Por Pablo Fernández
Blanco - Tras un fin de semana de hiperactividad en el equipo económico, el
Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) anunciarán hoy unas medidas
cuyo objetivo principal es tratar de detener el avance de la inflación.
El ente monetario
instrumentará una suba de la tasa de interés de los depósitos a plazo fijo del
actual 91% al 97% anual (8,08% mensual), con la intención de que los inversores
mantengan sus colocaciones en pesos en lugar de refugiarse en el dólar. Al
mismo tiempo, intervendrá más fuerte en el mercado cambiario, administrando el
ritmo de devaluaciones diarias y tratando de moderar las cotizaciones de los
dólares financieros.
Por otra parte,
Economía anunciará una baja de las tasas que pagan los planes Ahora, para
incentivar el consumo de bienes nacionales, e instruirá al Mercado Central para
que actúe como importador de alimentos, de modo de desalentar remarcaciones de
precios. También agilizará las importaciones de bienes de capital e
intensificará las gestiones con el FMI y China para acelerar el ingreso de
divisas.
Todavía sorprendido
por el dato de inflación de abril, que estuvo por encima de las expectativas
del Palacio de Hacienda y del Banco Central (BCRA), el ministro de Economía,
Sergio Massa, pondrá en marcha desde hoy un paquete de medidas y decisiones
para intentar moderar la suba de precios. Algunas ya trascendieron y otras
todavía se estaban incubando. El ministro y sus equipos mantuvieron reuniones a
lo largo del sábado y ayer afinando las definiciones.
Algunas de ellas
podrían ser consideradas extremas, en el contexto efervescente del Frente de
Todos y la política económica que mostró la Casa Rosada desde la llegada de
Alberto Fernández y Cristina Kirchner al poder.
El set más
importante de decisiones incluye tres puntos: hoy, el Banco Central aplicará
una fuerte suba en las tasas de interés, que será complementada con una mayor
intervención de la entidad para administrar el crawling peg (devaluación
paulatina del peso frente al dólar), y se acelerarán las discusiones con el
Fondo Monetario Internacional (FMI) por el adelanto de desembolsos; con China,
por los swaps, y con los países del grupo BRIC, para facilitar el intercambio
de monedas con Brasil. De hecho, Massa viajará el 29 de este mes a Pekín con la
expectativa de traer algo más de lo que tiene.
En las reuniones
del fin de semana ya se definió que el BCRA instrumentará hoy el aumento de las
tasas de interés, del actual 91% anual al 97%, y daría más detalles de la
política cambiaria. En el Palacio de Hacienda anticipan que a lo largo de la
semana el ministro irá anunciando más resoluciones.
La suba de las
tasas de interés afectará, entre otras cosas, los depósitos a plazo fijo.
Alrededor de ese punto se suscitaron las mayores discusiones en la reunión del
sábado en Hacienda. El ala más ortodoxa del equipo sugería llevarla a un valor
muy alto, de alrededor del 110%. Esa propuesta quedó en el camino. La tasa
llegará a 97%, algo que, de todas maneras, sigue siendo un golpe de timón.
Alcanza con
recordar que a fines de abril el Banco Central llevó la tasa de 81% a 91%, el
valor más alto en 20 años, por encima incluso del récord de Mauricio Macri (86%
en septiembre de 2019). El nuevo número, entonces, volverá a marcar un récord.
Desde hoy, el Banco
Central tendrá un rol aún más activo en la administración del dólar. Massa les
dio a sus autoridades (Miguel Pesce es el presidente, pero Lisandro Cleri es el
hombre de confianza del ministro en la entidad monetaria) un amplio margen de
acción para sofocar corridas cambiarias.
Pesce, Cleri y la
mesa de dinero del Banco Central podrán volcar todo su poder de fuego para
intervenir sobre los dólares denominados contado con liquidación (CCL, la
operación financiera que permite sacar dinero del país) y MEP (la alternativa
para comprar dólar de forma legal por fuera del cepo cambiario).
