Por Javier Blanco -
Los ingentes esfuerzos que lleva adelante el Gobierno para detener la escalada
de los dólares libres y la más preocupante ampliación de la brecha cambiaria no
incidieron aún sobre el mercado oficial. Allí se comprueba que, incluso con el auxilio
del dólar soja, al Banco Central (BCRA) le cuesta cada vez más comprar divisas
para tratar de recomponer su exigua tenencia de reservas.
Esto volvió a
quedar a la vista ayer, al replegarse algo más de un 42% la oferta de dólares
por el canal que valida las compras del ente monetario a $300 (cayó de US$105,8
millones el lunes y US$61,2 millones el martes a solo US$35,4 millones ayer).
Eso obligó al banco que encabeza Miguel Pesce a sacrificar US$49 millones para
poder dar curso a los pedidos de compra que habían resultado validados y no
podían ser atendidos por la oferta privada en una jornada en que se operaron
US$516,3 millones en total.
“El BCRA compró
unos US$35 millones a $300 y vendió US$84 millones en el MULC. Eso da como
resultado una venta neta de US$49 millones a $164,85 por dólar (prorrateando la
absorción sobre la venta neta)”, explicó el economista Salvador Vitelli.
A la vez, eso eleva
los montos acumulados de pérdida patrimonial (por comprar “caro” lo que vende
más “barato”, hasta los $63.557 millones en lo que va de esta tercera edición
del Programa de Incentivo Exportador) al mismo tiempo que provocó que haya
emitido por la misma razón unos $273.257 millones “extras”, según cálculos del
analista de Romano Group.
En el BCRA dicen
que el “rojo del día se explica por las operaciones que quedaron postergadas
desde el viernes pasado”, en alusión al cambio normativo que trabó la demanda
importadora totalmente ese día y bastante en la rueda siguiente. “Son esas
operaciones las que alimentaron en esta jornada la demanda de divisas”,
justifican.
Los problemas que
enfrenta el BCRA para recomprar reservas aun con las “zanahorias” del dólar
soja y el agro en vigencia casi plena, explican las permanentes gestiones que
el ministro Sergio Massa realiza ante los distintos organismos multilaterales
de crédito para lograr nuevos préstamos. Un ejemplo de eso son las decisiones
tomadas en las últimas horas tanto para tratar de recortar la demanda de
divisas (la norma por la que el BCRA espera diferir pagos por importaciones de
servicios profesionales y fletes en unos US$2000 millones este año), como para
ampliar la oferta (la resolución 156/2023, publicada anteayer, para sumar las
exportaciones de sorgo, girasol y cebada –aunque con cupos– al dólar diferencial).
A eso se agrega,
por caso, el nuevo acuerdo logrado con China para que las importaciones que
tengan ese origen puedan ser canceladas por la Argentina con los yuanes que
recibió el BCRA gracias al acuerdo de monedas suscripto desde hace años con su
par del gigante asiático. El anuncio lo hizo ayer el propio ministro Massa al
recibir al embajador de China en la Argentina, Zou Xiaoli, y representantes de
empresas de diversos rubros involucradas en el comercio entre ambos mercados.
El entendimiento,
según números del Gobierno, permitiría que este mes se reemplacen US$1070
millones en operaciones de comercio exterior que se iban a pagar en dólares por
yuanes, dado que corresponden a importaciones desde China. De allí en más se
supone dejarán de importarse US$790 millones en esa moneda por mes (son
operaciones que pasarían a hacerlo en yuanes), aprovechando el swap con China,
cifra que supone algo así como el 12% del total de importaciones locales.
Mientras, elBCRA
sigue acelerando fuerte la depreciación del tipo de cambio oficial, al que dejó
subir en la jornada en $0,70 (cerró a $221,17/$221,57 por unidad para la compra
y venta, respectivamente), lo que hace que se venga desplazando a una “tasa
mensual ya por encima del 8% desde hace unos días, lo que proyectado anualmente
supone un ritmo de devaluación próximo al 160%”, hizo notar el economista
Andrés Borenstein, de la consultora Econviews.
Con la venta de
ayer, el saldo de intervenciones del BCRA sobre el mercado cambiario en lo que
va del mes cayó a unos US$187 millones, en tanto el déficit en el año vuelve a
superar los US$2900 millones. Todo pese a que está en vigencia el nuevo PIE
desde hace doce ruedas.
Al respecto, los
analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) explican que las
liquidaciones por dólar soja están perfiladas para seguir menguando. “Por un
lado, porque los exportadores no tendrían mucha más soja por liquidar y los
productores, con un precio efectivo percibido inferior al previo al lanzamiento
del programa (dada la disparada de los dólares) seguirían renuentes a vender”.
“Sobre la base de
estos elementos –afirman–, no cabe esperar que las reservas netas crezcan mucho
más desde el nivel actual de US$1086 millones. Si a esto le adicionamos que
ayer se habrían utilizado unos US$47 millones para intervenir en paralelos y
que deben realizarse pagos al FMI por US$1350 millones correspondientes al
stand-by firmado en 2018, tenemos la certeza de que la tensión va a continuar”,
advierten.ß |