Por Paz Rodríguez
Niell - El juez Sebastián Casanello sobreseyó ayer a la vicepresidenta Cristina
Kirchner en la causa conocida como “la ruta del dinero K”. Fue una consecuencia
directa del controvertido pedido del fiscal Guillermo Marijuan de la semana
pasada y de la decisión de la Unidad de Información Financiera y la AFIP, ahora
en manos del kirchnerismo, de retirarse de la acusación.
El juez federal
Sebastián Casanello decretó ayer el sobreseimiento de Cristina Kirchner en la
causa conocida como “la ruta del dinero k”, porque ya no quedan acusadores que
sostengan que debe ser investigada en este caso, en el que Lázaro Báez fue
condenado a diez años de prisión por lavado de activos.
“Sin acusación no
hay proceso penal posible”, advirtió el juez, que fundó su decisión en el
pedido de sobreseimiento de la vicepresidenta presentado por el fiscal del
caso, Guillermo Marijuan, al que adhirieron el viernes los dos organismos
estatales que intervienen como querellantes en este expediente: la Unidad de
Información Financiera (UIF) y la Administración Federal de Ingresos Públicos
(AFIP).
Casanello explicó
que él no podía “ir más allá” de lo pedido por quienes ejercen el rol de
acusadores ni “suplir la misión punitiva del Estado”, porque, tal como lo
advirtió la Corte, hacer lo contrario atentaría contra la garantía
constitucional del debido proceso. Con una cita del máximo tribunal, el juez
recordó que esa garantía exige que quien acuse sea “un tercero diferente de
quien ha de juzgar”. Como ni Marijuan ni la UIF ni la AFIP apelarán, Cristina
puede contar con que el fallo de Casanello quede firme.
La única opción
para no disponer el sobreseimiento hubiera sido que el juez decretara que el
dictamen del fiscal no cumplía los requisitos de “razonabilidad y legalidad” y
lo anulara –algo muy inusual, advierten en Comodoro Py–, pero Casanello dijo
que esos requisitos “se hallan satisfechos toda vez que la fiscalía ha arribado
a una de las soluciones previstas en el ordenamiento legal a través de un
razonamiento lógico, derivado del examen de las constancias que obran en el
expediente”.
El viernes, después
de que se conoció la posición de los dos organismos gubernamentales en apoyo
del pedido del fiscal, se presentó en la causa la Asociación Civil Bases.
Solicitó ser aceptada como querellante (es decir, como particular damnificada
por el caso) y que se anulara el dictamen del fiscal. Casanello declaró
“inadmisible” ese pedido.
Lo mismo había
hecho cuando intentaron entrar en la causa, también como querellantes,
Margarita Stolbizer –que fue denunciante en este expediente– y la Fundación por
la Paz y el Cambio Climático. Pero en el caso de Bases, el juez consideró que,
además de no ser “particularmente ofendida”, su presentación no había cumplido
con los requisitos formales ni con los de “oportunidad”, dado que se presentó
el viernes, después de diez años de investigación, con un “objetivo puntual”:
que el caso no se cerrara. El juez recordó que, según dijo la Cámara Federal, no
se puede admitir la “aparición repentina” de alguien que pretende ser aceptado
como querellante una vez que la defensa se quedó sin contraparte.
Tramo residual
La investigación
contra Cristina Kirchner era un tramo residual de la causa que tenía a Báez como
principal acusado y que había sido elevada a juicio por Casanello, casi en su
totalidad, en 2017. Originalmente ella no estaba entre los investigados. La
imputó Marijuan en 2016, con la causa ya avanzada, y la indagatoria fue pedida
por la UIF durante el gobierno de Mauricio Macri.
En aquel momento,
el motivo de Marijuan para imputarla fue la declaración como arrepentido de
Leonardo Fariña. Ahora, Marijuan dice que no consiguió pruebas que sustenten
aquella acusación y que, aunque acaban de incorporarse a la causa centenares de
contactos entre Cristina y Báez, eso no es prueba suficiente para hacerla
responsable de un hecho concreto de lavado de dinero. La UIF modificó su
conducción con el cambio de gobierno. Antes sostenía que Cristina debía ser
investigada como dueña en las sombras del dinero de Báez; ahora se plegó al
pedido de sobreseimiento.
Conocida como “la
ruta del dinero k”, esta fue la primera gran investigación de lavado de dinero
de los tribunales de Comodoro Py. Hace dos años, el Tribunal Oral Federal 4
condenó a Báez con una sentencia emblemática, que incluyó multas y decomisos
sin precedentes, y que fue confirmada, en lo troncal, por la Cámara de
Casación, que redujo de doce a diez años la pena de Báez.
Casanello dispuso
el sobreseimiento de Cristina en un fallo de tres páginas, en el que recordó
que Marijuan, después de recibir un informe sobre los contactos entre Báez y la
vicepresidenta, dio un cierre a la investigación que buscaba “dilucidar si la
exmandataria había participado de las operaciones de lavado de dinero
atribuidas en esta causa a Lázaro Báez y su entorno”.
“Sin acusación no
hay proceso penal posible”, dijo Casanello, quien destacó.
Las relaciones
comerciales entre Cristina Kirchner y Báez fueron investigadas en el caso
Hotesur-Los Sauces, hoy cerrado y a la espera de que la Cámara de Casación
defina si lo reabre. La vicepresidenta y el empresario fueron condenados,
además, por estafa al Estado en la causa Vialidad. En el caso que tiene
Casanello, lo que se investigó, en cambio, fue cómo lavó Báez dinero que obtuvo
de forma ilegal.ß |