Domino 14 - Por Florencia Donovan - Mientras continúan las negociaciones con el
Fondo Monetario Internacional (FMI) por el adelanto de los desembolsos de
dólares correspondientes a este año, el Gobierno sigue ajustando el cepo
cambiario y alimentando la creatividad para adaptarse a un escenario de
creciente escasez de divisas. Nada asegura que el dinero del FMI llegará a
tiempo.
En tal sentido, ya
antes de que se conociera anteayer el demoledor dato de inflación de abril, del
8,4% mensual, el Banco Central (BCRA) había comenzado a negociar con grandes
empresas la posibilidad de aplicar al pago de importaciones préstamos de bancos
internacionales destinados a la financiación de exportaciones.
De esa forma, la
entidad que preside Miguel Ángel Pesce cree que podría llegar a quitarle
presión a las reservas por hasta US$3000 millones en los próximos meses.
La medida, que
según pudo confirmar la nacion, fue conversada con bancos, automotrices,
empresas mineras y petroleras, pero que apunta a cualquier grupo económico grande
que importe bienes de capital o insumos y luego también exporte, podría salir
la semana próxima.
Sería en paralelo
al paquete de medidas que por estas horas conversan entre el BCRA y el
Ministerio de Economía para intentar contener el malestar generado por la
aceleración inflacionaria.
En el Gobierno
temen que el dato del viernes vuelva a generar a partir del lunes tensión sobre
el mercado de cambios, tal como sucedió hacia mediados de abril, cuando tras
conocerse el IPC de marzo se desató una corrida sobre los dólares libres, que
llevó al billete blue a cotizarse hasta casi 500 pesos.
“Lo de los
préstamos es una medida más, pero no va a cambiar la tendencia”, se adelantó un
ejecutivo de un banco, al tanto de las conversaciones. “Acá hacen falta más cambios
de fondo. Todo lo otro son parches, de resultado acotado”, consideró.
De acuerdo con las
fuentes al tanto de las conversaciones que ejecutivos del sector privado
mantuvieron con Miguel Pesce, la idea es que bancos financien, mediante líneas
en dólares originalmente destinadas a prefinanciación de exportaciones, el pago
de importaciones.
Luego, cuando una
empresa del mismo grupo económico exporte, debería cancelar el préstamo con el
banco local. Al BCRA, por un lado, este esquema le permitiría disponer de mayor
cantidad de dólares. Por el otro, a las empresas les permitiría tener algo de
certeza con respecto a sus cadenas de producción.
Se estima que sólo
la industria automotriz podría sumar unos US$1000 millones. Hoy pocos
importadores saben si van a poder acceder finalmente a los dólares a medida que
se venzan los plazos fijados en el momento de aprobación de los permisos de
importación, los llamados SIRA.
“Uno de los temas
pendientes de resolución está en los usos que podrían hacer las empresas de los
fondos en pesos que así no aplicarían este año al pago de importaciones”,
reconoció una fuente al tanto de la norma en discusión.
En cualquier caso,
la medida es una señal más de la vocación del Gobierno por administrar la
escasez de dólares. Aunque difieren levemente en la cifra, los consultores
privados coinciden en que hoy las reservas netas del BCRA ya están en terreno
negativo.
De ahí que la
autoridad monetaria haya tomado esta semana nuevas medidas para restringir aún
más el acceso a los dólares oficiales por parte de empresas y de personas
físicas que hubieran comprado divisas a través de la Bolsa (ya sea dólar MEP o
el denominado “contado con liqui”, CCL).
También avanza en
conversaciones para ampliar el swap –préstamo– con China, que el BCRA hoy
utiliza en gran parte para intervenir en el mercado cambiario. El gigante
asiático le dio al BCRA un préstamo de US$5000 millones de libre
disponibilidad; el BCRA negocia ahora ampliarlo en entre US$1000 millones y
US$3000 millones adicionales.
De lograrlo, el
anuncio se realizaría a fin de mes, en el viaje a China que preve encabezar el
ministro de Economía, Sergio Massa, y del que también participaría el
presidente del Central, Miguel Pesce.
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