Por Matías Moreno -
La histórica derrota del pero nismo en Santa Fe y el triunfo de Maximiliano
Pullaro sobre Carolina Losada en las elecciones primarias de Juntos por el
Cambio tuvieron un alto impacto en el escenario político nacional.
En medio de un
fuerte debate interno, la mayor preocupación por la derrota atravesó al pero
nismo, ya que tanto el precandidato presidencial Sergio Massa como su compañero
de fórmula, Agustín Rossi, habían intervenido intensamente en favor de
candidatos de Santa Fe que el domingo terminaron duramente derrotados. En un
acto en Eze iza, Mass ay Cristina Kirchner evitaron referirse al resultado, y
concentraron sus críticas en Horacio Rodríguez Larreta.
A la vez, la
victoria de Pullaro llevó alivio a las filas de Rodríguez Larreta en un momento
en que algunas encuestas mostraban un escenario desfavorable en su pulseada.
Por el contrario, en el equipo de Patricia Bullrich, que apoyó a Losada, se
acusó el golpe e, incluso, hubo autocríticas, ya que su candidata había
desplegado una estrategia de ataque contra el adversario interno.
ROSARIO (enviado
especial).– Uno respiró aliviado y la otra intentó amortiguar el golpe. El
contundente triunfo de Maximiliano Pullaro sobre Carolina Losada en las
elecciones primarias del “frente de frentes” en Santa Fe tuvo un alto impacto
en el escenario nacional de Juntos por el Cambio. Es que el sorpresivo aluvión
de votos a favor de Pullaro en la interna con Losada en el tercer distrito más
influyente del país provocó efectos colaterales en la reñida disputa entre
Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por la candidatura presidencial
en un momento crucial de la campaña para las PASO del 13 de agosto. La
consagración de Pullaro como postulante a gobernador en Santa Fe agitó el
tablero interno e hizo mutar los estados de ánimo en los campamentos de Larreta
y Bullrich.
Los dos aspirantes
presidenciales habían jugado muy fuerte en la previa de la competencia
electoral en Santa Fe para apuntalar a sus candidatos, Pullaro y Losada,
protagonistas de la interna más caliente de JxC, por el nivel de confrontación
pública y las denuncias de alto voltaje político. Lanzados en una pelea sin
cuartel por el liderazgo opositor, Larreta y Bullrich apostaron un pleno cada
uno en la compulsa entre Pullaro, el postulante promovido por el jefe porteño,
y Losada, patrocinada por la exministra de Seguridad y el expresidente Mauricio
Macri, con el objetivo de quedarse con una victoria simbólica en uno de los
últimos tests de relevancia sobre las preferencias del electorado que tendrán a
mano antes de competir en las PASO presidenciales.
Para Larreta, el
resultado de la interna entre Pullaro y Losada se había vuelto crucial. Por
eso, su tropa sintió un profundo alivio cuando se confirmó el arrasador triunfo
del exministro de Seguridad de la provincia y dirigente radical muy cercano a
Martín Lousteau, otro de los que se mostraban exultantes por el tsunami de
votos que le permitió a Pullaro doblegar a Losada con amplitud. La diferencia
fue tan abrumadora como inesperada. En ala moderada de Juntos por el Cambio se
había instalado la exagerada sensación de que una victoria de Losada supondría
un golpe letal para Larreta en su pulseada con Bullrich: “Era game over”,
graficaban anteanoche en el búnker de Pullaro.
El rostro de
placidez con el que irrumpió Larreta en el salón reservado del Hotel Ariston
antes de subirse al escenario junto a Pullaro, Lousteau y Gerardo Morales, su
compañero de fórmula presidencial, denotaba la importancia que tuvo para él la
victoria conceptual sobre Bullrich y Macri en el combate en Santa Fe.
Larreta sabe que
los votos de una elección provincial no se extrapolan a la pelea nacional, pero
sintió anteayer una reivindicación a su modelo tradicional de construcción
política: estructura para garantizar el despliegue territorial, apuesta a la
moderación y la ampliación para ensanchar la base electoral.
“Yo creo en esto.
Estoy convencido de que la mayoría de los argentinos no quiere las peleas, los
gritos ni el ‘a todo o nada’”, les dijo a los suyos, casi con un tono de
arenga, en la intimidad de los festejos en Rosario. Dicho de otro modo: cree
que Losada no solo perdió porque jugó con excesiva agresividad, sino porque
peleó con un rival con aparato partidario y perfil de gestión. ¿Se ilusiona con
repetir el resultado de ese duelo de estilos en las PASO? En la oficina del hotel
donde se armó el centro de cómputos de Pullaro, el operador Guillermo Seita,
consejero de Larreta y Lousteau, monitoreaba los números del escrutinio
provisorio junto a colaboradores y aliados del alcalde, como Silvia Lospennato,
María Migliore y Waldo Wolff, entre otros.
