Por Mirta
Fernández - Apesar del nivel crítico de las reservas
netas internacionales,
el Banco Central desaceleró en junio el ritmo de ajuste del tipo de cambio que
fue inferior al de mayo, a diferencia de la tendencia alcista mensual que
exhibía desde febrero.
El tipo de
cambio se devaluó en junio 7,2% (punta a punta), con lo cual se
ralentizó en relación al 7,5% de mayo. Sin embargo, podría ser el
primer mes de este año que el dólar oficial haya ajustado por arriba de la
inflación en caso de que el costo de vida el mes pasado se ubique en torno al 7% o algo menos como estiman algunas
consultoras privadas.
En los meses
previos de 2023, el ritmo devaluatorio corrió atrás de la inflación: en abril
había sido de 6,5% de abril, en marzo 6% de marzo, en febrero 5,4% y en enero
5,5% de enero.
Manuel Cerdan, analista de Invecq, sostuvo que "el
Gobierno vio que la inflación en junio fue menor a la esperada y por
consiguiente redujo el crawling-peg" y afirmó que "este ritmo fue suficiente para no perder competitividad,
gracias a la apreciación de las monedas de nuestros principales socios
comerciales frente el dólar.
En
sintonía, Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, aseguró
que "el BCRA está manteniendo la estrategia de ajustar el tipo de
cambio nominal en función de que el tipo de cambio real no se le
atrase". Y enfatizó que "todo el proceso de mejora
circunstancial del tipo de cambio real tiene más que ver con las variaciones de
las monedas de los países con los que comercializamos", y dijo que
"pudo haber desacelerado un poco el ritmo de devaluación nominal en junio
porque como la apreciación del Real fue alta, Argentina se
benefició".
Pese a las elecciones que se avecinan, los analistas
prevén que el Gobierno en el segundo semestre del año mantendrá el ritmo de
ajuste devaluatorio en un nivel cercano o levemente por debajo
de la inflación, dado que consideran que con reservas netas negativas no
hay margen para apelar a la típica
receta electoral de pisar fuerte el tipo de cambio.
Dólar
oficial: ¿cómo empezó julio y cómo seguirá?
El dólar mayorista
cerró el miércoles 5 de julio en $259,50 con lo cual acumulan en los tres
primeros días hábiles del mes una suba de $2,80. El operador Gustavo
Quintana precisó que "está en línea con los $ 2,85 de aumento
registrado en idéntico lapso de la semana anterior, alejando la percepción de
un aceleramiento en el ritmo de ajuste".
A su
vez, Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, indicó que el
ajuste del tipo de cambio oficial este miércoles fue de 7,8% TEM (Tasa Efectiva
Mensual)m desacelerando el ritmo respecto a la jornada previa. Así, en las tres
primeras rueda hábiles de julio el tipo de cambio promedio fue de 7,53%
TEM".
"El martes
vimos un ritmo inusualmente alto de devaluación diaria (14,6% mensualizado
respecto de día previo) pero en el promedio no generó una disparada",
señaló Reschini.
El especialista evaluó que "no creo que veamos un julio
con una devaluación por encima de la tasa de política monetaria". Y
consideró que "por ahora parece que la idea es mantener controlados los dólares financieros para
frenar el ritmo inflacionario y seguir con un dólar oficial por debajo de la
tasa". De esta manera, estimó que el ajuste devaluatorio "será
parecido a la inflación",
De igual
diagnóstico, Jeremías Morlandi, Director de Políticas Públicas del Centro
de Estudios Económicos Argentina XXI opinó que "es muy
probable que se intente, aunque sea hasta las PASO, continuar por debajo de la
inflación y de la tasa de interés para desincentivar la dolarización
de carteras mientras mantiene férreos controles e intervenciones sobre los
dólares financieros para evitar que la
brecha se siga ampliando".
Sin embargo,
Morlandi sostuvo que "esta estrategia entrará en colisión con las
exigencias del FMI, puesto que para adelantar fondos o realizar nuevos
desembolsos, el organismo pedirá garantías de que esos dólares no serán usados
para intervenir en el mercado cambiario, y en los hechos, esto implica pedir
una devaluación".
Dólar: ¿qué pasará en el segundo semestre?
La Fundación
Capital planteó que el tipo de cambio oficial es una variable a
monitorear, "dado que las autoridades podrían verse tentadas a utilizarlo
como ancla inflacionaria en el marco electoral". Y juzgó que
"no hay espacio para continuar con esta dinámica tras más de dos años
de atraso: en 2021, el tipo de cambio se deslizó un 22,1% interanual, frente a
un índice de Precios al Consumidor que en el
50,9%, algo similar ocurrió en 2022, con la cotización subiendo un 72,4% ,
frente a una inflación del 94,8%, y el fenómeno continuó en lo que va de 2023
con el tipo de cambio se deslizó 45% versus. 53,3%
de inflación".
