Por Florencia
Barragan - Este viernes se
finalizará la soldadura del gasoducto Néstor Kirchner y solo restarán las
pruebas hidráulicas. Ratifican la puesta en funcionamiento el 20 de junio y
estiman que el año podría cerrar con la balanza energética positiva.
Este viernes se
llevará a cabo una de las etapas finales de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner: la última soldadura de los
más de 50.000 caños que se utilizaron para la obra de infraestructura, que
llevará a que haya un ahorro de u$s2 .000 millones en
divisas solo durante los próximos 6 meses, según estimaciones
oficiales.
Desde el Gobierno ratifican que la fecha de puesta en marcha se mantiene en el
20 de junio, por lo que durante este mes quedarán pendientes solamente
las pruebas hidráulicas. El mismo día, el ministro de Economía, Sergio Massa, avanzará con la licitación del segundo tramo del gasoducto.
La obra es uno de los motivos que podría explicar la vuelta al superávit
comercial energético después de 13 años.
Etapa final
La última soldadura
se realizará en el kilómetro 232 de la traza
del gasoducto, ubicada en la provincia de La Pampa, en donde se
unen los tramos 1 y 2, dado que para acelerar la construcción se había dividido
en 3 tramos. Así, el gasoducto se convertirá “en una sola pieza”, desde
Tratayén, en Neuquén, hasta Salliqueló, en el sur de la provincia de Buenos
Aires.
El acontecimiento será celebrado por el Gobierno con una transmisión vía
streaming este viernes a las 14 horas. Desde el lugar, estará el
presidente de Energía Argentina (Ex Enarsa), Agustín Gerez. Desde
Buenos Aires, y en forma virtual, podría estar Massa y la secretaría de
Energía, Flavia Royón.
La última soldadura
es un hecho relevante porque es lo que permitirá completar las pruebas
hidráulicas para verificar que no haya pérdidas. La tarea la realizan
las empresas constructoras: Techint, Sacde y BTU, bajo la supervisión de la ex
Enarsa.
Fuentes oficiales
ratificaron que, así, el gasoducto entrará en funcionamiento el 20 de junio. De
hecho, el proceso de la última soldadura estaba previsto para el 15 de mayo, y
se hará este viernes 12. Aunque todavía no está definido, la puesta en funcionamiento en el día de la bandera posiblemente
sea un acto político con todo tipo de despliegue, y se prevé que
allí participe también el presidente Alberto Fernández.
“Es la obra de
infraestructura más importante de toda la gestión del Frente de Todos”,
argumentó una fuente oficial. En parte, en el Gobierno destacan la “celeridad”
con la que se realizó. Luego de posponerse la licitación en reiteradas
oportunidades desde 2019 para acá, y tras gastar un monto récord en
importaciones de energía en 2022, el Gobierno le imprimió velocidad: para tomar
dimensión, mencionan que el contrato se firmó en agosto del 2022 y en
septiembre se estaba realizando el primer movimiento de suelo.
Así, una obra que puede llevar unos dos años, según fuentes de la
construcción, se habrá realizado en menos de un año. Entre los motivos
que explican esta velocidad destacan la “coordinación” entre el Estado y las
empresas, junto con la incorporación de tecnología de última generación para
acelerar los procesos. “No faltó ningún dólar para importar”, contaron desde
una empresa del sector privado.
Impacto
macroeconómico
Detrás de la
celeridad de la obra, está también el impacto macroeconómico, en un contexto de
sequía histórica y extrema fragilidad del balance cambiario. Frente a más de
1000 ejecutivos en el Amcham Summit, Massa calificó a la
etapa de la última soldadura como un “hecho histórico”, por lo que implicará en
términos de ahorro de importación de energía, que estimó en u$s1.900
millones. Desde Enarsa calculan que el ahorro podría
superar los u$s 2.000 millones, según cómo fluctúe la cotización de los
combustibles, y los requerimientos de importación, que varían según la
actividad económica y el clima. Para todo 2024, este ahorro
está estimado en más de u$s 4.000 millones.
Hacia adelante, lo
que le faltará al gasoducto es la puesta en marcha de las dos plantas compresoras. La que tiene que estar en la
zona de Tratayén ya llegó al lugar, pero todavía falta trasladar la que estará
en Saliquelló, que ya está en el país. Es que desde junio el gasoducto tendrá
una capacidad de evacuación de 11 millones de
metros cúbicos diarios (MMm3) del gas de Vaca Muerta, pero con esta tecnología
se suplicará el transporte a 22 MMm3 diarios.
En el segundo semestre, el Gobierno buscará licitar y
arrancar a construir otras dos obras. Por un lado, la segunda etapa del gasoducto NK, que podría licitarse el
mismo 20 de junio y que se financiará de forma distinta al primer tramo, que lo
hizo el Tesoro: se exploran fuentes de financiamiento desde Brasil y se
invitará a participar al sector privado.
Por otro lado,
también en 2023 se espera la puesta en marcha de la reversión del gasoducto norte, para transportar el gas de
Vaca Muerta al centro y norte argentino, ante el declino de Bolivia y de las
cuencas del norte argentino. Ya cuenta con financiamiento confirmado por u$s 540 millones de la Corporación Andina de Fomento
(CAF).
Así, para este año se espera que pueda cerrarse con balanza energética
favorable, aunque no por mucho. Pero, para 2024, Economía estima que
será positivo en hasta u$s12.000 millones. |