En el larretismo
están convencidos de que los triunfos de Pullaro, Marcelo Orrego (San Juan) y
Claudio Poggi (San Luis) son señales de que la apuesta por el armado
territorial y la amplitud le tributarán a Larreta en las PASO nacionales frente
a Bullrich. “Esto es un reconocimiento a la necesidad de la ampliación”,
repetían ayer en la tropa larretista. Quieren dar batalla en el “círculo rojo”
para contrarrestar la sensación de que Bullrich lo supera a Larreta en los
sondeos, aunque en el entorno de confianza del alcalde admiten que están en un
empate técnico e, incluso, que corren desde atrás.
Ese escenario era
impensado hace unos meses. Ahora Larreta descree de que Sergio Massa pueda
volver competitivo a un oficialismo desgastado por la inflación y comprometa
sus chances de seducir al electorado del centro: “Está 100% identificado con el
kirchnerismo”, dice en charlas cerradas.
La reacción de
Bullrich
Bullrich regresó
ayer por la mañana a Buenos Aires después atravesar una noche pálida en Santa
Fe por la abrumadora derrota de Losada, pupila suya y de Macri en la provincia.
Sabían que la senadora corría con desventaja, pero nadie aventuró semejante
diferencia. “Sabíamos que era difícil, pero había que bancar a nuestra gente”,
dicen.
En el ala dura de
Pro acusaron el golpe e, incluso, hubo autocríticas. Nadie estaba cómodo en ese
sector con las denuncias y advertencias que lanzó Losada contra Pullaro en el
tramo final de la campaña. Aducen las razones de la victoria de Pullaro más al
nivel de belicosidad de Losada que a la posibilidad de que el peronismo haya
intervenido en la interna. “Massa no va a querer perder votos acá”, analizaron.
Con la derrota
consumada de la senadora, Bullrich operó tras bambalinas en el Salón
Metropolitano para acercar a Losada y a Pullaro y sanar heridas tras una
interna feroz. Cuando Federico Angelini ya había llamado al exministro para
felicitarlo, Damián Arabia, uno de los estrategas de Bullrich, se comunicó con
Pullaro y le pasó el teléfono a la candidata presidencial. “Atendela a
Carolina”, le pidió. Poco después, Pullaro habló con su rival. Bullrich intentó
convencerla a la senadora de que vaya a saludar a su adversario al búnker, pero
no logró persuadirla. Ya hubo contactos entre los armadores de ambos para reconstruir
los puentes.
Bullrich no
dramatiza la derrota de Losada y valora que Pullaro ya haya mostrado gestos de
equilibrio. El radical evitó decir que Larreta era su candidato a presidente.
Pullaro y Bullrich cuidarán el vínculo porque se necesitan mutuamente.
“Hay votos
transversales entre los dos”, coinciden en ambos equipos. Confiada en su
competitividad, Bullrich celebró una victoria pírrica de su bando en Santa Fe:
el triunfo de Pablo Poletti, candidato de Losada –a quien ella apoyó–, sobre
Emilio Jatón en la interna por la intendencia de la capital.
Bullrich considera
que Larreta hace una lectura política errónea cuando imagina que los triunfos
provinciales de sus apuestas en Santa Fe, San Luis o San Juan le tributarán en
las PASO. “Esto no se traslada a lo nacional; es otro partido”, sintetizó ante
sus íntimos. Por ese motivo, nada cambió para la exministra: mantendrá su línea
discursiva y reforzará su presencia en distritos claves, como la provincia de
Buenos Aires. Pero hay datos que no pasaron por alto en su equipo. El más
alarmante para sus ambiciones: intuye que la baja participación favorece las
chances del competidor con más aparato y fondos para la campaña.
A su vez, considera
que Larreta usará el resultado de Santa Fe para reforzar el ataque de Massa y
el kirchnerismo contra su modelo de país y su receta de construcción. Intuye
que le juega sucio. “Larreta instala que vamos a las trompadas, ¿qué trompadas.
Y nos atacan que si gobernamos nosotros va a ser como el 2001”, se quejan.
Incluso creen que les plagió el spot de “A todo o nada” con su aviso “Creo”. |