De igual
mirada, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, proyectó que el Gobierno
"va a mantener el ritmo del crawling debajo de la inflación, tal vez medio
punto". Y argumentó que "no pueden pisar más fuerte el tipo de cambio
y usarlo como ancla porque a diferencia de 2021 no tiene cuerda, no tiene
reservas, y necesita que le liquiden divisas".
"Dada la
sequía y las reservas, lo va a mantener levemente debajo de la inflación, no lo
va a poder apreciar este año", sentenció.
Con el mismo
diagnóstico, Cerdan aseveró que "no hay margen para seguir
atrasando el tipo cambio oficial: desde la llegada de Alberto Fernández,
la apreciación es de casi 24% (observando el tipo de cambio real
multilateral)".
"La apreciación de las monedas de nuestros socios
comerciales frente el dólar (principalmente la del real brasileño) juega a
favor. Por lo que, de mantenerse esta situación externa favorable, lo
más probable es que el BCRA siga devaluando apenas por debajo de la
inflación, moderando así la
presión sobre los precios internos antes de las elecciones".
A su
vez, Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos analizó que
"históricamente el comportamiento del kirchnerismo ha sido tratar de
frenar el tipo de cambio en los años de elecciones" y recordó que "en
2021, el dólar arrancó el año subiendo al 4% por mes y a partir de marzo-abril
bajó al 1% por mes en un contexto en el cual la inflación estaba en torno al
3%".
"Lo que pasa
es que, con la falta de dólares tendrían que mover mucho más rápido el tipo de
cambio. Ahí está la tensión que tiene el BCRA. En marzo-mayo fueron acelerando
el ritmo porque fue el momento que se percibió que la sequía pegaba fuerte y
que iban a faltar dólares", subrayó.
El dólar y el factor FMI
El
economista Federico Glustein afirmó que "atrasar el tipo de
cambio oficial repercute "sobre todo, en la demanda de importados y afecta
a las propias arcas del Estado que paga cada vez más con endeudamiento
cuasifiscal para poder obtener dólares para financiar esa demanda de
divisas" pero prevé que. el BCRA "nantenga la desaceleración de la
depreciación, y por ende, para el segundo semestre se seguirá
atrasando". Estimó que "lo más probable es que en julio el ritmo
devaluatorio se mantenga en torno al 7%, posiblemente algo por arriba de la
inflación de junio y julio, pero no alcanza a revertir el atraso
acumulado".
"Sin embargo, el FMI pide un ajuste del tipo de
cambio más severo para cortar con la dependencia de divisas, por lo tanto,
puede que a partir de los desembolsos pueda haber un cambio de política e incrementar la tasa de depreciación", especuló.
Por su
parte, Tiscornia manifestó que en el marco de la renegociación del acuerdo con el FMI, "no sabemos qué le va a exigir el
organismo pero difícilmente avale que el Gobierno planche el tipo de cambio
demasiado", por lo cual cree "que el ritmo devaluatorio se puede
mover en torno al 7 o 7 y pico por ciento por mes, no veo que lo puedan
frenar mucho más allá de eso".
Para Cerdan, "probablemente
el FMI quiera que, al menos, la devaluación acompañe a la inflación, como para
no perder aún más competitividad", y estimó que "el ajuste fuerte del
tipo de cambio se va a venir con el próximo gobierno".
A su
vez, Reschini expresó que "no creo que FMI se ponga demasiado
duro, sino que más bien intentará llegar a un acuerdo, un poco de transición,
para volver a sentarse con la próxima administración".
En ese sentido, el
experto advirtió que "seguir así implica riesgos porque está todo
demasiado forzado pero no veo que vayan a dar golpes de timón a esta
altura, una devaluación del dólar oficial más
brusca implicaría aceleración inflacionaria que dejaría prácticamente sin
chances a Massa y en base a la lógica del oficialismo no creo que quieran
afrontar ese costo ahora".
En
sintonía, Morlandi afirmó que "el Gobierno trata generalmente de
mantener el tipo de cambio por debajo de la inflación pero lo menos negativo
posible, en línea con los pedidos del FMI".
"Lo ideal para
cualquier gobierno en un año electoral es que el dólar tenga la mayor
estabilidad posible, por lo tanto, es razonable esperar que Massa y el BCRA
tomen cualquier medida que sea necesaria para frenar la subida de los tipos de
cambio financieros, mientras mantienen controlado el crawling peg del oficial.
Ya hemos visto que el plan de Massa, desde que asumió como ministro y
difícilmente cambie ahora como candidato a presidente, es controlemos ahora y
después vemos", recalcó.
En ese marco, el analista razonó: "Si a Massa le va
bien en las PASO, ¿qué incentivo tiene en acelerar el ajuste (del tipo de
cambio) hasta octubre? Y si, por el contrario a Massa le va mal en las PASO y se encamina a una derrota en octubre, ¿qué incentivo
tiene en acelerar el ajuste y dejarle el camino más despejado al próximo
gobierno?". |