Economía todavía
lamenta que la corrida del mes pasado desbarajustara los números de la
inflación, que de todas maneras corre a una velocidad cada vez más alta desde
fines del año pasado.
Tarjetas y
alimentos
El equipo económico
definió, también, un conjunto de medidas complementarias. Para moderar el
efecto de la suba de las tasas que encarecerá los préstamos, se reducirán las
tasas del programa Ahora 12 y las de los intereses de los saldos de tarjetas de
crédito.
Desde esta semana,
bajará nueve puntos porcentuales el costo del financiamiento en 12 cuotas. El
objetivo es promover el consumo de productos fabricados en el país. Economía
estima que representan 5,8 millones de operaciones mensuales por un total de
más de $250.000 millones.
Además, se
dispondrán mayores reintegros para los consumos con tarjeta de débito que hagan
los sectores considerados vulnerables.
El Gobierno volverá
a mirar al Mercado Central para “ordenar a los formadores de precios”,
sostuvieron. La apuesta es que si se logra frenar parcialmente el ritmo de los
aumentos en ese punto neurálgico del comercio mayorista, sus efectos se podrían
replicar en otros puntos minoristas. Medidas de este tipo se intentaron en el
pasado con escaso éxito (ver página 11).
A través de la
Secretaría de Comercio Interior, Massa busca abaratar el precio efectivo de
venta al público de productos frescos (frutas, verduras, hortalizas, carnes)
y productos secos
no perecederos (alimentos de primera necesidad). El Mercado Central sumará a su
actividad el rol de importador directo de alimentos. Lo hará con arancel cero.
En otros términos, la Argentina importará comida. Es toda una novedad en un
gobierno kirchnerista.
El Gobierno
generará además fideicomisos público/privados para la compra de productos
alimenticios. Cada comercio de cercanía podrá ser cuotapartista aportando
fondos para la compra centralizada. Se supone que así obtendrá mejores precios
para volcar esas mejoras al público consumidor.
En tanto, los
puesteros del Mercado Central no pagarán canon por 90 días si cumplen con los
precios máximos fijados por la Secretaría de Comercio.
Este es el ejemplo
que difundió oficialmente el ministerio: ante la negativa de los mayoristas y
las grandes empresas, se podría abastecer a los supermercados chinos y
almacenes de cercanía con una canasta de productos definidos por la Secretaría
de Comercio, importados por el Mercado Central, para “romper con el abuso de
precios” que, en la visión del Gobierno, realizan esas empresas a la hora de
abastecer estos puntos de venta. Esa canasta sería controlada por la Secretaría
para que los comercios de cercanía cumplan con los precios máximos de venta.
Apoyo fiscal a
las pymes
La ambiciosa suba
de las tasas golpeará en el nivel de actividad. Es algo que tiene claro
Economía. Para intentar contrarrestar ese efecto no deseado, se pondrán en
marcha diversas medidas.
La AFIP lanzará un
nuevo plan de pago de hasta 84 cuotas para la deuda corriente de las empresas y
las personas con el organismo, mientras que también dispondrá medidas de alivio
fiscal, como dicen en el Palacio de Hacienda, para la moratoria de las cuotas
con tasa Badlar.
Massa anunciará una
decisión que le implicará tensionar al máximo sus capacidades de equilibrista.
Le dará prioridad absoluta en materia de importaciones a la compra en el
exterior de bienes de capital bajo el régimen de SIRA a 360 días, el mecanismo
para pedir permiso para traer cosas del exterior, que funciona como una traba
para la actividad.
Con vistas a
acelerar el comercio exterior, se creará la Unidad de análisis de las
Operaciones de Comercio.
Economía también
promete eliminar aranceles y relajar normas antidumping para “reducir el precio
efectivo de las importaciones de ciertos insumos difundidos, fomentar la
competencia en ramas altamente concentradas y disminuir los precios a lo largo
de la cadena de valor”.
Si se cumple la promesa
del ministro, debería comenzar a llegar a la Argentina vidrio, plástico o acero
de países como China, Omán, India, Corea, Estados Unidos, Brasil, Perú y Países
Bajos, entre otros orígenes. ● |