impuesto, por lo que la AFIP estaría trabajando para que el
momento de pagar el impuesto sea al oficializar los despachos (cuando llega la
mercadería y se pagan todos los tributos aduaneros y créditos fiscales) y solo
el 5% restante se pagaría al momento de entrar al mercado de cambios”, dijeron
a este medio fuentes del sector importador.
Lo que molesta de
tener que pagar el impuesto por importaciones que las empresas ya hayan
realizado es que no habrá formado parte de un costo a considerar en el precio
del producto. Si las compañías saben que deberán pagar -por el plazo de la
SIRA- una mercadería en 90 días, tienen forma de cubrirse frente a una futura
devaluación, pero no así de este tributo. Aunque en estos casos se recuperará
ese costo en operaciones futuras, con un mayor incremento de precios.
Mientras que desde
algunos sectores productivos advirtieron que el nuevo impuesto a las
importaciones generará mayor costos y presión sobre los precios, otros
agradecieron que la medida no haya sido peor, teniendo en cuenta el delicado
contexto de reservas por el que atraviesa la Argentina.
“Es una medida
marginal. Sube el tipo de cambio implícito aproximádamente 4%. Y el impacto en
precios oscilará entre 2% y 3%, prácticamente nada. La clave está en ver si
consiguen que se liquiden las exportaciones de maíz al tipo de cambio de $340.
Y eso sí que impacta de forma directa en los precios de varios alimentos”, dijo
un importador. Otro, del rubro de bazar, agregó: “En mi rubro ya hay muchos que
aumentaron entre 5% y 10%. Nadie se va a quejar con esto. Sabemos que el dólar
en algún momento va a valer $500″.
“El temor del
sector empresarial es que después de devaluar, en unos meses, mantengan el
impuesto. Hubo varios casos de tributos de emergencia que todavía persisten.
Las medidas son un parche medio inentendible, pero no tienen margen para armar un
plan económico creíble”, consideró el economista de la Cámara Argentina de
Comercio (CAC), Matías Bolis Wilson.
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