Por Francisco
Jueguen - En un intento de quitar presión sobre el mercado cambiario y
recomponer las alicaídas reservas del Banco Central, el Gobierno anunció ayer
una serie de medidas, que habrían sido acordadas con el FMI y que implican una
devaluación parcial del peso. Con ese fin, dispuso equiparar la cotización del
dólar ahorro para el público con el llamado dólar tarjeta. Esto implica un
aumento, según la cotización del viernes, de $464,47 a $492,63. Por otra parte,
las exportaciones de una serie de productos del campo recibirán un dólar de
$340 hasta el 31 de agosto (hasta ahora regía una cotización de $300). Por esta
vía, el Gobierno espera que el sector liquide unos US$2000 millones
adicionales.
dispuso aplicar un
impuesto PAIS del 7,5% en las importaciones de bienes y del 25% en las de
servicios, con algunas excepciones (por ejemplo, todo lo vinculado con salud,
educación y la producción de alimentos de la canasta básica). Las medidas
fueron criticadas por dirigentes y productores del campo.
Con escasas
reservas en el Banco Central (BCRA), y en el marco de una negociación con el
Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno avanzará con una devaluación
parcial. En ese camino, dispuso un aumento del precio del dólar para el acceso
al público (el llamado “solidario”), encarece el acceso a las importaciones extendiendo
el impuesto PAIS y ofrece un tipo de cambio preferencial mayor para algunas
exportaciones del agro, de $340. Las medidas comenzarán a regir desde mañana y
forman parte de un paquete de decretos y resoluciones oficiales.
Como primer
anuncio, el BCRA, la AFIP y la Secretaría de Agricultura lanzarán lo que ellos
llaman una “simplificación cambiaria”, como el Ministerio de Economía le venía
prometiendo al FMI desde la cuarta revisión del acuerdo de facilidades
extendidas. Se trata nada más y nada menos que de una devaluación fiscal (a
través de nuevos impuestos). El Fondo Monetario viene reclamando una
devaluación del dólar para girar millonarios desembolsos y evitar un default de
su propia deuda. El ministro de Economía, Sergio Massa, y la vicepresidenta
Cristina Kirchner se niegan a aplicar un salto brusco del tipo de cambio
oficial –pese a que este se mueve cerca de 7% por mes– por el temor a una
espiralización de la inflación en plena campaña electoral.
En ese sentido, el
llamado dólar solidario o ahorro (la cotización minorista oficial más el 30%
del impuesto PAIS y un 35% de percepciones del impuesto a las ganancias) se
unificará al alza ahora con el dólar tarjeta (impuesto país más 45% de
percepciones impositivas). En tanto, el dólar Qatar (paga impuesto país del
30%, un 45% de anticipo de ganancias más un 25% de bienes personales) para
consumos superiores a los US$300 mensuales seguirá existiendo. Las personas que
compran actualmente el dólar ahorro son 900.000 y adquieren, en promedio,
US$150 por mes, según datos proporcionados por el equipo económico. La decisión
saldrá en una resolución general de AFIP en el Boletín Oficial.
Al cierre del
viernes pasado, el llamado dólar solidario estaba en $464,47, mientras que el
tarjeta cotizó a $492,63, en ambos casos incluyendo los impuestos. En ese
sentido, ahora todo se moverá con relación a este último piso como base para el
acceso del público a la demandada divisa estadounidense. Se trata, así, de una
devaluación fiscal de más de $28 renombrada como “simplificación”.
Como segunda
medida, se extenderá el impuesto PAIS a las importaciones de gran parte de los
bienes y los servicios. Según informaron fuentes oficiales, se generalizará una
alícuota del 25% para todos los servicios. Quedarán exceptuados los fletes (ya
pagan un 7,5% de ese gravamen), salud y educación (están exentos en la ley de
solidaridad) y recitales y turismo (que siguen al 30%). Esta modificación
saldrá por una resolución general de la AFIP. “No se aplica (la alícuota) a los
que usen dólares propios”, indicaron las fuentes oficiales, que además
precisaron que el impuesto lo perciben los bancos en el momento en el que los
importadores acceden al mercado de cambios.
Fuentes oficiales
indicaron que los servicios del estilo Netflix, Spotify, Google Play o Apple
Store no quedarán afectados, ya que ya están incluidos en el “esquema de
tarjetas” y además pagan IVA. “Eso no lo cambiamos”, dijeron.
Por otra parte, el
Gobierno extenderá el mismo impuesto (PAIS) a bienes importados. Será una
alícuota de 7,5%. Tampoco se aplica si las compras al exterior se pagan con
dólares propios. En esta medida entran las zonas francas y el área aduanera
especial de Tierra del Fuego. El decreto, indicaron, se publicará mañana y se
sumará una resolución general de la AFIP. Estarán exentos los medicamentos, el
material para combatir el fuego (ya los excluye la ley de solidaridad), los
bienes suntuarios (que ya están gravados con un 30%), los combustibles,
lubricantes y bienes vinculados con la generación de energía, así como insumos
y bienes intermedios vinculados con la canasta básica alimentaria del Indec.
“No vamos a afectar
las importaciones temporales que generan exportaciones (agroindustria y
automotrices)”, contaron las fuentes oficiales sobre lo incluido en el decreto
1330/2004 y el régimen específico RAF.
Mejora para la
exportación
Por otra parte, se
ofrecerá al campo un dólar de $340 para algunas producciones del agro. Hoy ese
dólar es de $300 y rige hasta el 31 de agosto. No solo entrarán economías
regionales, sorgo y girasol, (hoy incluidas), sino que se sumará al maíz. No
entrará la soja. Massa se presentará mañana en la Exposición Rural junto con
otros candidatos de la oposición. El campo ya reclamó al ministro de Economía
que, antes que estos tipos de cambios diferenciales, requiere un solo tipo de
cambio.
Con esta nueva
cotización, el Gobierno espera que ingresen unos US$2000 millones por
exportaciones del campo.
Por otra parte, las
principales entidades empresariales, entre las que están AEA, la UIA y la CAC cuestionaron
ayer el nuevo adelanto de ganancias compulsivo decretado por el Gobierno con el
objetivo de sumar nuevos ingresos a través de una mayor presión tributaria
sobre el sector privado.
Las fuentes
oficiales indicaron a que se espera que todas LA NACION las medidas agreguen
recaudación extra a los ingresos de este año por 0,8% del PBI, lo que serían
unos $1,3 billones en el año. El Gobierno, en negociación con el FMI,
mantendría la meta de déficit fiscal en un 2% del PBI para este año (era 1,9%
en el acuerdo original que actualmente se está recalibrando). Con estas medidas
espera sumar más pesos a las arcas de la AFIP, golpeadas por la sequía y la
baja de la recaudación vía retenciones.
La Argentina está
negociando con el Fondo Monetario Internacional, que dirige Kristalina
Georgieva, la quinta revisión del acuerdo. Pese a las demoras y las promesas
previas incumplidas, en el Ministerio de Economía celebraron el progreso en la
negociación y dijeron a que lograron cerrar los LA NACION términos centrales del
acuerdo, al igual que el programa de desembolsos del segundo semestre, sobre el
que no quisieron adelantar detalles. Y estimaron que el acuerdo final y
definitivo podría firmarse “el miércoles o el jueves” de esta semana. |