Por Christian
A. Buteler - En la última semana hemos visto a los dólares
libres subir más de un 10%. Este lunes, el blue sigue en disparada y llega a los $462. Qué pasó y
sobre todo qué puede pasar en las próximas semanas. Generalmente nunca se trata
de un solo motivo por lo que sube el dólar sino más bien un puñado de causas
que desencadenan los saltos cambiarios. Esta vez no ha sido diferente y
podemos detectar algunas de ellas.
La primera causa
que podemos marcar es la nominalidad de la economía que viene
acelerando y hoy se mueve en el orden del 7%-8% mensual. La inflación del
primer trimestre había sido del 21,7% mientras que los dólares habían subido
solo 14.2%.
Desde el lado
monetario vemos que la cantidad de pesos no deja de crecer, principalmente por
el pago de intereses de pases, Leliqs y en las últimas semanas se suma
el dólar soja 3. Al 18 de abril el stock de pesos (base monetaria
pasivos remunerados) era $18,07 billones, lo que implica un crecimiento de 113%
en un año.
La suba de 300
puntos básicos en la tasa de política económica de poco sirve dado
que no llega a cubrir ni la inflación pasada ni la expectativa sobre la
inflación futura, por otra parte una medida monetaria contractiva como esa
pierde efectividad si al mismo tiempo se llevan adelante medidas expansivas
como la fuerte emisión de dinero a la que hicimos referencia.
El
impacto de la sequía y la turbulento panorama político
Una tercera causa
son las señales que se reciben desde la economía real. La fuerte sequía
provocará un menor ingreso de dólares que podría llegar hasta los
u$s20.000 millones. El resultado fiscal de marzo confirmó lo que todos
anticipamos, el país no cumplió con la meta del 1er trimestre comprometida con
el FMI lo que pone en riesgo los desembolsos futuros. Y varios indicadores ya
marcan una fuerte desaceleración de la economía que muy probablemente termine
el año cayendo por el impacto de la menor cosecha del campo.
Desde lo político
el panorama no es mucho mejor, el oficialismo sigue con sus internas
feroces que obligaron a renunciar al jefe de asesores del Presidente quien
había llegado al cargo hace apenas 3 meses. El presidente confirmó que no irá
por su reelección, nadie seriamente creía que tuviera chances de un segundo
mandato, pero aún no está claro quién o quiénes serán los que se presenten por
ese sector. La oposición también está abocada a sus internas y nada dice de las
propuestas para salir de la crisis. Un nuevo ingrediente fue la discusión de la
dolarización, otra medida divisoria de aguas y que presenta grandes
interrogantes sobre la posibilidad de aplicación sin un estallido de por medio.
En este contexto la
pregunta no es por qué subieron 11% los dólares en una semana, sino cómo
no reaccionaron antes.
El siguiente
gráfico sirve como referencia, si bien no intenta predecir o anticipar los
movimientos del dólar si permite ver que su valor tiende a seguir
la cantidad total de pesos. Esto no implica que no pueda moverse por
arriba o por debajo del mismo, de hecho generalmente lo hace, pero tarde o
temprano las curvas se juntan. De esta manera cuando el precio del dólar (línea
azul) está por debajo del stock de pesos (línea roja) marca que en algún
momento cerrará esa brecha con un movimiento que suele ser rápido.
Qué pasará en lo que resta del año
Para lo que resta
del año la tendencia del dólar será al alza, de eso no hay dudas, lo que
cabe preguntarse es con qué velocidad y si será al ritmo de la inflación, por
debajo, mayor o incluso descontrolado como fue esta semana.
El Gobierno
pretende que sea por debajo de la inflación y volver a reducir las
brechas que tardaron 3 meses de bajar de 100% a niveles de 70% y solo una
semana en volver nuevamente al 100%. Para ello su principal herramienta será la
de intervenir en el mercado mediante la venta de bonos, dólares para vender no
hay.
Más allá de lo
expuesto anteriormente es muy difícil que lo logre, si bien se estima que el
poder de fuego del gobierno sería de unos u$s5.000 millones (en bonos, no
en dólares), debemos sumar la dolarización que suele producirse en años
electorales, y la deuda en pesos que si bien en la crisis de esta semana no se
vio involucrada no podemos descartar que tengamos algún evento de acá a las
elecciones.
En relación a
los depósitos del sector privado vemos que en los últimos 30 días los
nominados en dólares, luego de un comienzo de año estable, han comenzado a
bajar y se perdieron u$s 556 millones. Pero son los plazos fijos privados en
pesos los que debemos seguir con atención porque una fuerte baja de los mismos
acompañados con suba del tipo de cambio implicaría una corrida cambiaria que en
el actual escenario y faltando aún 8 meses para el cambio de gobierno podría
profundizar la crisis actual. Por el momento no se registran movimientos en ese
sentido.
En
resumen, los dólares seguirán al alza, el gobierno intentará que esa
suba sea sin incremento la brecha y para sostenerlo intervendrá en el mercado
vendiendo bonos en pesos. Pero este año difícilmente se repita lo sucedido en
el 2021 y el 2022 cuando la inflación subió bastante por encima de los dólares.
Más allá de eso el gobierno ha dado suficientes pruebas que una devaluación
violenta del dólar oficial no está en su menú de opciones y evitará la misma lo
máximo posible. Su plan será seguir como hasta ahora, devaluando al ritmo de la
inflación.
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