Por Sofía Diamante
- La economía argentina está llena de paradojas que son difíciles de explicar a
los analistas económicos extranjeros. En los últimos meses, una nueva rareza
volvió a sorprender en el mercado financiero. Pese a que el Banco Central
(BCRA) estableció la tasa de interés efectiva anual (TEA) en 154%, por encima
de la inflación interanual de 114%, hay empresas argentinas que están logrando
financiarse a tasas negativas, a plazos de 24 a 30 meses. En otros términos,
hay empresas que pagan una tasa inferior a la inflación cuando les prestan
dinero.
En lo que va del
año, se emitieron 35 obligaciones negociables (ON, los bonos de las empresas)
atadas a la variación del tipo de cambio oficial por un total equivalente a más
de US$1600 millones. En la mayoría de esas emisiones, las empresas lograron
financiarse a tasa negativa.
Esto es producto
del gran apetito que hay por parte de otras empresas que buscan activos
financiados que siguen la evolución del dólar, ya que les sobran pesos, no
pueden dolarizarse por las restricciones regulatorias y necesitan cubrirse de
una eventual devaluación brusca.
“Las empresas que
emiten dollar linked (ON ajustadas al tipo de cambio oficial) son las que
tienen sus ingresos atados a esa misma moneda. En general, son energéticas, que
cobran de Cammesa [la compañía a cargo de los despachos de energía eléctrica],
petroleras o de generación eléctrica, y también las vinculadas al agro y las
que venden agroquímicos y fertilizantes. Sus flujos están dolarizados”, explica
Sebastián Money, director de Invertir en Bolsa (IEB).
Entras las empresas
que emitieron este tipo de ON a tasa negativa hay dos compañías de la familia
Eurnekian, Compañía General de Combustibles (CGC) y Aeropuertos Argentina 2000;
Case New Holland (CNH), un fabricante global de maquinaria agrícola; Oleoductos
del Valle (Oldelval), la empresa a cargo de la ampliación de la capacidad de
transporte del oleoducto que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires; Telecom, y
Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR), que tiene varios parques eólicos.
“El caso más
interesante fue el de PCR, que hizo una integración en especie, un canje de un
bono viejo por uno nuevo atado a la variación del tipo de cambio, pero a tasa
negativa de 8%. Eso lo logró porque tiene accionistas sólidos y sus ingresos
están vinculados a la venta de energía convencional en petróleo y a los parques
eólicos”, explicó Money.
Los bonos más
cortos para esta operación son de entre 24 y 30 meses, que son los más
demandados por los inversores y, por lo tanto, los que tienen tasa más negativa.
Los emisores, por
su parte, buscan emitir al más largo plazo posible, entre 48 a 60 meses. Dentro
de la matriz corporativa que tiene capacidad de emitir estas ON, hay diferentes
tipos de empresas que tienen el mejor riesgo crediticio del mercado argentino
(las AAA).
“Todo aquel que
tenga pesos y necesite cobertura devaluatoria compra los papeles. Pueden ser
los fondos comunes de inversión (FCI) dollar linked, corporativas que tienen
pesos, institucionales o bancos. Los corporativos que no pueden acceder a los
dólares financieros por restricciones cambiarias o normativas compran este tipo
de activos”, dijo Money.
Técnicamente, la
emisión de ON a tasa negativa funciona así: como el cupón (la tasa de interés
que paga) es 0% y el precio de un nominal es 100, si el inversor interesado
paga por arriba de 100 (sobre la par), hay un rendimiento negativo. “A precio
100, recibe 0% de tasa. Si paga 105 para comprar bonos que representan 100,
como el cupón es igual a 0%, el efecto precio tasa es inverso, por ende, da un
rendimiento negativo”, explicó el analista financiero de IEB.
“Las empresas están
aprovechando el creciente apetito del sector privado por cobertura cambiaria
para emitir obligaciones negociables en pesos dollar linked a tasas negativas.
Básicamente, quienes demandan estos papeles son importadores que buscan
cubrirse de un potencial salto cambiario, dado que la cobertura en la mayoría
de los casos resulta menos costosa que a través del mercado de futuros”, dijo
Lorena Giorgio, analista de Equilibra. La economista, sin embargo, indica que,
para el ahorrista común, estas tasas negativas lucen poco atractivas y
recomienda cubrirse con un bono CER (atado a la inflación), como el TX24 o el
TX26. “Con estos bonos, captarían a través del pass-through buena parte del
impacto de una devaluación y tienen precios mucho más convenientes”, indicó.
Las ON también se
pueden adquirir en pesos en el mercado secundario. “Entre las opciones más
atractivas destacamos Genneia 2027 (Gncxo) o Aeropuertos Argentina 2000, con vencimiento
en 2031 (ARC1O). La primera se posiciona como la principal generadora de
energía renovable, con contratos en dólares por el 95% de sus ventas y un
gradual desapalancamiento que les proporciona cierta holgura en el manejo de
sus pasivos. Por su parte, Aeropuertos Argentina muestra en sus balances una
holgada posición de liquidez. Ambas emisiones operan actualmente con
rendimientos entre 7% y 9% y pagan intereses semestrales. Sin embargo, cuentan
con lámina mínima de ingreso, lo que puede resultar privativo para algunos
inversores”, dijo Lisandro Meroi, de TSA Bursátil. |