Poe Jaime Rosemberg
- La novedad podría ser que después de ocho meses el gabinete nacional volvió a
reunirse, con la presencia del presidente Alberto Fernández. Sin embargo, el
dato más relevante terminó siendo el reclamo del ministro de Economía, Sergio
Massa, quien habló desde su nueva posición: la de candidato a la presidencia de
la alianza oficialista.
Allí pidió frenar
las peleas internas para poder posicionar mejor al espacio de cara a las
elecciones, una clara alusión a las fuertes tensiones que sufrió el redenominado
Unión por la Patria por el cierre de listas.
En el encuentro
participaron ministros que quedaron en bandos diferentes aunque formarán parte
de la misma boleta, como Victoria Tolosa Paz y Eduardo “Wado” de Pedro. Hubo
aplausos para los postulantes, pero las tensiones en las filas oficialistas no
ceden. Cristina Kirchner se reunió con Scioli, uno de los heridos tras las
definiciones de candidatos.
Sergio Massa llegó
unos minutos más tarde de lo acordado y se dirigió directamente al despacho
presidencial. Un rato después, con el presidente Alberto Fernández y el jefe de
Gabinete, Agustín Rossi, caminaron hasta el Salón Eva Perón, donde el gabinete
en pleno los recibía con aplausos.
Después de
acusaciones de “traición” y cruces públicos, el mensaje fue frenar las
internas. En la reunión, Massa pidió “cohesión y gestión”.
De ese modo, y con
una reunión de gabinete luego de ocho meses de dispersión, el Gobierno
escenificó ayer la foto de la unidad en medio de las divisiones, cada vez más
explícitas, del frente oficialista.
De esa foto
participaron la fórmula presidencial de Unión por la Patria (Massa y Rossi), el
primer mandatario y cristinistas como el ministro del Interior, Eduardo “Wado”
de Pedro, cuya candidatura, al igual que la de Daniel Scioli, cayó horas antes
del cierre de listas, para dejar paso a la fórmula consensuada por el
Presidente, Massa y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La reunión, que
duró poco más de una hora, tuvo como protagonistas a Massa y al Presidente.
Según testigos, el ministro de Economía, último en llegar a la cita y con una agenda
de compromisos que luego retomaría, detalló las negociaciones con el FMI, contó
sobre nuevos créditos del Banco Mundial por US$900 millones y afirmó que se
“estudia” un “alivio” para los contribuyentes del impuesto a las ganancias,
como informó el jefe de Gabinete un rato después, en contacto con la prensa.
El Presidente, en
tanto, felicitó a los ministros que también serán candidatos (ocho, en total) y
pidió “más esfuerzo” en la gestión para apuntalar las chances del oficialismo,
en momentos de alta inflación, pobreza y negociaciones trabajosas con los
organismos internacionales. “El ministro Massa nos ha pedido enfocarnos en la
gestión, y eso es lo que estamos haciendo”, había dicho a su entrada a la Casa
Rosada el ministro de Transporte, Diego Giuliano, cercano al ministro de
Economía. La obsesión del tigrense por mostrarse al frente de un gobierno
activo quedó en evidencia cuando luego de largos meses el gabinete volvió a
reunirse. Poco afecto a las reuniones multitudinarias –es partidario de encuentros
bilaterales con dos o tres ministros a lo sumo–, Rossi, compañero de fórmula de
Massa, entendió el mensaje y convocó al equipo en pleno por primera vez desde
su asunción, el 15 de febrero pasado.
También él, como
flamante candidato a vicepresidente, estaba interesado en la foto de un
gabinete cohesionado en torno de la “fórmula de consenso”, fraguada horas antes
del cierre de listas, fruto de un acuerdo entre Massa, el Presidente y Cristina
Kirchner. Era necesario calmar las tensiones y ordenar una campaña que comenzó
desarticulada. Con Massa como actor central, el Presidente participó de la
reunión, tal como lo hizo en otras oportunidades, aunque no en la última. Aquel
encuentro fue el 30 de noviembre pasado, cuando todavía era jefe de Gabinete
Juan Manzur.
Ayer, 20 minutos
antes de las 10 y puntual como pocas veces, el Presidente había llegado a la
Casa Rosada en el helicóptero del Estado. Como Rossi y otros ministros,
Fernández debió esperar un rato largo hasta que llegara Massa. Hubo asistencia
casi perfecta, como en aquellos días iniciales del gobierno del Frente de
Todos. Solo faltaron Martín Soria (Justicia) y Jaime Perczyk (Educación), ambos
de viaje oficial fuera del país.
“Escuchamos la
palabra del Presidente en este que es el último tramo de su gestión; él instó a
los ministros a fortalecer todos los aspectos”, dijo Rossi. Y resaltó que el
Gobierno concentrará hasta el 18 de julio una cantidad de “anuncios e
inauguraciones que tienen que ser comunicados” hasta esa fecha, cuando comienza
la veda de actos de gobierno prevista en el calendario electoral.
“Creímos oportuno
hacer esta primera reunión porque estamos entrando en los últimos seis meses de
nuestro gobierno. De verdad, les doy las gracias a cada uno de ustedes por el
esfuerzo en cada una de las áreas donde les tocó estar. Yo les estoy
eternamente agradecido”, dijo el Presidente, según informaron luego desde la
Jefatura de Gabinete. Una frase que sonó a despedida.
El cónclave llegó
luego de las heridas que dejó el cierre de listas. El canciller Santiago
Cafiero y la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, fueron
duramente criticados por la vicepresidenta el lunes por sus candidaturas a
diputados nacionales. Ayer, Tolosa Paz llegó diez minutos más tarde de lo
acordado, hablando por su celular, y Cafiero demoró unos minutos más en
sumarse. Ninguno de los dos habló durante la reunión de gabinete.
También fue el
reencuentro con sus pares de De Pedro, quien según Cristina Kirchner fue vetado
por el Presidente como candidato presidencial de síntesis, una jugada crucial
que derivó en la consagración de la fórmula Massa-Rossi como representación
electoral del oficialismo.
Con look informal y
rostro serio, De Pedro fue de los primeros en subir las escaleras hacia el
Salón Eva Perón. “Fue una reunión tranquila, no hubo discusiones”, detalló otro
participante, con la intención de reforzar la imagen de unidad en medio de
cuentas a medio saldar. |