Por Julián Valdez - La incertidumbre económica atraviesa
e impacta en muchos rubros. Un ejemplo claro de eso se ve en el mercado inmobiliario, donde según los últimos datos, del abril,
indican un descenso en el nivel de operaciones realizadas, un sector
que ya venía atravesando un escenario con poco movimiento.
Según el Colegio de
Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, la cantidad de escrituras autorizadas por escribanos durante abril sobre
inmuebles ubicados en ese distrito fueron 2.750, lo que implica un 4,3% menos respecto del mes pasado. "El
mercado está en una situación muy compleja, nunca se vio una situación
así", sostiene en diálogo con Ámbito Alejandro
Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CAI).
Y parte de esa
situación que describe se ve reflejada en la dinámica de precios de los
inmuebles, dado que, según indica Mariano García Malbrán, presidente de la
Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (CAMESI), actualmente, el valor
del metro cuadrado en la Ciudad de Buenos Aires se encuentra en su piso tras atravesar descensos en dólares de entre
el 25% y 35%.
"La disminución de los precios de venta fue impuesta por
los valores de las operaciones efectivamente realizadas, en base a un mercado sobre ofertado y con una demanda muy baja. Estos
valores de mercado se impusieron teniendo como base las ofertas realizadas por
los compradores y la venta de los propietarios que tenían la necesidad y la
decisión de vender su inmueble", explica.
Meses de complicaciones
para el mercado inmobiliario
Uno de los temas
que tiene en vilo al mercado inmobiliario es la normativa que regula los
contratos de alquiler. El 1 de julio se cumplirán tres años
desde que comenzó a regir la actual Ley de alquileres, que estableció,
entre otras cosas, el plazo mínimo de tres años para la locación de los
inmuebles y aumentos anuales establecidos mediante un índice, que publica el Banco Central (BCRA) y que se establece en base a una
ecuación que combina los valores de la inflación con la evolución de los
salarios.
La ley vigente
diseñó ese cálculo para los aumentos con el objetivo de que los inquilinos no
deban afrontar valores cuya evolución supere la de la inflación. Desde
la visión de los propietarios, eso, sumado a los altos niveles, significó una
pérdida en el valor de la renta, por lo que se cree que, a medida que vayan
finalizando los primeros contratos firmados bajo dicha norma, aparecerán fuertes aumentos para quienes quieran renovarlos.
Por otra parte, el
mes que viene se van a celebrar las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas
y Obligatorias (PASO) nacionales y, desde el sector inmobiliario,
muchos creen que eso puede agregar una complejidad más al
mercado dado el efecto que suele tener un proceso electoral en la
economía argentina, sobre todo, en materia cambiaria. Sin embargo, Bennazar
sostiene que "una afectación en lo económico o en lo político no va a
modificar la actual situación del mercado inmobiliario".
Una nueva ley:
necesidad urgente
Para el presidente
de la CAI, más allá del contexto electoral y de lo que pueda pasar en materia
económica, lo que requiere el mercado para empezar a mejorar el actual
escenario es una modificación de la mencionada ley de alquileres. "Reducir los contratos de tres a dos años y actualizar los
alquileres, como máximo, cada tres meses es uno de los puntos centrales que se
debe debatir y sobre los que hay que avanzar", afirma.
De hecho, la
reforma de la Ley de Alquileres es un tema que
está en la agenda legislativa, pero que, en el marco de la campaña hacia las
paso parece haber pasado a un segundo plano en el último tiempo. Sin embargo,
la situación habitacional delicada de la Argentina en este momento, en la que
muchos inquilinos tienen que endeudarse para pagar sus alquileres o expensas y cada vez hay menos personas que
pueden aspirar a comprar su casa propia, hace que, para el sector inmobiliario,
sea una cuestión "urgente" hoy. |