Por Salvador
Vitelli - La inflación de abril sorprendió
nuevamente al alza. Y sin
embargo, desde lo monetario pareciera que se hace caso omiso frente a la
situación macro donde se ha llegado al extremo en el que cada peso emitido hoy
en día es más inflación. Además, las metas con el Fondo Monetario
Internacional lucen cada día más irreales o bien incumplibles.
La creciente inflación parecería encontrarse en un
punto de inflexión donde la probabilidad de que aumente son
significativamente mayores a las que baje, en la medida que no se tomen medidas
concretas y se trate de brindar un "norte" a la economía, que intente
cambiar el nuevo escalón de
nominalidad en el que se está adentrando la economía argentina.
Emisión que no cesa
Si bien se han
llevado a cabo de los más variados artilugios para financiar al Tesoro, en
marzo de 2023 hizo su aparición nuevamente el financiamiento directo del
Banco Central hacia la tesorería, luego de encontrarse ausente desde julio de
2022.
En lo transcurrido
de 2023 se han llevado adelantos transitorios por $520.000 millones nominales,
lo que traducido en pesos constantes significarían $550.000 millones. Esto es,
en principio, lo emitido de manera directa en lo que va de 2023.
No obstante, tal lo
descrito anteriormente, si bien el financiamiento directo tuvo su pausa desde
julio de 2022, la emisión para financiar al Tesoro hizo su camino pero en
mecanismos indirectos. Es por ello que desde ese mismo mes a la
fecha el Banco Central ha llevado a cabo operaciones para sostener las finanzas
del Tesoro por $2,5 billones, un monto para nada insignificante.
Ello deja en clara
evidencia que el concepto de "emisión cero" del ministro
Sergio Tomás Massa, fue capaz de cumplirlo hasta marzo de 2023 en
términos de financiamiento directo, aunque de manera indirecta la
"maquinita" nunca cesó, apoyando vía intervención en el mercado
secundario las licitaciones del Tesoro.
En el contexto
actual, donde las cuentas fiscales muestran un claro deterioro, el
financiamiento al fisco luce imperioso para el conductor económico
actual, Sergio Massa. No obstante, con una demanda de dinero con
desplomes incesantes y los múltiples agentes económicos repudiando la monera
doméstica de manera constante buscando alternativas para su colocación o bien
su conversión a otros activos, cada peso extra
emitido parecería volcarse a precios de manera automática.
La presión sobre
los precios parece no encontrar techo, por lo que bajo el nuevo escalón de
nominalidad al cual transita la economía con precios moviéndose al 8,4%
mensual, tasa de política monetaria al 7,5% y tipo de cambio oficial al 7%,
luce poco probable una baja significativa de la velocidad a la que está
cursando estos últimos meses de la gestión de Alberto Fernández, sin
cambios rotundos y definiciones claras hacia donde se dirige este
"barco".
¿Las metas del FMI como "ancla"?
Las metas para el
primer trimestre de 2023 quedaron completamente desvirtuadas; ya no actúan
como "anclas", por lo que la economía se encuentra virtualmente sin
plan económico si es que podemos afirmar que alguna vez tuvimos uno o que las
metas hayan funcionado como uno.
Seguramente estas
últimas serán revisadas y ajustadas al nuevo escenario en el cual se encuentra
la macro argentina, aunque en términos de emisión era una de las pocas que se
había cumplido para el primer trimestre del corriente año, ya que las fiscales
y de Reservas Netas quedaron notablemente incumplidas.
Por ende, el conjunto de metas actuales -si bien funcionan
como para establecer qué tanto se desvía la gestión frente a un plan
originalmente pensado para el devenir argentino- quedó virtualmente
invalidado, ya que es probable que en la revisión de la gestión del primer
trimestre tenga origen algunas modificaciones.
No obstante, si se
hace foco en la meta actual de emisión, estaría siendo también incumplida para
el segundo trimestre de 2023, debido al giro realizado el 9 de mayo. Con ello
sobrepasamos el límite permitido en un 40%, por lo que si el Tesoro no quisiera
incumplir, debería "devolver" lo prestado por el Banco
Central antes que finalice el segundo trimestre.
Se emitió en lo que transcurrió del corriente año $520.000
millones, y la meta era de $373.000 millones.
No hay peor rumbo que aquel que no se quiere seguir
Aquello que
oficiaba de "plan económico" como las metas con el Fondo Monetario,
tal como estipulé anteriormente, fue incumplido -o bien cumplido pero mediante
artilugios contables o ingeniería argentina para evitar exteriorizar que en
verdad también habían sido incumplidas, lo cual no es menor-.
Ya habiendo
establecido la premisa anterior, parece poco útil tomarlo actualmente como
"ancla" debido a lo increíble que suena la veracidad de la
gestión cuando se mide en términos de revisiones con el FMI.
Nos encontramos
nuevamente sin rumbo, donde los pilares en los que parece apoyarse el mercado
son:
Algún desembolso
del FMI u organismo internacionales semejante que permita aliviar el
estrés cambiario y,
El ministro Massa, cuyo plan
"llegar" ha expirado rotunda y velozmente, mutando a nueva faceta que se lo podría
denominar como un plan "aguantar".
Son pilares inestables, donde será difícil ver una macro
afianzada en la medida que el timón no vire hacia
donde se quiere que sea el rumbo económico, si es que lo tenemos.
La emisión
monetaria no ayuda en absoluto, con un Banco Central que debió subir la
tasa de política monetaria llevándola a niveles del 7,5% mensual para
generar algún "atractivo" en pesos a costillas de empeorar
fuertemente su balance y consolidad mayor emisión a futuro.
Argentina hace
trampa jugando al solitario y los conejos de la galera se acaban. |