Por Jaime Rosemberg
- El anuncio de la reunión, en plena Casa Rosada, encendió alarmas y confirmó
los temores de Estados Unidos y países aliados sobre la creciente influencia
china sobre la Argentina, en este caso vinculada al control de la Hidrovía
ParanáParaguay, por la que pasa el 80 por ciento de la producción
agroexportadora del país.
El presidente
Alberto Fernández se reunió ayer en su despacho de Balcarce 50 con directivos
de la empresa china Wuhan Yangluo Port Service Co. Ltd., dedicada a servicios
portuarios en la terminal de la ciudad de Wuhan. La compañía está además
dedicada a la “importación y exportación de bienes, manejo de carga, servicios
de almacenamiento, servicios de información de transporte, inversión en
proyectos de infraestructura de transporte, servicios inmobiliarios, desarrollo
inmobiliario, administración de propiedades”, según informa en sus redes
sociales.
Puntual y
sonriente, el Presidente ingresó raudo en la Casa Rosada junto a la portavoz
Gabriela Cerruti, quien lo acompañó en el encuentro con los empresarios chinos
y funcionarios de la embajada de ese país en la Argentina.
En el comunicado
oficial, el Gobierno informó que en la reunión “se analizaron las oportunidades
de negocio y el desarrollo de inversiones en el país en materia de turismo”.
Precisaron además que “el mandatario dialogó con los ejecutivos sobre la
posibilidad de establecer vuelos directos entre ambos países e implementar una
billetera virtual en la Argentina para el turismo proveniente de China, así
como otras oportunidades de inversión”. El presidente de la empresa, Xu Baowei,
encabezó la delegación visitante.
De inmediato, las
miradas viraron hacia la Administración General de Puertos (AGP), la empresa
estatal que actualmente administra la Hidrovía, mientras la empresa belga Jan
de Nul está a cargo del dragado y balizamiento de la vía navegable troncal, por
la que los productos llegan y salen de los puertos argentinos. Fuentes cercanas
a la AGP, que dirige el técnico del Instituto Patria José Beni, se desligaron
del encuentro y agregaron que no conocían los antecedentes de la empresa.
Un mes atrás, los
embajadores Marc Stanley (Estados Unidos) y Karl Dahene (Bélgica) se
fotografiaron frente a una enorme draga de Jan de Nul ubicada en la provincia
de Corrientes, en un guiño interpretado como advertencia de ambos países ante
el avance chino en la Hidrovía. Un avance que tuvo, en 2021, la presentación de
la empresa estatal china China Communications Construction Company (CCCC),
incluida dentro de una unión transitoria de empresas (UTE) para la licitación de
la Hidrovía, rechazada por la AGP por falta de antecedentes. El dragado y
balizamiento continuó, cautelar judicial mediante, en manos de Jan de Nul,
aunque la AGP (una de las pocas empresas estatales que dan superávit) quedó
como encargada del estratégico cobro de peajes a las embarcaciones.
Preocupación de
EE.UU.
Existe cierta
preocupación en los Estados Unidos sobre la posibilidad de que Alberto
Fernández, antes de abandonar la gestión, encargue por decreto a la AGP una
nueva licitación que habilite a China a volver a la carga por el negocio que
significa el manejo de la autopista fluvial. Por el momento, es el Ente
Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable (Ecovina), con sede en
Rosario y creado hace dos años, el encargado de llevar adelante la nueva
licitación, que tiene plazos vencidos desde hace más de dos años.
Más allá de la
Hidrovía, la preocupación de Estados Unidos se extiende a rubros como la pelea
por la eventual llegada del 5G en telecomunicaciones o la intención de China de
venderle al país aviones de combate, un tema discutido por el ministro de
Defensa, Jorge Taiana, con representantes de las dos potencias –por separado–
que hoy compiten por la hegemonía mundial.
En su intención de
avanzar en el esquema portuario argentino –es el principal operador en el
puerto de Paranaguá, en el sur de Brasil, a través de tres empresas, y ya
intentó en el pasado reciente quedarse con el puerto de aguas profundas en la
localidad bonaerense de Punta Indio–, China cuenta como aliado al embajador
argentino en Pekín, Sabino Vaca Narvaja.
“En tres o cuatro
años, China va a desplazar a Brasil y se convertirá en el principal socio
comercial de la Argentina”, dijo Vaca Narvaja en febrero del año pasado luego
de la visita presidencial a China, parte de una gira que incluyó el recordado
paso de Fernández por Rusia y su promesa a Vladimir Putin de convertirse en la
“puerta de entrada” para Moscú en la región.
Necesitado de
dólares para reforzar las reservas internacionales, y en plena batalla contra
la inflación, el ministro de Economía, Sergio Massa, planea un viaje a China
para el próximo lunes 29, con dos objetivos: ampliar el swap (intercambio) de
monedas y lograr la autorización de los Brics (el bloque integrado por Brasil,
Rusia, India, China y Sudáfrica) para la llegada de préstamos al país.ß
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