Por Francisco
Jueguen - El Gobierno celebra el crecimiento del empleo para contrarrestar los
alarmantes números de inflación. Y los datos oficiales, pese a que ya empieza a
notarse cierto freno, lo avalan. Sin embargo, se oculta una realidad dramática:
el trabajo de indigencia –técnicamente llamado “subempleo inestable”– se
expande y, a fin de 2022, llegó a su peor nivel desde 2006.
Esto llevó el año
pasado –sin tener en cuenta la pandemia– a un pico de ocupados con ingresos que
son pobres y a cada vez más hogares que, pese a tener miembros en el mercado,
requieren del Estado.
Trabajadores
eventuales, changarines, peones, vendedores ambulantes, cooperativistas y
trabajadores domésticos por hora, entre muchos otros, son algunos de los
oficios que se hacen cada vez más comunes en la economía argentina, según surge
de los microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec
procesados por el Programa Cambio Estructural y Desigualdad Social (IIGG-UBA) y
el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA). Ese “segmento
marginal” de trabajadores llegó en el cuarto trimestre de 2022 a 16,7%, el
mayor porcentaje desde el mismo período de 2006 (18,4%).
En su trabajo, los
técnicos definen al segmento marginal –el subempleo inestable– como ocupados o
subocupados precarios con ingreso horario que no alcanza para cubrir gastos
alimentarios de una familia tipo (canasta básica alimentaria).
Como otra dimensión
del mismo problema, según el trabajo de los especialistas de la UBA y la UCA,
la cantidad de ocupados pobres llegó a fines del año pasado a 27,3%. Para
encontrar un dato similar, sacando el impacto de la cuarentena oficial por la
pandemia (30,5% en 2020) hay que irse a 2006 (28,5%). El punto más bajo de la
serie entre 2003 y 2022 fue 2017 (15,2%). En 2018, con la corrida cambiaria, la
primera de la gestión de Mauricio Macri, comienza el deterioro hasta la
actualidad.
En el mismo
sentido, según el informe al que accedió la nacion, los ocupados en hogares
perceptores de política social pasaron de 3,8% en 2003 a 19,3% el año pasado,
lo que revela el deterioro del mercado laboral. En 2021 eran 17,7%.
Pese al discurso
oficial que solo ve la mejora del desempleo, desde 2017, los ingresos netos de
la ocupación principal de los trabajadores del sector privado registrado, el
sector público, los informales y el total de los ocupados muestra una caída. La
baja es, para el caso del total, de aproximadamente un 25%. Los ingresos de los
trabajadores informales son un 30% menores en promedio que los de los otros
segmentos del mercado laboral. En 2022 esa brecha se achicó, pero debido a que
crecen menos los ingresos públicos. “Es el ajuste sobre los salarios públicos”,
explicó Agustín Salvia, coordinador del estudio.
“En las últimas dos
décadas, alrededor de la mitad de la población urbana laboralmente activa
afrontó algún tipo de problemática vinculada a la calidad de su inserción
laboral”, indicó el documento. “El empleo en segmento secundario o no regulado
se convirtió en la principal problemática, alcanzando a casi un cuarto de la
fuerza laboral activa de la Argentina”, completó. Este segmento incluye a
asalariados no registrados, inestables o subocupados, trabajadores independientes
inestables o subocupados y trabajadores familiares sin remuneración, según
definieron los técnicos.
El Sistema
Integrado Previsional Argentino (SIPA) informó que en marzo los puestos de
trabajo registrados crecieron en 5451 frente a febrero y acumulan una suba de
4,3% en doce meses (537.332 puestos). El mayor crecimiento se dio en el sector
privado. Se generaron 19.256 nuevos puestos. No obstante, cayeron en el mes los
monotributistas, los autónomos y los trabajadores de casas particulares. “A
pesar de continuar con la dinámica de crecimiento mensual desde enero de 2021,
empieza a notarse cierto freno en la creación de puestos de trabajo registrado
respecto de los meses anteriores”, indicaron en la consultora LCG. “El promedio
de nuevos puestos de 2022 fue 49.866 y este marzo se creó una décima parte”,
agregaron.
Según el último
informe de mercado laboral del Indec, el desempleo fue de 6,3%. Es una baja de
siete décimas frente a la desocupación de 2021. El crecimiento del empleo fue
informal y cuentapropista principalmente, según indicaron los especialistas.
Recién a comienzos de este año, los trabajadores formales privados superaron el
pico registrado durante la gestión de Macri.
“Desde 2012, se
observa una pérdida continua de la participación de los asalariados privados
sobre los puestos registrados totales, pasando del 55,9% en enero de 2012 al
48,7% actual”, indicaron en LCG.
“Si se consideran
los últimos tres años crecieron el monotributo social (66,1%), monotributo
(16,6%), asalariados privados (6,5%), asalariados públicos (6,4%), autónomos
(0,3%) y cayeron los asalariados de casas particulares (-7,4%)”, estimó el
Iaraf.•
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