Por Carlos Manzoni
- Más de la mitad de las empresas encuestadas por la Unión Industrial Argentina
indicaron “un empeoramiento de las restricciones a las importaciones de insumos
para la producción”, según un informe de la central fabril. Además, el Gobierno
comunicó a las automotrices que extendió los plazos para pagar importaciones de
autos y piezas a 195 y 75 días, respectivamente, lo que provoca ría problemas
en la oferta.
La Argentina no les
ofrece el mejor campo de acción a las empresas. Durante los últimos meses, las
tensiones macroeconómicas empezaron a tomar un rol más protagónico en la
coyuntura económica de las compañías, con las restricciones a las importaciones
y los problemas en el mercado de cambios a la cabeza de los principales palos
en la rueda para la producción, con suba de costos y mayor presión en la cadena
de suministros, según advierten los empresarios.
El cepo a la
importación no es nuevo, pero cada vez se hace más asfixiante. “Más de la mitad
de las empresas indicaron un empeoramiento de las restricciones a las
importaciones de insumos para la producción. Los tiempos de aprobación de las
SIRA empeoraron para el 64% de las empresas, mientras que el 58% indicó una
reducción en la proporción de solicitudes aprobadas”, señaló un informe con la
II Encuesta Anual del Centro de Estudios (CEU) de la Unión Industrial Argentina
(UIA).
A esto se suma el
problema cambiario. En ese sentido, el informe de la UIA consignó que 9 de cada
10 empresas indicaron que se vieron afectadas por las tensiones cambiarias
registradas en las cotizaciones paralelas durante la última semana de abril.
“Durante los días que estuvo vigente el relevamiento (del 2 al 16 de mayo), la
mayoría de las empresas encuestadas indicó dificultades para el abastecimiento
de insumos: subas en los precios de lista de sus proveedores (86%), falta de
precios de algunos insumos (74%) y suspensiones en la distribución de algunos
insumos por parte de sus proveedores (62%)”, se indicó.
En la misma
encuesta se aclaró que, si bien a lo largo de mayo se redujo la volatilidad
cambiaria, en el marco de la suba de la tasa de interés, persisten un clima de
incertidumbre y dificultades en el corto plazo para las empresas asociadas a la
disponibilidad de insumos, la suba de costos y el entorno macroeconómico
general.
Eso no es todo.
Casi la mitad de las empresas manifestaron que la resolución 5339 de la AFIP
(que suspendió los certificados de exclusión del régimen de percepción de
Ganancias e IVA para importaciones de bienes hasta el 31 de diciembre de este
año) impactó en un incremento en los precios de lista de sus distribuidores, lo
que afectó tanto a grandes empresas como a pymes. “En algunos casos, se
suspendieron inversiones que requieren de maquinaria importada (26% de las
empresas) mientras que en otros se perdieron exportaciones por pérdida de
competitividad (17%)”, se detalló en la encuesta del CEU.
A la hora de traducir
en estadísticas todas estas problemáticas, se puede ver que 64,5% de las
empresas encuestadas respondieron que en abril empeoraron los tiempos de
aprobación de las SIRA; 60,3% dijo que empeoraron los plazos de pagos a
proveedores, mientras que 58,2% respondieron que empeoró la aprobación de sus
solicitudes.
El economista Pablo
Dragún, director del CEU, comentó que, si bien se sigue la tendencia de enero,
que siempre es peor por lo estacional, se ve en la producción que 19,3% de las
empresas dicen que tuvieron suba de producción y 34,5% que sufrieron caída. “Lo
que se observa al ver la serie larga es que hasta octubre estas cifras daban al
revés; a partir de ahí empezó a empeorar”, destacó.
Dragún agregó que
resultados parecidos se observan al analizar las ventas internas y las
exportaciones. De hecho, 41,5% de las empresas respondieron que tuvieron caídas
en sus ventas internas, mientras que solo 19,7% dijeron que tuvieron subas; y
en cuanto a las exportaciones, 37,7% reportaron caídas, mientras que 12,4%
tuvieron alzas. “Es verdad que más allá de los problemas macroeconómicos hubo
un par de cisnes negros, como el déficit energético y la sequía”, afirmó el
economista.
Respecto del
futuro, Dragún dijo que hay una leve mejora, que atribuye sobre todo a que ya
no afectará la sequía y que se espera que con el nuevo gasoducto se solucionen
algunos temas de energía. “Hay mejor expectativa sobre la situación propia (36%
espera que su situación mejore), que sobre la del sector (32%) y la del país
(31%). Esto es una variable que vemos desde que arrancamos con esta encuesta
desde 2021; lo que sí se dio en los últimos meses es que cayó mucho la
expectativa de cómo va a estar la propia empresa”, concluyó.ß |