Por Javier Blanco -
El Banco Central (BCRA) volvió a mostrar ayer que es incapaz de detener un
nuevo drenaje de reservas internacionales: debió aportar unos US$44 millones de
su muy exigua tenencia solo para poder dar curso a los pedidos de compra que
habían superado todos los filtros oficiales y no podían ser abastecidos por la
oferta voluntaria de divisas.
De este modo,
acumula ya cinco ruedas en “modo vendedor”, lapso en que debió desprenderse de
unos US$234 millones, cifra representativa de algo más del 19% de los US$1219
millones recomprados “caros” (básicamente durante mayo) gracias al dólar soja
III. Estas divisas fueron mayoritariamente desperdiciadas en intervenciones
sobre el mercado de bonos para tratar de evitar mayores alzas de los dólares
financieros “testimoniales”.
Por todo eso pasa a
mostrar un saldo negativo por sus intervenciones sobre el mercado cambiario
oficial de US$186 millones en mayo, cifra que se supera los US$2300 millones en
el año y explica mucho de la situación actual.
La nueva venta
oficial es inquietante porque llega cuando la tenencia neta (propia) de
reservas del BCRA sigue siendo negativa en unos US$1200 millones y en el
calendario asoman dos compromisos de pago muy significativos, como un
vencimiento con el FMI (por unos US$2670 millones) en apenas una semana, y otro
vinculado a la deuda reestructurada a fin de 2020 por unos US$1000 millones.
Son importantes
especialmente porque las miradas de los operadores comienzan a concentrarse
sobre en nuevo drenaje cotidiano de divisas que sufre el BCRA en momentos en
que no aparecen novedades sobre la posible llegada de “fondos frescos” desde el
exterior para oxigenar las reservas.
“Se sabe que, en
caso contrario, esto derivaría en nuevas rondas de restricciones cambiarias con
efectos negativos sobre la inflación y la actividad. Así es que la relativa
calma de los dólares financieros y libre podría resultar efímera de no
modificarse el panorama del balance cambiario”, explicó el analista financiero
Gustavo Ber.
Y porque los
aditivos diseñados para estimular la oferta privada de divisas dan cada vez
señales más claras de no estar funcionado.
Por ejemplo, el
aporte de divisas del dólar agro, que apenas llegó a los US$9 millones en la
jornada, fue el más bajo desde la puesta en vigor del Programa de Incentivo
Exportador (PIE) ampliado a otros granos y producciones regionales. Es un dato
que, sin dudas, sumará incertidumbre al mercado.
“Hoy, la mayor
urgencia del Gobierno es la falta de dólares. Sin la soja, el BCRA trata de
aguantar con el cepo, el swap chino y con obligar a cada vez más empresas a
tomar deuda comercial”, describió el economista y consultor Fernando Marull.
Por lo pronto, esta
vez le tocó al BCRA aportar el 15,7% de los US$283,2 millones operados en la
rueda inicial de la semana en el segmento de contado.
Fue una jornada en
la que convalidó un avance del 0,8% ($1,85) en el dólar mayorista, que cerró a
$246,40/246,80 por unidad, para compra y venta respectivamente.
De este modo, la
tasa de devaluación del peso llega al 3% en lo que va del mes y supera el 39%
en lo que va del año, lo que, aun así, resulta in suficiente para evitar el“atraso
cambiario”.ß |