Domingo 21 - El impacto de la sequía en la producción agropecuaria y en el ingreso de divisas
constituye uno de los factores que más determinaron el rumbo económico anual de
la Argentina, que incluso lo considera como uno de los
aspectos fundamentales para rediscutir el acuerdo con el FMI. En ese marco, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) advirtió la llegada de lluvias excesivas este mismo año.
Las precipitaciones
ocurrirían en el marco del fenómeno El Niño, que
impacta en Sudamérica con mayor intensidad que otras
regiones. Los estudios señalan que la temporada de lluvias ocurriría entre el
próximo junio, alcanzando un pico a finales del 2023, hasta
el primer semestre del 2024. El organismo apuntó que no se habían registrado
temporales de las características del fenómeno El Niño desde el 2020, y que
existe un 73% de probabilidades que se concrete la
situación meteorológica.
De esta manera,
países como Uruguay y Paraguay, junto a la Argentina,
se encuentran entre los países que registrarían lluvias excesivas,
mientras que Brasil, el principal productor mundial
de soja, se encuentra en riesgo de afrontar condiciones de sequía. La situación
ocurre en el marco de estimaciones meteorológicas secas para las principales
zonas de cultivo de América Central, el sur de África y el oriente asiático.
“En la Argentina
este fenómeno podría aliviar el efecto de la sequía en la agricultura que ocasionó tres años consecutivos del
evento contrario al El Niño, La Niña”, analizó Oscar Rojas, Oficial
de Recursos Naturales de la FAO, quien
vaticinó “una normalización de las precipitaciones en las regiones agrícolas de
la Argentina podría significar una producción normal en los cereales”.
El especialista
apuntó que la región central del país soportaría el riesgo de excesos y que
"el impacto dependerá de la intensidad de las lluvias y el estado fenológico
del cultivo de trigo en el momento que se presente el exceso hídrico”. Entrevistado en La Nación, recordó que
"la acción temprana fortalece la capacidad de supervivencia de
las poblaciones en peligro: una prioridad clave en el objetivo estratégico de la
FAO de incrementar la resiliencia de los medios de vida ante las amenazas y las
crisis”.
“Los impactos por
exceso son más difíciles de estimar que los impactos provocados por déficit de agua, así que no es posible en estos momentos
estimar con exactitud si el cultivo de trigo se
pueda beneficiar o perjudicar”, concluyó. |